• Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • De interés
    • Elecciones regionales 2025
    • #LaHoradeVenezuela
    • Alianza Rebelde Investiga
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Teodoro
    • Nuestra historia
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • De interés
    • Elecciones regionales 2025
    • #LaHoradeVenezuela
    • Alianza Rebelde Investiga
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Teodoro
    • Nuestra historia

El exilio, por Laureano Márquez



0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

El exilio-Laureano Márquez
FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
Laureano Marquez | @laureanomar | febrero 8, 2018

Autor: Laureano Márquez | @laureanomar


La definición de exilio es: “pena que consiste en expulsar o hacer salir a una persona de un país o de un territorio”. Nunca tan bien dicho, el exilio es una pena, en la plenitud de los sentidos de la palabra, un torcimiento del destino contra la voluntad del que se va, dejando un vacío en el alma que perdurará por siempre. Nadie quiere alejarse de su casa, de sus afectos, de sus sabores, en definitiva, de todo aquello que le es familiar, que marca su manera de pertenecer a esa patria mayor que es la humanidad. Si además, el exilio se produce en lugares con condiciones climáticas adversas –que para un venezolano es todo aquello que esté más arriba del Cabo de San Román y más al sur del nacimiento del río Ararí– la vida se nos vuelve gris porque el frío duele. Alejar a un venezolano de su tierra, fue siempre uno de los castigos predilectos de nuestros dictadores. Lo que llamaban “pena de extrañamiento”. Otra palabra, esta última, también significativa, porque es “la acción o resultado de extrañar y extrañarse”, es decir añorar lo que eras y sorprendente de lo nuevo a lo que habrás de adaptarte.

Los artistas venezolanos, cada vez más, vamos a donde están nuestros paisanos a llevarles el pedazo del país que cada uno de nosotros ha sabido transformar en arte según los dones que hemos recibido. Eso que antes hacían solo los consagrados de nuestra tierra frente a las multitudes que los seguían por el mundo, lo hacemos artistas más modestos, en teatros más grandes o pequeños, para llegar a ese creciente número de venezolanos que por las razones conocidas ha tenido que mudarse de destino. Lugares cercanos y cálidos como Panamá, remotos y fríos como Stavanger en Noruega; desde la lluviosa Escocia, hasta la lejana Australia; en Estados Unidos –naturalmente– en esa sucursal caraqueña que es Miami y en la remota Utah; por el resto del continente americano podríamos repasar el Himno a las Américas, que en todos los países hay venezolanos. Quién se podría haber imaginado que viviríamos en el desierto, en Dubái, en Japón o en Moscú; que transitar las calles de Madrid y encontrar paisanos en sus aceras, en las tiendas o en los taxis sería algo común. Hay una verdadera diáspora: esparcidos andamos por el mundo como si la misteriosa lotería de la maldad nos hubiese separado a propósito, para sumar a nuestra división adentro, nuestra separación fuera.

La nostalgia del exiliado la percibimos los artistas con mayor claridad: como nuestros paisanos nos conocen por la calle y nos paran, llevamos una azarosa estadística de ausencias y dolores, de dificultades, apuros y llantos. También de éxitos fundados en el talento, en el ingenio, en el saber y en el esfuerzo. De todo hay en inmenso exilio venezolano: desde el que reproduce mañas y ancestrales vicios, hasta el que se afana de una manera que jamás imaginó en casa, con una fuerza interior que nunca creyó tener. Estos, para alegría de nuestro gentilicio, constituyen la inmensa mayoría. El venezolano del exilio es honesto, trabajador, estudioso, prudente, ahorrativo y –sobre todo– portador de esa sabia humildad que quien se aleja de su patria conoce bien, tragando grueso a veces, dejando pasar inhóspitos comentarios otras tantas y haciendo de fontanero con su título de ingeniero “cum laude”, debidamente apostillado, guardado en el armario de su casa.

El mundo se ha ido llenado de venezolanos de éxito. No solo porque muchos han triunfado en honestos negocios construidos con sacrificio, con suerte o con ambas, sino también por el éxito cotidiano, con el que más frecuentemente –para mi agrado– trabo contacto: el de sacar adelante una familia, el de ayudar de mil maneras desde la distancia, haciendo algo por los que se quedaron y la pasan mal. Me refiero al éxito de la bondad que hallo en los corazones de la gente de mi tierra y me conmueven cuando abrazo a un muchacho helado que hace “delivery” en una bicicleta bajo la nieve de Madrid y me pide una foto que me enaltece por posar al lado de su coraje.

