Cada familia una escuela: La estrategia ministerial son píldoras de clase en TV (I)
Pese a que aún no queda claro cuánto durará la cuarentena colectiva, la planificación educativa especial de las clases a distancia que realizó el Ministerio de Educación «Cada familia una escuela»contempla un cronograma de actividades que se extienden hasta finales de junio, es decir, la fecha de cierre del año escolar
María de los Ángeles Graterol y Gabriela Rojas
Con la llegada del coronavirus a Venezuela, una de las primeras medidas fue la suspensión inmediata de clases en todos los niveles de educación. Tras el primer anuncio oficial de la vicepresidenta Delcy Rodríguez y la declaración de cuarentena nacional que rige desde el pasado 16 de marzo, ningún plantel venezolano ha abierto sus puertas.
Ante ese escenario, la solución planteada por el Ministerio de Educación para no interrumpir la «normalidad» del año escolar y no declararlo perdido, fue la activación de un sistema de clases a distancia. Desde el ente gubernamental se estableció un Plan Pedagógico de Prevención y Protección con lineamientos para las diferentes escuelas del país respecto a la planificación de contenido y evaluación de los estudiantes.
La clase inaugural del lunes 16 de marzo del plan llamado Cada familia una escuela, la dio el profesor Aristóbulo Istúriz, ministro de Educación, y anunció que parte de la formación académica se daría en casa y a través de un programa transmitido por el canal del Estado, Venezolana de Televisión. El ministro informó que «utilizaremos todos los medios, fundamentalmente la televisión. A partir de hoy realizaremos este programa de orientación y apoyo a las familias. Es una protección completa de cómo informar y prevenir».
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Ese programa diario intenta cubrir en 45 minutos una especie de clase generalista con el contenido de los distintos niveles del subsistema educativo en las cátedras de Geografía e Historia (lunes); Ciencias Naturales y Salud (martes); Matemática para la vida (miércoles); Pedagogía Productiva (jueves); y Comunicación y Lenguaje (viernes).
Cada una de las materias debe tener una hoja de seguimiento realizada por los mismos padres, en la que se pondrá el nombre de la asignatura, la actividad, fecha en la que se realizó y el objetivo que se quiere lograr, el tiempo dedicado a cada una y qué espacio de la casa se designó como la «nueva aula».
La escuela televisiva
Durante la primera semana del programa que se vio por las pantallas de Venezolana de Televisión a las 10 de la mañana y luego en Tves a las 2 de la tarde, el tema transversal fue el coronavirus y las pautas educativas estuvieron asociadas a ese tema y algunas variaciones.
En la clase del martes 17 de marzo, por ejemplo, y siguiendo el eje de contenidos diseñado por el ministerio, se hizo énfasis en la importancia de lavarse constantemente las manos, con la acotación dicha por la educadora: «bien sea con agua de chorro o agua seleccionada en un envase». Hizo referencia al uso del tapabocas, pues era importante para «seguir los lineamientos del presidente Nicolás Maduro», no de la Organización Mundial de la Salud. Quizá no tanto como medida sanitaria porque cinco de los profesores que impartieron las clases en los bloques televisivos hicieron uso incorrecto de las mascarillas pues las tenían colgadas en el cuello, al mejor estilo bufanda, incluido el ministro Istúriz.
El programa de hoy, parece que va por partes. La primera, abrió y cerró con la canción para lavarse las manos, es sobre la prevención del #Covid_19 con Aristóbulo y una 'autoridad', (que también usa el tapa bocas #ModoBufanda, bueno, todos la usaban de ese modo) duró 15 minutos pic.twitter.com/0cnViwNZ4R
— Olga Isabel Ramos S (@olgaramos) March 16, 2020
En el primer segmento del programa ese día, la docente indicó que la tarea correspondiente para esa asignatura era investigar qué era un gel antibacterial, qué es el coronavirus y los síntomas que podrían presentarse. La parte siguiente, dirigida por la profesora de biología Josefina Simón y el maestro Carlos Cabrera, era poner en práctica la investigación, y acto seguido hicieron un antibacterial con sábila y alcohol, más otros materiales que pudieran estar disponibles en casa.
