El capitalismo conquista a Maduro y la población no puede rechistar
A pesar de mantener una retórica socialista, el gobierno chavista ha abrazado el capitalismo, al dolarizar de facto el país, avanzar en una serie de privatizaciones e impulsar medidas económicas que favorecen capitales externos; mientras, se afianza en el autoritarismo y no atiende necesidades básicas de la población
Venezuela “es un país que está comenzando a construir su propio modelo de socialismo” afirmó Nicolás Maduro en diciembre de 2020 durante una rueda de prensa con medios internacionales. Un comienzo bastante ralentizado si se toma en cuenta que el planteamiento hacia un socialismo del siglo XXI fue la bandera de Hugo Chávez durante la campaña electoral para su reelección en 2006.
Más allá de ese comienzo tan prolongado, lo sorprendente del mantenimiento de la retórica del socialismo por parte de la administración chavista, es que ésta se mantiene mientras el país ha sido de facto dolarizada, adoptando la moneda misma del imperio tan denostado por los seguidores de Chávez, se avanza en una serie de privatizaciones de empresas que fueron estatizadas precisamente por el iniciador del proceso “revolucionario” y proliferan los comercios que venden productos importados exentos de aranceles, mientras la población sufre los rigores de unos deplorables servicios públicos, una continua hiperinflación y un paupérrimo sistema de salud.
Políticas de gobierno afines al capitalismo
De manera paulatina, el mandatario venezolano se ha ido “derechizando” en el aspecto económico, aunque sin reconocer el fracaso de las políticas estatistas de su antecesor en el cargo, mientras el concepto de socialismo queda reducido, como en China, al sostenimiento de una burocracia autoritaria.
Los analistas Javier Biardeau y Marisela Betancourt desmenuzan este proceso de “derechización del gobernante desde el punto de vista político, mientras el economista Manuel Sutherland detalla las políticas típicas de gobiernos afines al capitalismo que se han implementado en esta Venezuela que, lejos de construir el socialismo, padece los efectos de un capitalismo anarquizado y cuya población se afana apenas por la sobrevivencia día tras día.
El país nunca se apartó del capitalismo
“La respuesta es más sencilla, nunca hemos salido del capitalismo. Ni siquiera hemos salido del capitalismo en sus dos formas dominantes, el liberal, que tiene predominio de la actividad económica responsabilidad exclusiva del sector privado, y el de Estado que ha dependido del papel protagónico que tenía la administración pública por ser un elemento clave para la mediación de la extraordinaria renta petrolera”, expresó el sociólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela Javier Biardeau, quien considera que ambos tipos de capitalismo han estado disputándose el concepto de la renta petrolera durante todos estos años de proceso chavista.
Indicó que, con Hugo Chávez, en un primer momento, se intentó revertir un conjunto de medidas que se habían hecho y estaban orientadas a la liberalización económica, con el gran viraje de Carlos Andrés Pérez (1989-1992) y la Agenda Venezuela de Rafael Caldera (1994-1999). Estima el integrante del Departamento de Estudios Latinoamericanos de la UCV que la política económica de Chávez fue heterodoxa pero moderada, y no de enfrentamiento con el capital privado, sino complementario a éste.
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Coincidencia de varias crisis
Sostuvo Biardeau que políticas como estatización de empresas, creación de comunas y confiscaciones constituyen un esbozo socialista, pero que fueron las circunstancias las que dieron al traste con lo promovido a través del Plan de la Patria.
“Nicolás Maduro está viviendo una circunstancia excepcional, atípica y de emergencia, se le juntaron las crisis posibles en el país, la rentística petrolera, que en su fase de colapso a nivel mundial hacía inviable seguir sosteniendo la actividad económica solo con base a la renta petrolera, también las malas decisiones de política económica de su gobierno en 2013, 2014 y 2015, como el manejo la deuda, de las divisas, las reservas internacionales y un enfrentamiento de carácter suma cero con el gobierno norteamericano, en el cual las sanciones le crearon un marco de restricciones no vividas por el país en otro momento”, señaló.
Capitalismo despótico de clases medias
Marisela Betancourt, politóloga de la Universidad de Los Andes, aseguró que dentro del chavismo se ha venido imponiendo una tendencia favorable al mercado, pero niega que todo esto implique una “derechización” del gobierno de Nicolás Maduro; antes, enmarca el proceso de cambios con una tendencia global hacia despotismos de nuevas clases medias.
