AstraZeneca: Todo lo que debes saber sobre su vacuna contra la covid-19
Nicolás Maduro desestimó la llegada de la vacuna AstraZeneca al país basándose en una «soberanía científica» e indicando que solo él pueden escoger cuál puede ser usada
La llegada del coronavirus al mundo desató la creación de vacunas por distintas em`presas. Tal es el caso de AstraZeneca, una farmacéutica global con sede en Reino Unido, que creó una dosis que debería llegar al país si Nicolás Maduro no hubiese prohibido su entrada este miércoles 24 de marzo por esta contar con presuntos efectos secundarios. En Pocas Palabras te contamos todo lo que debes saber sobre esta vacuna contra el covid-19.
El 4 de febrero, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó que había apartado para Venezuela casi millón y medio de vacunas de AstraZeneca, cuya compra dependía entonces de un acuerdo político y técnico que estaba en marcha entre gobierno y oposición. Sería ese un primer lote del total de 2,4 millones de dosis de este año por Covax.
Covax es el Fondo de Acceso Global para Vacunas covid-19. Es una alianza impulsada por actores públicos y privados con el objetivo de garantizar el acceso equitativo a las vacunas que se logren desarrollar contra el coronavirus para la sociedad.
Esa reserva se había hecho aún cuando el país no había realizado los pagos correspondientes, pero esperando el fruto del acuerdo que se había alcanzado con la oposición para poder financiar hasta un total de 12 millones de dosis, que se pagaría con recursos congelados fuera del país y que la Asamblea Nacional (AN) de 2015, que encabeza Juan Guaidó, autorizó el 20 de marzo por un total de 30 millones de dólares para pagar vacunas y cadena de frío.
Sin embargo, la administración de Maduro y Delcy Rodríguez desestimaron su llegada basándose en el argumento de «soberanía científica» e indicando que solo ellos pueden escoger cuáles pueden entrar al país. El gobernante nacional agregó que la vacuna AstraZeneca «está causando estragos en el mundo». La narrativa oficial justifica además su decisión en la suspensión de la aplicación del fármaco en países europeos que hace algunos días suspendieron su aplicación, luego de presentarse casos de coágulos sanguíneos en personas vacunadas.
Vamos por partes
Desde enero de 2021 se está aplicando la vacuna AstraZeneca. El tres de marzo el gobierno de Austria suspendió su aplicación mientras se investigaban dos casos de trombosis (uno de ellos mortal) en pacientes que recibieron la dosis. Para el 11 de marzo, le siguieron Dinamarca, Noruega e Islandia y luego se sumaron, en cascada, otros países europeos.
Hasta el 15 de marzo, se habían notificado 11 casos de trombosis en la Unión Europea (UE), donde se habían administrado unos seis millones de dosis de la vacuna AstraZeneca. En Reino Unido, se han notificaron tres casos entre 10 millones de personas vacunadas con AstraZeneca.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), tras investigar los casos, recomendó su uso y desestimó la posible relación entre la vacuna y los casos de trombosis. Dijo «la vacunación contra covid – 19 no reducirá las enfermedades ni las muertes por otras causas. Se sabe que los eventos tromboembólicos ocurren con frecuencia. El tromboembolismo venoso es la tercera enfermedad cardiovascular más común a nivel mundial. La OMS considera que los beneficios de la vacuna de AstraZeneca son mayores que sus riesgos y recomienda que se siga usando».
El Comité Consultivo Mundial sobre Seguridad de las Vacunas estudió los datos sobre los casos de tromboembolias y trombocitopenias presuntamente relacionados con la vacuna de AstraZeneca y concluyó que la vacuna no da lugar a un aumento global de trastornos de coagulación. Este comité examinó 18 casos de trombosis de senos venosos cerebrales registrados tras vacunaciones y no ha concluido que exista una relación causa-efecto.
«Las tasas notificadas de tromboembolias tras la administración de estas vacunas se corresponden con la cifra esperada de diagnósticos, que ocurren de forma natural y no son infrecuentes, además de poder ser consecuencia de la propia covid-19», dijo el organismo.
Por su parte, La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) revisó la vacuna después de que 13 países europeos suspendieran su uso por temor a que se produjeran coágulos de sangre. La agencia concluyó que la vacuna «no estaba asociada» a un mayor riesgo de coágulos y, por tanto, Alemania, Francia, Italia y España comunicaron que reanudarían el uso de la vacuna y que, por cierto, es la que se puso el primer ministro de Inglaterra y la familia real.
