Empresas que son ´Smart´, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidParedes861
El método «Smart» nunca pasa de moda. Si bien fue desarrollado en 1981, su vigencia se mantiene, pues se trata de una herramienta que se usa para establecer metas y objetivos claros y trazar las estrategias para alcanzarlos. Y eso va desde lo personal hasta los negocios.
Sin embargo, en ocasiones la definición de los objetivos puede ser el proceso más difícil de lograr al momento de querer comenzar, por ejemplo, un proyecto. Por eso es que el método Smart, que hace referencia a un acrónimo en inglés, es muy utilizado debido a su eficiencia.
A través de Smart se puede plantear un sistema de organización de prioridades que realmente funcione. También contribuye a optimizar los tiempos y medir en forma real la evolución de cualquier meta de la compañía; al tiempo que sirve como una guía para su crecimiento.
Así que es necesario reflexionar sobre los diferentes objetivos que hay que comunicar claramente y el acrónimo Smart muestra los cinco aspectos esenciales que se necesitan recordar para formularlos y ponerlos en acción; así como definir con mayor precisión las metas y circunscribirlas paso a paso en el tiempo.
Entonces desglosemos cada letra…
S de Specific (Específico). Para definir los objetivos es fundamental detallar al máximo todos los aspectos relacionados. Entre más información se logre aportar más fácil será conseguir la meta. Aquí el enfoque recomendado es la acción, con la cual la empresa y su personal se va a comprometer al cien por ciento. Quedarse exclusivamente en la enunciación de los objetivos hará que estos no se concreten.
M de Measurable (Medible). Esta es la característica más importante del método Smart, en vista de que permite la mejora continua y asegura la calidad del proceso. El objetivo que se fije siempre debe estar basado de acuerdo con criterios factibles de medición de resultados. Ese resultado es lo que indicará si se va por buen camino, o dónde hay que corregir. Entre más datos cuantitativos se tengan, más control de los avances se podrán tener.
A de Achievable (Alcanzable). Muchos objetivos no se cumplen porque parecen imposibles y esto resta energía y entusiasmo. De manera que para hacer alcanzable un objetivo se necesita un previo análisis de lo que se ha hecho y logrado hasta el momento. Eso ayudará a saber si lo que se ha planteado es posible o si es necesario reconsiderar algunos factores para que no quede en una simple enunciación de deseos.
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R de Realistic (Realista). Los resultados no ocurren de la noche a la mañana, por lo cual es necesario seleccionar objetivos que se puedan alcanzar en marcos de tiempo que tengan sentido con los recursos disponibles. Al hacer una propuesta realista ayudará a evitar el desaliento y mantendrá al equipo motivado durante los contratiempos y mientras se hacen los ajustes.
T de Time (Tiempo). Este es un factor clave, ya que determina si se cumple o no un objetivo. Los objetivos planteados necesitan tener un tiempo de concreción. Si no se le pone un tiempo de comienzo y uno de finalización, lo más probable es que nunca se logre. Esto ayudará a saber si lo que se está haciendo es lo óptimo para llegar a la meta en el lapso establecido, o si es mejor dar un viraje.
En definitiva, la concreción de objetivos y metas es una parte importante para el crecimiento de una empresa y es fundamental que líderes y equipos de trabajos se involucren de manera integral en ello. Lo que una compañía debe evitar a toda costa es perder tiempo, esfuerzo, trabajo, calidad e incluso posición en el mercado. Por eso les toca ser Smart.
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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