“Hay un libro de John King que se llama Nuevos Despotismos, imaginando el fin de la democracia, en el que habla de cómo los regímenes despóticos más estables tienen al apoyo de las clases medias. Estos nuevos autoritarismos que tienen tanto éxito a nivel mundial son gobiernos que promueven un proceso de aburguesamiento de la sociedad, la construcción de nuevas burguesías”, refirió la analista.
A su juicio, el chavismo se dio cuenta de esto hace bastante tiempo: “Siempre ha tratado de incluir sectores medios, de clase media en la esfera del chavismo. Lo hizo hace muchos años con el tema de la clase media en positivo. En la última campaña de Hugo Chávez a la presidencia se introdujo todo lo que es la estética de la televisión y la farándula para atraer a algunos sectores de la clase media; se cambió un poco el eje del discurso».
Supermercados y bodegones en auge
Destacó que actualmente se nota la incorporación de un nuevo empresariado. “Lo empezamos a ver con mucha más claridad a partir de las sanciones, que muchos empresarios vinculados al gobierno están sancionados en el exterior y han tenido que hacer grandes inversiones en Venezuela, a veces parecen despropósitos cuando se observan las magnitudes de ciertas inversiones con respecto a sus entornos. Si ves algunas inversiones, supermercados, bodegones, y los ves en el contexto donde están, es difícil de entender”, apuntó.
Hizo énfasis en que, aunque ahora vemos con mayor nitidez a estos nuevos empresarios, dentro del chavismo siempre ha habido tendencias. “El tema de acercamiento al empresariado siempre ha sido un tema del gobierno, ha habido alianzas con sectores empresariales que no vemos en televisión, pero existen. El chavismo ha mutado y se han ido desplazando grupos de poder. Ahora tenemos que grupos de poder que son más pro mercado, liberalización de la economía, tienen más poder político y por eso en el país podemos ver que es una tendencia que se está imponiendo”, precisó Betancourt.
Híper rentismo lumperizado
Para el economista Manuel Sutherland, director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO) el asunto del capitalismo de Nicolás Maduro es que parece haber dado una especie de “gran viraje” de lo que venía cometiendo el gobierno bolivariano, que a su juicio, y en esto coincide con Biardeau, no era de izquierda, sino que se trataba de un híper rentismo petrolero lumperizado.
Explicó que la distribución de la renta petrolera de manera desordenada y con un gasto desorbitado no son políticas que se correspondan con la izquierda, pero en el caso de Maduro se está notando un viraje con respecto a las medidas populistas orientadas al lumpen que se venían impulsando.
“En el imaginario general debe entenderse que Maduro está haciendo un gran ajuste de tipo económico típicamente llevado por gobiernos liberales o anti obreros que están en el polo opuesto de la izquierda”, advirtió.
Sutherland identifica varias políticas que señalan esta orientación hacia el capitalismo del gobierno de Nicolás Maduro, entre las que destaca el recorte drástico del gasto público, que, aunque admite que es difícil de estimar por la poca información que existe, podría llegar a un 90%; cifra que califica de atroz y muy superior a la impuesta en países de clara tendencia neoliberal, en los que se llega hasta un 10%.
Ilusión monetaria
Señaló también el economista, que la administración del sucesor de Hugo Chávez no ha protegido el salario, aspecto fundamental en los gobiernos de izquierda, y bajo su mandato, el ingreso real de los venezolanos ha caído en un 97% a pesar de su aumento nominal, lo que se denomina ilusión monetaria.
Otro punto que destaca Sutherland en esa “derechización” es que mientras los gobiernos de izquierda tratan de asegurar la seguridad social y plantean proyectos para defensa de la seguridad social y la protección la clase obrera, en áreas como seguros y pensiones, éstos han sido destruidos en los últimos años.
