Así se sirvió la mesa para «el prediálogo»
Autor: Luisa Quintero
El viernes 9 de septiembre se produjo la primera reunión cara a cara, sin mediadores, de representantes del Gobierno y de la oposición. Carlos Ocariz (PJ), Luis Aquiles Moreno (AD), Freddy Guevara (VP) y Timoteo Zambrano (UNT) de un lado de la mesa, y Elías Jaua, Roy Chaderton y Jorge y Delcy Rodríguez en el otro. La cita ocurrida en Caracas se repitió al día siguiente pero no llegó a la tercera ocasión que había sido acordada. El chavismo no se presentó.
Los encuentros se asomaron gracias a la Embajada de España en Caracas. «A nosotros nos llamaron para unas reuniones sobre la marcha, se escuchó lo que tenían que decir desde el Gobierno y desde ahí se quedó en la mesa la idea de otras reuniones», dice una fuente de la MUD en referencia a los encuentros sostenidos durante la visita relámpago de José Luis Rodríguez Zapatero a la capital dos días antes de la Toma de Caracas. Desde el Gobierno se afirmó que con el expresidente español se acordó que la movilización opositora se realizara hacia el este, y la oficialista hacia el oeste. La oposición no lo negó.
Una semana después de tales conversaciones, representantes de ambos sectores se sentaron a hablar cara a cara.
EL RR SOBRE LA MESA
Desde el PSUV se ha dicho que al respecto del referéndum revocatorio no hay nada que hablar. «Ese no es nuestro tema», ha dicho Jorge Rodríguez. Pero una fuente cercana a los rojos confirma que los representantes por el Gobierno escucharon las condiciones de la Mesa de la Unidad Democrática sobre tal consulta. «La oposición expuso sus puntos de vista pero desde el Gobierno se mantiene la posición de no realizar ninguna negociación sobre ese tema», señala la fuente.
Los enviados de Nicolás Maduro llevaron la misma agenda que viajó a República Dominicana en mayo pasado, con cinco puntos: «la paz de la República, el respeto a los Poderes Públicos y las instituciones del Estado, la instalación de una Comisión de la Verdad, buscar soluciones para vencer la guerra económica y el respeto a la Constitución», refiere el informante.
Los representantes opositores se agruparon en torno a un punto único: el respeto a la realización en 2016 del revocatorio. «Se escucharon las mismas observaciones del Gobierno desde República Dominicana y al final si se habló sobre la posibilidad de un diálogo real», cuenta una fuente desde la MUD.
En esa conversación, por ejemplo, se dijo que debía cumplirse con el mandato contitucional de que el 20% de voluntades a favor del revocatorio fuese a escala nacional. Según otro informante de la Unidad, hasta el propio Jorge Rodríguez admitió que así debía hacerse. «Cuando se planteó ese punto, él lo que hizo fue decir que eso estaba así en la ley».
Eso sí, no hubo momentos de tensión ni palabras altisonantes. Al contrario, hasta Delcy Rodríguez estuvo recatada en su actuar frente a los opositores que, puertas afuera y frente a la galería, califica de asesinos y golpistas. «No estuvieron a la defensiva», cuenta un testigo.
EL SECRETO
Según la fuente chavista, el carácter «privado» de las reuniones se solicitó desde la oposición. Son muchos los voceros que coinciden en que la población ve el diálogo como una «entrega». Pero Jesús Chúo Torrealba, secretario ejecutivo de la MUD, escribió el 17 de septiembre que el caracter «privado» de los encuentros fue solicitado por el propio chavismo. Un compromiso roto por Diosdado Cabello que develó el asunto el lunes 12 de septiembre por haber sido «excluido por ellos mismos de tal proceso».
Aunque en su escrito Torrealba admite que «el error en realidad estuvo en no haber reaccionado con rapidez (y con confianza en el país) ante las supuestas revelaciones (…) Hemos debido explicarle al país con lujo de detalles, la misma noche del lunes 12 de septiembre, quienes se habían reunido, por qué, para qué, buscando qué objetivos, qué había pasado en esas reuniones y por qué las contradicciones internas del gobierno habían hecho abortar una conversaciones que ellos mismos habían pedido».
En todo caso, la Unidad busca la forma de manejar el concepto del «diálogo real» y de allí la insistencia de la etiqueta «pre-diálogo» para que la población logre aceptarlo dentro de un clima político y social polarizado.