Vuelvo a casa cargado con las alegrías y los dolores de mi gente, con su generosidad y su bondad infinita, sus sueños de vuelta y su esperanza inexpropiable. Una chica del sistema toca el violín y sale corriendo a otro trabajo luego de acompañar al joven cantante que nos abre la presentación, venezolano también. Un humorista que se fue a Tenerife me dice que sería un honor presentarme y se luce, otro en Espinho hace magia en el escenario y también para vivir. Un paisano que comenzó de camarero tiene su propio restaurante en Bizkaia, siendo dueño sigue de mesonero porque él aprendió a servir. Empanadas en Madeira, arepas en Madrid, cachapas en Bilbao, nuestra cocina toma el mundo y aunque los de allá los llamen «palitos rellenos de queso», nuestros tequeños son inconfundibles. Da gusto ver a los gringos que salen de ver Piaf hacer comentarios en inglés sobre lo maravillosa que es Mariaca en inglés; en Viena un médico que da conferencias por el mundo para salvar corazones; en Deusto el padre Mikel de Viana da cursos a los que quisiera asistir en Caracas; Ramírez triunfa en Hollywood, en todas partes la gente del petróleo hace proezas y estudiantes nuestros brillando en las universidades del mundo. La lista es larga y el espacio breve. Mientras unos insisten en hundirnos, el alma venezolana, dentro y fuera insiste en salir a flote, en mostrar que somos de una madera insumergible, madera fina.

Sé que esto también pasará y que esa diáspora volverá para ayudar a la reconstrucción.

En este duro momento, por esas inexplicables circunstancias del azar vino a la memoria el poema que Borges escribe “para a una versión del I King”:

“El porvenir es tan irrevocable

como el rígido ayer. No hay una cosa

que no sea una letra silenciosa

de la eterna escritura indescifrable

cuyo libro es el tiempo. Quien se aleja

de su casa ya ha vuelto. Nuestra vida

es la senda futura y recorrida.

Nada nos dice adiós. Nada nos deja.

No te rindas. La ergástula es oscura,

la firme trama es de incesante hierro,

pero en algún recodo de tu encierro

puede haber un descuido, una hendidura.

El camino es fatal como la flecha

pero en las grietas está Dios, que acecha”.

Post Views: 7.265
FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

DIásporaExilioLaureano MárquezReconstrucción


Deja un comentario

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

  • Noticias relacionadas

    • Recordando a Roscio, por Laureano Márquez
      mayo 29, 2025
    • “To Taima or not to Taima” y los “taimas” de la diáspora, por Valentina Rodríguez
      mayo 18, 2025
    • Lanzan plataforma para periodistas y medios en el exilio
      abril 8, 2025
    • González Urrutia y exvicepresidente de Nicaragua reiteran lucha a favor de los DDHH
      febrero 28, 2025
    • Venezolanos protestaron en España y denunciaron «golpe de Estado»
      enero 12, 2025

  • Noticias recientes

    • En dónde estamos, por Ángel Lombardi Lombardi
    • La bofetada, por Aglaya Kinzbruner
    • Porteñazo y autoritarismo, por Douglas Zabala
    • 25M: Perdió el pueblo, por Omar Ávila
    • CIDH rechaza declaraciones de Cabello y pide poner fin a la estigmatización y persecución

También te puede interesar

Vidas Exiliadas, de Javier Conde: desarraigo y lucha política
diciembre 6, 2024
SIP lanza red latinoamericana para atender a periodistas en el exilio
noviembre 14, 2024
González Urrutia: Al mundo le conviene tener una Venezuela democrática
octubre 14, 2024
Periodistas en el exilio y sin protección: otra cara de la crisis política en la región
octubre 9, 2024
  • Portal venezolano fundado por Teodoro Petkoff, comprometido con la verdad, ejerciendo la libertad de expresión. 25 años ofreciendo actualidad informativa, reportajes, investigaciones, análisis y opinión. Un producto de Editorial La Mosca Analfabeta.

  • Contacto: [email protected]

    Síguenos
  • Noticias

    • CIDH rechaza declaraciones de Cabello y pide poner...
      junio 2, 2025
    • Nuevos acuerdos Venezuela-Irán contemplan fábrica...
      junio 2, 2025
    • Reclaman fe de vida del preso Leonardo Chirinos: Desde...
      junio 2, 2025

  • A Fondo

    • Ni tan fuerte como alardea: ¿a qué se enfrenta Nicolás...
      junio 2, 2025
    • Reforma electoral propuesta por Maduro: ¿elecciones...
      junio 1, 2025
    • Así funciona la red secreta que despliega la ofensiva...
      mayo 31, 2025

  • Opinión

    • En dónde estamos, por Ángel Lombardi Lombardi
      junio 3, 2025
    • La bofetada, por Aglaya Kinzbruner
      junio 3, 2025
    • Porteñazo y autoritarismo, por Douglas Zabala
      junio 3, 2025


Diseñado y Desarrollado por Binaural
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • De interés
    • Elecciones regionales 2025
    • #LaHoradeVenezuela
    • Alianza Rebelde Investiga
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Teodoro
    • Nuestra historia
Presione enter para comenzar su búsqueda