De igual manera resaltó que la izquierda tiene proyectos desarrollistas, industriales. “Generalmente la derecha es la que plantea abrir más los mercados y desatender a la industria local en aras de brindar más dinamismo comercial a la nación. El gobierno de Chávez y Maduro ha creado políticas a través del clientelismo donde se ha destruido la industria nacional y el comercio formal con políticas de sobrevaluación de la moneda, que generaron fuga de capitales y favorecimiento de empresas extranjeras en detrimento de las nacionales. Eso hizo que mucha gente del gobierno y desde el sector privado comenzara a importar caraotas, arroz, sillas de plástico, cosas que se hacían acá”, detalló.
Trabajadores afectados
En opinión de Javier Biardeau, quien ha salido perdiendo en esta pugna entre capital y trabajo ha sido el trabajo, ya que se ha incrementado la desigualdad social. Señaló que, efectivamente, hay una serie de indicadores objetivos que dicen con claridad que hay factores que favorecen al sector de capital y, en ese sentido hay un proceso de derechización.
“Cuando Nicolás Maduro intenta la recuperación del ciclo económico vía activar sector privado, se ha generado un marco de incentivos arancelarios para que el sector pueda reactivar la actividad económica. Se trata de medidas como las de Carlos Andrés Pérez. Se han liberado los precios de la canasta básica, sabemos que la política de precios no ha estado en función de los trabajadores, y también ha habido medidas beneficiosas para el sector bancario, el cual ha tenido buenas relaciones, desde la política de los “motores” de Hugo Chávez, con el gobierno», afirmó Biardeau.
Argumentó que, aunque en el plano del discurso se sigue manteniendo la misma retórica de Chávez, el problema es que no se puede abordar el tema de las políticas públicas por el discurso, sino por las medidas que se toman.
En este sentido, señaló que las medidas que se toman han sido cada vez más compensatorias y de asistencialismo, incluso con rasgos de clientela electoral. Su análisis es que se trata de un gobierno que toma medidas neoliberales e implementa medidas complementarias de carácter populista, algo similar a Alberto Fujimori o a Menem en Argentina. “Se trata de medidas asistenciales y clientelares con medidas económicas favorables al capital”, subrayó.
Alejamiento de sus principios fundadores
Marisela Betancourt, aunque considera que el acercamiento al mercado y al empresariado por parte de Nicolás Maduro no es una “derechización”, pues tal sería con la incorporación de otros elementos, como pueden ser los valores sobre la sociedad, y no solo la apertura económica, hizo énfasis en que el gobierno se alejó de sus principios fundadores.
“En sus comienzos, las banderas de Hugo Chávez eran que no fuera la sociedad venezolana, o el pueblo, el que pagara el precio de los ajustes económicos, era tratar de minimizar los impactos de los ajustes en la población. Actualmente, Nicolás Maduro no está haciendo ningún esfuerzo para que el impacto de los ajustes económicos sea lo más leve posible en la población. Pareciera que al gobierno no le importara el precio que tiene que pagar el pueblo venezolano para estabilizar la economía, el déficit fiscal, el gasto público. Entonces, pareciera que el gobierno está más cerca de algunas posturas de derecha que lo que ha estado planteando hace 20 años”, aseveró Marisela Betancourt.
Medidas típicas del capitalismo
El descuido al medio ambiente, la falta de tributos hacia los nuevos sectores comerciales y empresariales y la depauperización de los servicios públicos, identifican la orientación del gobierno de Nicolás Maduro hacia la derecha del espectro político económico, en opinión del economista Manuel Sutherland.
“La izquierda tiene en mente el cuido del medio ambiente, y el gobierno chavista ha sido particularmente destructivo con la ecología y como ejemplo está el Arco Minero del Orinoco, con su minería a cielo abierto, la contaminación de suelos, ríos y aguas subterráneas que afectan a millones de personas solo para garantizar beneficios a unos cientos que sacan lo que hay en el subsuelo y se lo apropian, dañando a millones de personas”, apuntó.
En cuanto a la cuestión tributaria recordó que los gobiernos de izquierda, generalmente en Europa, tienden a ser muy agresivos con la cuestión de los aranceles. “En Venezuela con el híper rentismo, se dejó de cobrar impuestos reales a las ganancias, grandes capitales, y comenzó a sustituir impuestos indirectos, como el Impuesto Sobre la Renta, con directos como el IVA”.
