Alonso Gurmendi: la xenofobia le da popularidad al Gobierno peruano (IV)
El profesor Alonso Gurmendi recibió amenazas de muerte por declarar ante los medios sobre la necesidad de otorgar estatus de refugiado a los migrantes venezolanos y sobre el papel de la prensa en el sobredimensionamiento de los casos de delincuencia, pero la policía de su país no recibió la denuncia porque para ellos una «amenaza de muerte no es un delito»
El abogado y activista peruano de derechos humanos Alonso Gurmendi asegura que el problema de la xenofobia hacia los venezolanos que han emigrado a Perú ha ocurrido porque el Estado busca aprovechar la situación del rechazo de algunos sectores de la población de ese país hacia cierta parte de los migrantes que consideran les arrebata plazas de trabajo, y además porque la prensa ha sobredimensionado los casos de delincuencia protagonizados por venezolanos.
Alonso Gurmendi, abogado y profesor a tiempo completo del Departamento Académico de Derecho de la Universidad del Pacífico (UP), cree que los medios de su país deben dejar de asistir a las ceremonias de deportación y cambiar eso por mensajes positivos, así como dejar de mencionar la nacionalidad de los delincuentes.
Especializado en temas de Derecho Internacional Público y Privado con una certificación en derechos humanos, Gurmendi fue objeto de amenazas de muerte a partir de unas declaraciones que realizó a la prensa peruana, en las que insistió en su planteamiento de otorgarle el estatus de refugiados a los venezolanos y cuestionando las campañas de los medios de información.
El 22 de septiembre, y ya fuera del Perú, Gurmendi contó que recibió las amenazas vía correo electrónico y que al hacer la denuncia ante la Policía Nacional de Perú (PNP) y la División de Investigaciones de Delitos de Alta Complejidad (Diviac), estos organismos se negaron a procesar la denuncia, argumentando que una «amenaza de muerte no es delito».
«Usted tiene que entender que el tema venezolano es un tema sensible. Usted seguramente lo ofendió con sus comentarios. Muchos peruanos están afectados y usted debe entender», fueron parte de las respuestas que Alonso Gurmendi recibió por parte de los funcionarios policiales al intentar denunciar que su vida corría peligro. «Mi policía me falló cuando más la necesité», afirma el investigador.
Alonso Gurmendi se silenció en Perú, no aceptó más entrevistas para los medios. Cambió su rutina de vida. Un mes más tarde, desde el extranjero, el profesor de la UP conversó con TalCual sobre el tema de la migración venezolana en Perú, su impacto, retos, la xenofobia y la posición del Estado peruano, entre otras aristas.
-¿Perú estaba preparado para recibir la cantidad de migrantes venezolanos que ahora viven en su territorio?
-El Perú ha sido tradicionalmente un país de emigrantes, nunca ha sido un país de inmigración, con algunas excepciones, pero nunca recibió el mismo nivel de inmigración que otros países de América Latina.
Las inmigraciones grandes anteriores fueron de las comunidades chinas y japonesas hace mucho, muchos años. Entonces, Perú de ninguna manera estaba preparado para recibir grandes cantidades de migrantes y no solamente económicamente preparado, sino culturalmente preparado para algo así. El sistema mismo en el Perú ya estaba desbordado con la cantidad de gente que había originalmente y si a eso añadimos población migratoria, obviamente empeora.
-¿Cuál es la posición general del Estado peruano hacia los migrantes venezolanos?
-La posición del Estado ha ido cambiando con el tiempo, depende de la ola de migración de la que hablemos. Originalmente, en los primeros días de la migración, cuando era básicamente personas de clase media-alta y digamos hasta un momento de clase media, durante el Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski y antes, la apreciación era positiva, era un Gobierno abierto a la migración. Si bien no estaba abierto a asumir responsabilidades bajo el derecho internacional de refugiados, sí estableció mecanismos para recibir a la población venezolana con el Permiso Temporal de Permanencia (PTP).
