Escasez y altos costos de vacunas vuelven un suplicio inmunización de un niño

Ya en los primeros días de vida, experimentó un adelanto: le cobraron ocho dólares por una vacuna BCG, contra la tuberculosis. Dos meses después el comerciantes de 37 años contó que tuvo que recorrer siete centros hospitalarios en busca de tres vacunas que, pensaba erróneamente, serían gratuitas y estarían disponibles en la ciudad, de las más pobladas de Venezuela.
“Había pensado que la vacunación era gratuita y entregada por el gobierno. Me tocó tocar la puerta en el Maternal Cuatricentenario, el CDI El Gaitero, el de Panamericano, el Ambulatorio La Victoria, el CDI Los Mangos, el Maternal Castillo Plaza y nada. No había”, contó a la Voz de América.
Agregó que médicos le ofrecieron inyectar las tres vacunas en sus consultorios privados por 100 dólares. Sin embargo, terminó pagando 45 dólares por las dosis de la llamada “pentavalente” y contra el neumococo y el rotavirus.
“La mamá y yo le lloramos (imploramos) a la doctora, porque nos había dicho que costaban 20 dólares cada una. Me desesperé. Nos costó movilizarnos por la escasez de gasolina. Las conseguimos en San Francisco”, detalló.
“No hay vacunas gratis. La gente tiene que pagarlo porque no nos queda de otra. Mi niño está sano y el tema de salud es primordial. Pero hay otros padres que no pueden pagarlo y los dejan así, les colocan solo las pocas vacunas que hay gratuitamente en los hospitales”, dijo.
La pediatra y docente de la facultad de medicina de la Universidad del Zulia María Rossel explicó que la cobertura de inmunización de infantes en Venezuela oscila solo entre 48% y 49% lo que a su juicio es una tasa baja.
“Hay una disminución desde hace cuatro años. Pasan meses sin disponibilidad del producto. No ha habido campaña de vacunación en los últimos dos años”, comentó
La galena advirtió que la cuarentena suspendió las consultas pediátricas en los hospitales públicos. A eso se le suma que los padres temen llevar a sus hijos a los centros de salud por la covid-19.
Según sus investigaciones, existen viales, como la antineumococo, la antihepatitis A y antivaricela, que no están disponibles en el programa del Ministerio de Salud y que deben costear los representantes por su cuenta.
La realidad que los venezolanos palpan en las calles es diferente a aquella por la que el gobierno de Maduro se ufana en transmisiones por VTV y comunicados de prensa. El ministerio de Salud ha informado que la vacunación para la interrupción de los brotes de sarampión y difteria fue de 99% 100% en marzo de 2019.
Luzmer de Hurtado dice que no ha podido conseguir ciertas vacunas para su niña de dos años porque en su comunidad no hay disponibilidad.
“Tiene refuerzos atrasados, pues los centros de vacunación cerca de mi localidad están cerrados, unos por COVID-19 y otros por falta de electricidad”, apunta.
Hurtado tampoco ha podido buscarlos muy lejos de su hogar, porque su vehículo ya no tiene gasolina en el tanque, ya no hay combustible en las estaciones de servicio de la ciudad, considerada la cuna petrolera del país.
Nelson Faría, pediatra venezolano con 30 años de experiencia en el servicio público y privado, dice que ha sido común durante décadas que en Venezuela haya temporadas en que no se encuentren vacunas como la BCG.
La diferencia con los días recientes, acota, es que las penurias económicas del país y las dificultades de transporte por el cierre de fronteras por la pandemia han dificultado su importación, y, al hallarlas, las cobran en dólares.
“La vacuna contra el rotavirus está en 50 dólares. El precio de cada vacuna no baja de 20 dólares. Hay un alto número de la población desprovisto de vacunas, a nivel de neonatos”, menciona en entrevista con la Voz de América.
Lea la nota completa en VOA.