Añadió que, con las políticas de importación, además de haberlas subsidiado con un tipo de cambio muy bajo, se está viendo que la mayoría de bodegones y nuevas empresas están importando libres de aranceles, sin proceso de nacionalización ni revisión profunda, afectando a empresas nacionales que producen en el marco de un conjunto de impuestos muy pesados. De esa manera, “se está beneficiando al importador, algo típico de la derecha neoliberal, ya que es la izquierda la que trata de aliviar la desigualdad a través de impuestos mayores.
Capitalismo sin libertades políticas
Javier Biardeau opina que Maduro, efectivamente ha virado hacia la derecha desde el punto de vista económico, mientras que, desde el punto de vista social, se ha transformado en una dirección asistencialista y clientelar, y, desde el punto de vista político, se trata de mantener la narrativa socialista y antiimperialista, que el gobierno considera elementos clave de identidad para el movimiento chavista.
Dice que lo extraño de todo esto es que se hace cuando se restringen las libertades políticas, algo que contradice el que se denominen “socialistas”.
“Se reitera permanentemente el discurso al socialismo cuando se está reforzando un patrón afín al capitalismo con restricción de libertades políticas electorales, con un conjunto de negocios privados y públicos sometidos a restricciones internacionales. La ley antibloqueo mejor modelo de opacidad para conocer a ciencia cierta los alcances de las medidas económicas”, acotó.
Democratización en riesgo
Marisela Betancourt coincide en que Venezuela avanza a pasos muy acelerados hacia un modelo de capitalismo sin democracia, que significará un costo muy grande por parte de la población.
En el discurso de la oposición se ha generado mucha frustración porque se ha partido de premisas que son falsas. “Se ha hecho ver que el socialismo autoritario, no democrático, tiene que ver con un estatismo económico, y esto no es así. En Venezuela vamos a estar en un sistema político autoritario con una economía de mercado”, sostuvo.
Advirtió que se debe hacer una diferencia entre lo que son las crisis de autoritarismo y las democratizaciones.
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Identificación con políticas autoritarias
“En Venezuela, a partir de las sanciones -prosiguió Betancourt-, en los últimos años y con la profundización de una política autoritaria que ya dejó de permitir elecciones libres, tenemos una crisis de autoritarismo, y con las sanciones hay una quiebra económica del Estado, pero quienes imponen las sanciones no se dieron cuenta que, el que tengamos un Estado quebrado no quiere decir que va a surgir una democratización”.
Amplió su punto de vista refiriendo que autores como Levinski explican que los Estados quebrados lo que generan son más violencia e inestabilidad, y casi nunca democratizaciones. Además, critica que la oposición resalta que tiene el apoyo internacional y que con él se va a generar un quiebre en la cúpula del gobierno y una democratización, cuando el apoyo de varios gobiernos occidentales no significa mucho en un contexto internacional que no es favorable porque en el mundo está incluso moviéndose hacia un sentir más identificado con políticas autoritarias.
Caos
En definitiva, el economista Manuel Sutherland resaltó que mientras el “gran viraje” de Carlos Andrés Pérez, o la Agenda Venezuela de Rafael Caldera eran planes mucho más estructurados y con solidez técnica, que denotaban una idea muy liberal y neoclásica de la economía, pero contaron con presupuesto y apoyos financieros internacionales, el de Nicolás Maduro es un gran viraje hacia el capitalismo que está tratando de voltear a un Estado que vivía de la renta petrolera, pero encuadrado en un gran desorden, sin proyecto de estabilización macroeconómica que plantee objetivos y planes, que no cuenta con recursos económicos y posee una dolarización “chucuta”.
El chavismo conmemoró hace poco el “caracazo”, manifestaciones populares que se realizaron en 1989 a raíz de la implementación de un paquete de medidas económicas de carácter neoliberal. 32 años después el país vuelve a ser objeto de un viraje económico que desde los años 80 se requería para lograr la disminución del tamaño de un Estado que se había hecho inoperante para entonces. La diferencia es que, actualmente, los ciudadanos venezolanos no tienen la posibilidad de pronunciarse contra la situación, debido a la hegemonía política que detenta Nicolás Maduro, la fuerte represión ejercida contra las manifestaciones, la intervención de partidos políticos y el bloqueo de mecanismos como el referendo revocatorio. Tampoco se cuenta ahora con los recursos provenientes de la industria petrolera, que en aquella época, estaba en su mayor capacidad de producción.