Conforme las siguientes olas de migración comienzan a llegar, ya de clase media-baja, empieza a haber una competencia por los sectores más vulnerables de la economía peruana y en esa competencia es donde empieza el problema de la xenofobia y de la resistencia; que el Gobierno de (Martín) Vizcarra -de forma populista- fue adoptando como manera de ganar popularidad con la población al enfrentar un congreso de mayoría opositora.
-Legalmente ¿qué sería lo más recomendable que hicieran los países de la región frente a la inmigración venezolana, cuando Acnur estima que esta cifra seguirá creciendo?
-Lo correcto, lo que nuestro sistema había pensado en un comienzo era reconocerlos como refugiados y empezar a tratar el tema desde una perspectiva multilateral. O sea, darles a estas personas un derecho a estar en el Perú mientras se decide su situación de refugiado. En la gran mayoría deberían recibirlos a pesar de lo que diga el Perú, que está rechazándose a utilizar la definición de refugiado correcta, y luego entablar negociaciones con otros países para repartir la presión; es decir, poder enviar refugiados venezolanos de un país a otro de acuerdo a la situación.
-¿Existe alguna forma para que los países receptores le garanticen protección a los venezolanos que huyen de su país?
-Sí, reconocer el estatus de refugiado, pero en todo caso, asumir reconocimiento de títulos, homologación de títulos, reconocimiento en el sistema de salud, en el sistema educativo. Cosas que Perú sí hace. Los ciudadanos venezolanos pueden acceder a educación y salud, pero en un sistema colapsado y con el riesgo del aumento de la xenofobia, eso va a disminuir con el tiempo. Esperemos que no lleguemos a una situación donde se restrinja acceso a la salud o a los servicios públicos básicos, no creo que ocurra; pero la xenofobia sigue creciendo.
-¿Cuál es la posición de la Policía Nacional de Perú hacia los venezolanos?
-La Policía como institución no tiene una posición, es la misma posición del Estado; así que no creo que haya una posición institucional de la PNP frente a la migración venezolana. Sí creo que, como parte del Ministerio de Interior, han caído en esta percepción de que con la migración venezolana ha aumentado la delincuencia. Creo que se están aproximando al tema de la migración con una perspectiva de delincuencia y de peligro y no de emigración como debería ser.
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-¿Actúa igual la PNP cuando un venezolano ataca a un peruano que cuando es un peruano quien agrede a un venezolano solo por su nacionalidad?
-En cuanto al trato, creo que el principal problema, aunque no tengo un dato específico/detallado, ni he hecho una investigación sobre el tema, pero creo que el principal problema no sea tanto de la policía, sino más bien la prensa que menciona el dato de que las personas son extranjeras cada vez que un extranjero comete un delito.
Cuando le preguntan a la persona: ¿Escuchó algún acento? Eso no contribuye para nada. En cuanto a la policía misma, el principal problema está en estos operativos de tipo reglaje en donde la policía se presta a andar por la calle con migraciones y con los serenazgos municipales (encargado nocturno de vigilar las calles) para revisar los documentos migratorios de los venezolanos. Eso también está mal.
-¿Cuál ha sido el impacto de la llegada de los venezolanos en los últimos años a Perú?
-En el impacto hay un tema de distintas etapas, de distintas olas migratorias. Las primeras olas generaron apoyos de un país que ha tenido problemas con el chavismo históricamente; nuestros presidentes solían pelearse con Chávez, pero hoy hay una competencia en el rubro servicios en los sectores más pobres de la población y eso ha ocasionado resistencia por la presión económica.
La gente no se percata que el problema no es el migrante venezolano desesperado que busca un trabajo explotado sino el peruano que lo explota, aprovechándose de su desesperación y ese peruano explota a venezolanos y a peruanos. Lo que se necesita es arreglar el sistema peruano todos juntos para que no exista explotación, no para que no exista migración.
-¿Por qué algunos consideran a los venezolanos una amenaza para Perú?
-La prensa ha sobredimensionado la situación de la delincuencia venezolana y ha habido algunos casos sonados de tipo de violencia que la verdad no se conducía con el modus operandi de la delincuencia peruana y se aprovecha eso para generar pánico; pero creo que ese no es el motivo principal, eso es un síntoma.
