¿Y entonces?, por Simón Boccanegra

El viernes de la semana pasada, en el juego de pelota entre Caribes y Caracas, en Puerto La Cruz, se produjo una tángana, que detuvo el partido unos diez minutos, cuando uno de los peloteros del equipo de la casa, subió a la tribuna y se cayó a golpes con algunos fanáticos. La cosa fue una de esas típica trifulcas del beisbol, con más empujones que trompadas, sin mayor drama. Pero hete aquí que el canal de televisión que transmitía el partido, dejó la pantalla en blanco, mientras el locutor, en off, narraba lo que ocurría en las gradas.
Absolutamente ridículo, pero efecto, obviamente, de la Ley que los medios comenzaron llamando “Mordaza” y que ahora, por el camino que llevan las “precauciones”, tendrá que ser denominada Ley Auto Mordaza. Ya se sabe que el miedo es libre, pero, por favor, ni tan calvo ni con dos pelucas. Eso que hizo ese canal de televisión no está planteado en la ley y no había ninguna necesidad de suprimir esa información insignificante, que formaba parte, si no del juego, sí de las cosas que tenían lugar en el estadio.