«El verdadero freno de hacer un diálogo público es que la gente está convencida que eso puede ser un `entreguismo’. No vamos a entregar nada, pero son conceptos que debemos saber manejar», detalla una de las fuentes de alto nivel.
POR DÓNDE VAN
El domingo 11 de septiembre, se publicó una entrevista del diputado Enrique Márquez donde señaló que «se podría decir que está en una etapa interesante, pero todavía no para mostrarse a la opinión pública lo que se ha logrado. Pero hay algunos avances».
Se refería a lo logrado hasta ahora desde aquellos primeros encuentros con los mediadores en República Dominicana de mayo pasado. En la isla, el chavismo se habría mostrado de acuerdo en revisar, por ejemplo, la situación de los presos políticos y buscarle una salida política a este asunto -libertad plena, régimen de presentación a tribunales o casa por cárcel dependiendo del caso-.
También, la aceptación de la ayuda humanitaria por parte del Gobierno, para palear el desabastecimiento de alimentos y medicinas. La respuesta de los representantes de Maduro fue positiva, pero con la condición de no llamarla «ayuda humanitaria».
En cuanto a la conformación de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, se barajó la posibilidad de ampliar sus miembros designando siete magistrados afines al chavismo, siete a los sectores democráticos y uno escogido de común acuerdo.
La recomposición de la relación entre los poderes también se discutió y obtuvo positiva respuesta por parte gubernamental. Además, allí se habrían adelantado las gestiones para incorporar al Vaticano a las conversaciones, mientras que la MUD habría exigido que las reuniones fueran en Caracas y no en Santo Domingo, como luego ocurrió. Por otra parte, a Zapatero se le atribuye la liberación de Gabriel San Miguel y su destierro a España.
Sin embargo, una de las fuentes de la MUD asegura que algunos de aquellos avances quedaron fríos por el «tacticismo» de algunos sectores opositores.
VIENE DE ATRÁS
Desde julio, la encuestadora Hinterlaces habla de 84% de apoyo popular al diálogo. Pero cada encuentro ocurrido entre tirios y troyanos ha desatado ataques, quejas, señalamientos e intrigas.
En mayo ocurrieron las primeras conversaciones, en República Dominicana. Eran las concreciones iniciales de las gestiones de los expresidentes Rodríguez Zapatero (España), Martín Torrijos (Panamá) y Leonel Fernández (República Dominicana). Entonces, los representantes de la oposición fueron Carlos Vecchio y Roberto Marrero (VP), Alfonso Marquina (PJ), Luis Aquiles Moreno (AD) y Timoteo Zambrano (UNT), mientras que por el Gobierno asistieron Elías Jaua, Jorge Rodríguez y Delcy Rodríguez.
No se llegó a nada, pero sí se levantó polvo. Se habla desde entonces del interés del Gobierno de cambiar presos políticos por el revocatorio. Ambos lados lo desmintieron.
LA NECESARIA TRANSPARENCIA
El problema para la oposición no es dialogar sino saber comunicarlo. Para Carmen Beatriz Fernández, especialista en marketing político, «que no se sepa de qué estás hablando no quiere decir que no se pueda saber que estás dialogando». A su juicio, la MUD debió decir la agenda mínima de tales conversaciones y pedir un dano. «Son necesarias tanto fases de transparencia como de discreción. Transparencia en cuanto a los agentes, a quién representan y la agenda mínima, aunque no haya información en tiempo real de los detalles».
La periodista Anamaría González Oxford, experta en comunicación política, afirma que haber hecho anuncios certeros previos, «explicando hacia dónde encamina su estrategia, porque el objetivo está claro», hubiese permitido que el «esfuerzo de credibilidad no hubiese estado de parte de la oposición. Hay Gobierno no quiere diálogo y por eso lo «implosiona» incumpliendo acuerdos, pero también señala candidez y «síndrome de Estocolmo» en algunos opositores. «Al enemigo tienes que tenerlo respuestas pendientes, que frente al silencio del Gobierno la MUD pudiera informarlo: saber quién llamó a quién, quién está pidiendo sentarse, por qué llega Zapatero antes del 1°, quién lo llamó. «Deben dejar de estar a la defensiva».
Carmen Beatriz Fernández recomienda revisar los diálogos de Contadora (paz para Centroamérica), los de Cuba (paz en Colombia), los de Israel con la OLP en Oslo, y el acercamiento de Cuba y Estados Unidos. «Todos fueron esfuerzos serios, con fases transparentes y fases ocultas. Pero lo que se siente es que en Venezuela los esfuerzos no lucen tan serios».
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