Caída de la cosecha nacional se ve compensada por drástica disminución del consumo
El tesorero de la Asociación de Productores de Papa del estado Táchira, Gersy Sánchez, sostiene que «en estos momentos, la producción y el consumo de lo que se cosecha, no solo de papa sino de diferentes rubros, han caído a niveles alarmantes; es tan grande la crisis del país que la caída del consumo supera a la de la producción»
La Bolsa Agrícola en el estado Táchira se realiza actualmente en una plaza ubicada en el barrio Fátima de La Grita. Es un lugar que está a la intemperie, los asistentes se aglomeran porque el lugar es pequeño e inadecuado, aun cuando la afluencia disminuyó considerablemente en los últimos meses.
Durante años, cada domingo, productores de los municipios Jáuregui, José María Vargas, Seboruco y Uribante acudían a participar en la Bolsa Agrícola de La Grita, centro de comercialización de diversos rubros de verduras, frutas y hortalizas, reseñó La Nación.
Antes de iniciar el periodo de cuarentena, en el mes de marzo, esta actividad se realizaba en el estadio polideportivo “García de Hevia”, el cual, además de espacioso, cuenta con dos canchas techadas que albergaban alrededor de mil 200 personas, entre productores, intermediarios y “ferieros”. Ahora, el lugar se encuentra cerrado y se trasladó hacia el barrio Fátima.
Para los productores, esta jornada dominical, que inicia a las 5:00 de la mañana, es fundamental para poder comercializar sus cosechas. Allí, cada agricultor lleva la muestra de sus rubros. Los precios se colocan a primera hora, comienza la oferta y demanda, Si hay muchas muestras de un producto, el precio va a la baja, mientras que si son pocas, este sube. También se toma en cuenta la calidad de cada muestra.
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Después de seleccionar los productos, el siguiente paso es la distribución por parte de intermediarios, comerciantes, que surten mercados mayoristas y “ferieros”. En el caso de estos últimos, viajan en sus camiones hacia unos 300 municipios de los diferentes estados del país.
Con respecto a los precios, la papa y la cebolla se venden en dólares y la zanahoria en pesos, pero hay rubros que todavía se venden en bolívares. El pago no es inmediato; quien vende debe esperar hasta tres semanas para recibir su dinero.
Algunas veces se generan problemas porque hay intermediarios que demoran meses para cancelar y, en el peor de los casos, venden las cosechas y no reciben el pago de estas, lo que redunda en la pérdida de su inversión y meses de trabajo.
Bolsa Agrícola se adaptaba a las necesidades
El tesorero de la Asociación de Productores de Papa del estado Táchira, Gersy Sánchez, considera que la Bolsa Agrícola es un sistema de compraventa que funciona muy bien y se adapta a las necesidades de los participantes.
“Pero en estos momentos, la producción y el consumo, no solo de papa sino de diferentes rubros, han caído a niveles alarmantes; es tan grande la crisis del país que la caída del consumo supera a la de la producción, pues con lo poco que se cosecha se cubre el mercado nacional”, dice quien forma parte de esta cadena agroproductiva.
En declive
Además de su cargo en Asopropapa, a Gersy Sánchez lo respaldan tres décadas dedicadas a la agricultura. Desde su experiencia, este ingeniero agrónomo manifiesta que la situación de los trabajadores del campo es muy complicada por los altos costos, falta de insumos, fertilizantes, semillas certificadas, combustible y apoyo gubernamental.
“Los insumos se concentraron en Agropatria, a la que llamamos ´Agroestantes´, porque no se consigue nada. La frontera es para nosotros ventaja y desventaja a la vez, los pocos productores que quedamos actualmente trabajamos con insumos dolarizados, traídos desde Colombia, y esto nos afecta enormemente, porque años atrás existía un apoyo del Estado venezolano hacia el agricultor por medio de un subsidio, pero hoy en día los fertilizantes deben traerse de otros países y son muy caros”.
En el caso de la papa, cultivar una hectárea con este rubro está por el orden de los 7 mil dólares, que es una inversión considerable en un momento donde no hay ninguna seguridad jurídica que frene una competencia desleal y sin controles.
Una hectárea rinde aproximadamente ocho toneladas, y el costo de un saco de 60 kilos es de 20 dólares, a puerta de finca: “cuando la papa cae por debajo de este precio, como en los actuales momentos, perdemos dinero y nos descapitalizamos para la próxima cosecha. Ese fue nuestro caso, que dadas las circunstancias tuvimos que bajar el saco a 12 dólares y generar pérdidas”.
Explica Sánchez que el proceso para cultivar papa es costoso, pues una hectárea requiere 45 sacos de semilla y su precio en el mercado es de 50 dólares; es decir, 2 mil dólares por cada una, solo en inversión de semilla; a esto hay que agregar el costo de los fertilizantes y mano de obra. Para el mantenimiento de 10 hectáreas se requieren tres obreros y cada uno cobra diariamente 30 mil pesos, más la comida. En época de cosecha se requieren 10 obreros.
La papa es el cuarto rubro de mayor consumo nacional. Para el año 2016, última estadística que publicó el Banco Central de Venezuela, se requerían 400 mil toneladas al año para cubrir la demanda en el país; en estos momentos la oferta no alcanza las 200 mil toneladas.
“Los productores grandes debieron dejar de sembrar porque 100 hectáreas significan una inversión de 70 mil dólares y es un capital que está fuera de su alcance, máxime si se generan pérdidas al vender la papa. Además, para cosechar y recuperar la inversión deben esperar seis meses”.
Desde hace varios años no hay financiamiento por parte del Gobierno, ningún banco tiene posibilidad de dar crédito y esto afecta directamente a los agricultores: “En los Andes somos pequeños productores, el promedio está 4 a 5 has. En Jáuregui solo unos 15 productores pasan de las 20 has, y en el municipio Uribante, donde sí había grandes productores, las tierras están vacías porque no hay capacidad económica, insumos ni semillas. En Uribante se concentra la mayor producción de papa y zanahoria. Ahora, a duras penas alcanza un 30 por ciento de lo que se sembraba dos años atrás”.
Como alternativa, algunos han migrado hacia rubros más económicos, como los de ramas. En el caso de la zanahoria, ya no es una opción porque se ha encarecido y una hectárea está alrededor de 3 mil dólares. En algún momento, este fue un rubro económico, pero ya no lo es.