Dentro de las asignaciones que forman parte del portafolio evaluativo, el cual debió entregarse en las escuelas entre el 24 y 25 de marzo por el cierre de lapso, el ministerio propone la elaboración de trípticos, maquetas, mapas de conceptos, dibujos y otros tipos de trabajo que varían dependiendo del grado académico. Pero el plan contempla períodos para cumplir con el tercer lapso y actividades hasta junio, es decir que aunque la fecha de la cuarentena nunca ha sido establecida con precisión, la estrategia ministerial es que así va a terminar el año escolar.
Por cierto, a lo largo de todo el programa han mencionado el portafolio como recurso para la evaluación y nunca han dicho como hacer para evitar que se convierta en un medio de transmisión en el proceso.
Un detalle.
Volvimos a propagandas.
Veamos si hay algún contenido al final— Olga Isabel Ramos S (@olgaramos) March 16, 2020
Un poco de todo sin nada específico
En una primera parte del plan pedagógico se señala que «debe asumirse la contingencia, desde la estrategia de la educación a distancia»; sin embargo, avanzando en el mismo texto se reseña que «las y los docentes se declaran en actividad permanente dentro de sus instituciones educativas», una instrucción contradictoria con la orden oficial de quedarse en casa.
Los maestros que dictan las clases desde el estudio televisivo se dividen en bloques de entre 3 y 12 minutos: inicial, primaria, media, portafolio, educación especial y el de tecnología con un tutor de Fundabit. Las actividades varían entre explicaciones escuetas y orientaciones generales, un tanto de manualidades con materiales que se dan por sentado como algo que hay en casa, referencias a recursos de aprendizaje que aseguran están «garantizados por «la Revolución Bolivariana», menciones frecuentes a Nicolás Maduro y al gobierno como «líderes» y una narrativa oficial que presenta a «buenos y malos» o un versus en el que solo un grupo son «defensores de la patria».
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Una mención especial merece el segmento final de Fundabit. Las explicaciones para emplear recursos tecnológicos como programas de edición y video, grabación y montaje de audios, uso de técnicas como el stop motion y publicación de videos en redes sociales se resuelven en procesos de tres o cuatro pasos que además implican que los estudiantes que atiendan esta parte del programa, no solo cuente con las respectivas computadoras Canaimitas que utiliza el tutor para el segmento, sino que el estudiante debe tener una buena conexión a internet y cada uno de estos programas y aplicaciones ya descargados y con suficiente capacidad de almacenamiento en sus computadoras.
Las lecciones deberían abarcar contenidos para los diferentes niveles porque los estudiantes están recibiendo indicaciones de sus docentes, en las cuales señalan que deben utilizar la escuela televisiva como referencia para sus evaluaciones. Pero en la transmisión se condensan temáticas en las cuales se da un poco de todo, pero a la vez nada específico que corresponda a los programas de clase que serán evaluados. Los contenidos y algunas actividades prácticas de la escuela en la pantalla se resumen en pequeñas píldoras repartidas entre los 45-50 minutos que están al aire, lo que equivale a apenas una hora académica regular.
Casi dos semanas después de que la escuela por televisión inaugurara su espacio, esta es la única estrategia desarrollada hasta ahora por el ministerio para mantener vivo el año escolar. En medio de la declaración de cuarentena y el cierre de las escuela, las clases a distancia por TV aparecen como una tarea con peso evaluativo, a pesar de que en la práctica los docentes comparten con los estudiantes las limitaciones del acceso a internet, los problemas del uso de las redes móviles de comunicaciones, y con demasiada frecuencia, la falta de electricidad.