En todo caso, Venezuela no está en Europa. Vía Covax la OPS ha entregado vacunas AstraZeneca a El Salvador y Guatemala y otros países de América Latina la han aplicado como Chile, por ejemplo. Hasta ahora, de este lado del mundo no se ha presentado ningún caso de reacción.
También hay que destacar que la AstraZeneca que se distribuye en América Latina, y sería la que vendría a Venezuela, no es la misma que se aplica en Europa. De hecho, tiene orígenes distintos, pues ese laboratorio ha entregado su fórmula para que pueda producirse en distintos institutos. En este sentido, la que llegaría a Venezuela hubiese sido una producida en Corea del Sur por SK Bioscience y no en Europa, como el lote sospechoso de producir efectos en aquel continente.
A pesar de ello, las autoridades venezolanas se han dedicado a divulgar información desactualizada que no toma en cuenta recomendaciones posteriores de la Agencia de Medicamentos Europea y de la OMS o la reanudación de la vacunación con este fármaco anunciada en varios de aquellos países. Tampoco, que en América Latina no se han presentado casos de coágulos en personas vacunadas y que el lote aplicado es distinto al europeo.
El mecanismo Covax no trabaja solo con AstraZeneca, también incluye otras vacunas aprobadas por la OMS como la Pfizer/Biontech y la Johnson – Johnson. En este sentido, Rusia pidió hace un par de días incorporar la Sputnik V al programa y otras están en evaluación.
Hasta ahora a Venezuela han arribado 700.000 dosis de vacunas contra la covid-19. 200.000 para aplicación completa de la rusa Sputnik V y 500.000 de la china Sinopharm para primera aplicación. Por tanto, se desarrolla la inmunización de apenas apenas 350.000 personas, lo que representa un 1,16% de la población que no cubre ni siquiera al personal de salud.
Si se hubiese aprobado la AstraZeneca, las vacunas hubiesen podido comenzar a llegar en abril. Pero Venezuela es el único país del mundo que decidió prohibirla por completo, lo cual puede retrasar la llegada de cualquier otra opción vía Covax.
Hablemos de porcentajes
Las vacunas desarrolladas por Pfizer y Moderna son las que tienen mejor porcentaje junto a la Spunik V mientras que AstraZeneca divulgó resultados este jueves 25 de marzo afirmando que su eficacia media es de 76% y del 85% entre mayores de 65 años. Este último porcentaje indica que la persona que reciba la vacuna tiene 76% menos probabilidad de enfermarse por covid-19 o 95% en el caso de Pfizer, 92% en el caso de la Sputnik V y 79% en el caso de la Sinopharm.
Esos porcentajes son el resultado de las condiciones del estudio clínico que tuvieron. Por ejemplo, Pfizer y Moderna fueron probadas en Estados Unidos entre agosto y noviembre de 2020 cuando no se estaba atravesando un gran pico de contagios. La Johnson y Johnson se probó en plena tercera ola en ese país, por tanto cuando había más probabilidad de que los sujetos de prueba estuvieran expuestos a infecciones. Así fue también en Suráfrica y Brasil donde también hicieron pruebas para esa vacuna, cuando ya había variantes.
Es por ello, que los porcentajes reflejan lo que ocurrió en las pruebas clínicas y no en el mundo real. De hecho, los expertos aceptan la vacuna y los reguladores la permiten no porque evite contagios sino porque garantiza que no habrá muertes por covid-19 y reduce al máximo las posibilidades de que la infección conduzca a síntomas graves y hospitalización.
Amanecerá y veremos
El chavismo tuitero se montó en una propaganda anti AstraZeneca con desinformación y omisiones. Este jueves 25 de marzo impulsaron la etiqueta #AstraNuncaBaby en el país. Este hecho recuerda un trabajo publicado el cinco de febrero pasado en el New York Time titulado «Una campaña rusa promueve en español la vacuna Sputnik y perjudica a las rivales».
Parte del texto indicaba que «medios rusos vinculados a las campañas de desinformación electoral en Estados Unidos tienen ahora un nuevo objetivo: convencer a los países hispanohablantes de que la vacuna rusa contra el coronavirus funciona mejor que sus competidoras estadounidenses, según investigadores y funcionarios del Departamento de Estado». Se referían a México particularmente en aquel momento.
Hace apenas dos días, Rusia solicitó la inclusión de la Sputnik V en el programa Covax. Esto pudiese prever que el gobierno de Maduro se encuentra impulsando una narrativa que beneficie a Rusia, su aliado, y de quien supuestamente adquirirá 10 millones de dosis de Sputnik V.