El “empujón” hacia la transformación digital, por David Somoza Mosquera
Twitter: @davidparedes861
Si bien puede parecer jocoso, tiene su cuota de verdad. Hay un meme circulando en redes sociales e Internet con la pregunta: ¿Quién dirigió la transformación digital en su empresa? a) CEO, b) CTO, c) covid-19. Con un círculo rojo se muestra que la respuesta “correcta” es C.
Ciertamente, la coyuntura actual ha empujado a las compañías a realizar, con la mayor celeridad posible, cambios que son necesarios para mantener óptimas sus operaciones, pero que por una u otra razón habían postergado o se quedaron a mitad de camino. Y algunos de estos cambios tienen que ver, precisamente, con la transformación digital.
Claro que no se trata de algo nuevo, exclusivamente relacionado con la pandemia. Desde mucho antes de esta emergencia sanitaria, las empresas se habían propuesto emprender la transformación digital. Sin embargo, cuando se enfrentan a lo que implica este proceso se han dado cuenta de lo difícil que puede ser mientras procuran que el negocio continúe de la manera acostumbrada.
Hace aproximadamente dos años, la revista gerencial Harvard Business Review publicó un estudio, con resultados de 2018, que se refería a las dificultades que las compañías habían tenido al llevar a cabo iniciativas de transformación digital. Directores generales consultados aseguraron que, de los 1,3 billones de dólares gastados en ese proceso, se desperdiciaron unos 900.000 millones, ya que esos proyectos no pudieron alcanzar sus objetivos.
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Pero, pese a las complicaciones que efectivamente genera la transformación digital, ya no puede haber más excusas. Esta contingencia ha evidenciado la necesidad de que las empresas apresuren este proceso para evitar la desaceleración productiva o la posible interrupción, en circunstancias extremas, de sus operaciones.
En la práctica, muchas compañías han tenido y aún tienen que valerse de herramientas digitales para implementar, por ejemplo, el teletrabajo, gestionar procesos de producción de forma remota, así como efectuar compras y ventas online.
No obstante, este proceso de incorporación tecnológica no ha sido orgánico y tampoco será homogéneo para todas las empresas, pero es, sin dudas, necesario. Las ventajas: mayor eficiencia en las operaciones, aumento en la productividad, reducción de costos y creación de nuevas oportunidades de generación de ingresos, entre otras.
De hecho, hay ejemplos de cómo compañías han transformado sus negocios, integrando la tecnología digital a su estructura y, de esta forma, cambiar sustancialmente su forma de operar y de ofrecer mayor valor a los clientes. Estas experiencias exitosas pueden servir de modelo a otras empresas.
Y por si hay dudas de la importancia de emprender este proceso, quiero retomar lo que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha expresado claramente: “Las empresas más avanzadas en transformación digital tienen mayor capacidad de respuesta a los retos generados por el covid-19 y, por tanto, juegan con ventaja frente a aquellas que no han iniciado su proceso transformador”.
Llegó la hora de no dejar pasar el “empujón” hacia la transformación digital.
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