El ponche crema de la navidad venezolana, por Miro Popic
¿Qué fue primero la leche de burra o el ponche crema? Obviamente la leche de burra o leche ´e burra. Algunos ubican su origen en el estado Falcón donde, antiguamente, se preparaba con leche de asnares y cocuy. Cuando sube a los Andes comienzan a llamarla indistintamente ponche andino y en vez de cocuy utilizan miche o aguardiente anisado. Es más, algunos atribuyen la tradición al hecho de que, según cuenta don Tulio Febres Cordero en su libro Memorias de un muchacho, a fines del siglo XIX existía en Mérida la costumbre de ir a beber leche al pie de las vacas: “Después de misa, las familias se iban de paseo por la vegas cercanas de la ciudad, hacia los barrios de Milla y El Llano, donde estaban los establos, para beber, a un costado mismo de la vaca, la leche recién ordeñada, algunas veces reforzada con brandy”.
Leonor Peña, en su magnífico libro Cocina tachirense, presenta dos recetas, una de ponche de navidad, que lleva leche condensada, vainilla, nuez moscada, yerbabuena y ron; y una de leche de burra, sin tantas especias, donde la diferencia es el agregado de cuatro gotas de amargo de Angostura.
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Ponche Crema, según el Diccionario de alimentación y gastronomía en Venezuela, de Rafael Cartay y Elvira Ablan, es una “bebida preparada con brandy, huevos, leche, azúcar y vainilla”. Pero todos sabemos que es más que eso. Es la bebida de las navidades venezolanas, con nombre y apellido, el de una persona que se ganó la Lotería Extraordinaria de Madrid y supo interpretar la rural leche de burra transformándola en el urbano ponche crema. Se llamaba Eliodoro González P., quien en 1891 tenía en Caracas un negocio conocido como Café del Comercio. Con el dinero del premio remodeló el negocio que pasó a llamarse Botiquín del Comercio, empleando mujeres como mesoneras, con un pianista para amenizar la jornada y un “famoso cocinero francés” como anunciaba en la prensa de esos años.
Muchos botiquines de la época elaboraban ponche crema de manera artesanal, como el del restaurante La Francia, que, en 1900, anunciaba el suyo que, aseguraba, tenía un 10% de coñac. Don Eliodoro González Poleo tenía su propia fórmula, registrada el 23 de agosto de 1900, que mantuvo siempre en secreto hasta su fallecimiento en 1923, secreto que heredaron sus hijos y descendientes que continuaron con el negocio hasta convertirla en una de las cinco bebidas alcohólicas más vendidas en el país. En sus comienzos el ponche lo hacía él personalmente y obtuvo reconocimiento internacional ganando premios en Italia, Francia, Inglaterra y Estados Unidos.
El propio presidente Cipriano Castro firmó en 1904 la patente comercial. Desde un comienzo fue promocionado como alimento. Un aviso de 1919 decía que “ningún producto puede igualarlo como alimento” porque está compuesto de leche, huevos y azúcar. El médico y químico G. Delgado Palacios certificó a comienzos del siglo pasado sus propiedades “nutritivas e higiénicas”, lo cual no impidió que años después sacara al mercado un llamado “ponche inglés” que, en vez de coñac, llevaba brandy español y fécula de maíz. ¿Cuál fue el secreto de su éxito? Promocionar el hecho de que, a diferencia de la leche de burra que se elaboraba con miche andino o aguardiente de caña, estaba hecho con aguardiente francés de la región de Cognac. Al menos, así lo aseguró siempre.
¡Feliz Navidad para todos, con o sin ponche crema!