El motivo principal es la competencia al nivel más bajo de la economía peruana por puestos de trabajo: personas que trabajan en mercados, en centros comerciales informales que pelean por puestos de trabajo con venezolanos que llegan desesperados a tomar cualquier sueldo, cualquier trabajo que puedan tener. Sí hay un desplazamiento de la fuerza laboral peruana a favor de la venezolana por el abuso de estas personas que explotan a los migrantes. Eso genera un resentimiento que se expresa y se ve alimentado por este tipo de reportajes sobre delincuencia. La realidad social nutre el prejuicio.
-¿Qué tan vulnerables son los venezolanos en Perú?
-La vulnerabilidad de venezolanos en el Perú dependen de la ola migratoria a la que pertenezcan. Creo que la última ola, la de refugiados, sí son más vulnerables. Están sujetos a abusos de las fuerzas policiales, a que les decomisen sus bienes cuando son vendedores ambulantes, a que se les deporte; cuanto menos informal, menos riesgo. Son las injusticias sociales a las que están expuestos. En general yo diría que todavía estamos a tiempo de luchar en contra de la xenofobia y la resistencia a la migración venezolana, pero la ventana se está achicando.
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-¿Qué acciones debe tomar el Estado peruano para evitar la xenofobia contra los venezolanos?
-Hay un ejemplo claro del lado colombiano donde recientemente se ha llamado a un pacto interpartidario para no promover la xenofobia, cosas como esas son importantes; pero yo creo también que más importante aún es que el Estado y las instituciones del Gobierno entiendan que lo que hacen tiene efectos más allá de lo político que ellos buscan. Ellos buscan consecuencias políticas favorables al costo del maltrato del ciudadano venezolano. Entonces, el Estado tiene que hacer campañas de concientización, campañas de integración y enviar un mensaje de hermandad al pueblo venezolano en el Perú, como se ha hecho antes, como ha sido la tradición en Perú.
Yo creo que dejar de hacer, dejar de asistir a estas ceremonias de deportación y cambiar esto por mensajes positivos y dejar de mencionar en la prensa la nacionalidad de los delincuentes, actuando a través de la Defensoría del Pueblo, a través de las instituciones del Estado que están ahí para cumplir con su labor y también capacitando y haciendo cursos al Ministerio de Interior y a la policía para que no incurran en prácticas negativas en el ejercicio de sus labores.
-Acnur ha estado pidiendo a los países de la región que flexibilicen los controles para los migrantes venezolanos, ¿cree que Perú esté estudiando esa posibilidad?
-Creo que no, creo que lo que va a pasar es mantener el status quo de solicitar visas porque la posición ahorita del Estado está en obtener popularidad vía respuesta al tema venezolano. El gobierno es un gobierno débil que no tiene apoyo de político, sino de la población. Hay mucha oposición entre los partidos políticos y ahora ni siquiera hay congreso porque fue disuelto. Creo que la situación se va a mantener. No creo que eso vaya a ser la prioridad para el Gobierno en los siguientes meses. No creo que haya una reforma ni que al Gobierno le interese hacerla; en este momento lo que le interesa al Gobierno es mantener popularidad y lamentablemente en este momento la xenofobia le da popularidad al Gobierno.
-¿Podrían calificarse todos los migrantes venezolanos como refugiados? ¿Por qué?
-Yo creo que sí. Calzan dentro de la definición de refugiados de la Declaración de Cartagena sobre Refugiados que expande la definición de refugiado a personas que huyen de serias perturbaciones del orden público y creo que es lo que ocurre en Venezuela. Teniendo en cuenta además que el Estado peruano adoptó esa definición de la Declaración de Cartagena en la legislación doméstica en la Ley del Refugiado.
Entonces, el Perú más bien está incumpliendo su propia Ley de Refugiado no otorgándoles el estatus de refugiado a los venezolanos que están en Perú, cuando deberían. No debería haber PTP (Permiso Temporal de Permanencia), debería haber reconocimiento de que todos los venezolanos que llegan al Perú se presumen refugiados.
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