Crisis y falta de políticas públicas profundizarán desigualdad en educación
La investigadora Mabel Mundó alerta sobre las consecuencias de la hiperinflación en el sistema educativo venezolano
La sociólogo y doctora en Ciencias Políticas Mabel Mundó considera que el año escolar que acaba de finalizar ha sido el más crítico de la historia. Uno, además, que augura un futuro muy negro para la educación en Venezuela.
Según información que maneja la investigadora de políticas educativas, las ausencias de maestros en las escuelas privadas fueron atendidas con los propios padres de los niños.
En los colegios públicos «se hizo con estudiantes de cuarto y quinto año de bachillerato, los que tenían mejores notas». Ello, siguiendo una resolución emitida por el propio Ministerio de Educación.
A juicio de Mundó, la precariedad económica hará de la escuela un crisol de exclusión y desigualdad. «La clase media tiene, debido a los años de escolaridad de los padres, las relaciones sociales, la forma institucional de participación que generó en la escuela, más mecanismos, una reserva para responder a esta situación. Están haciendo sistemas de canje con libros o roperos. Ahora, el problema está en aquella clase pobre que quería aspirar a ser media, que sufre la crisis educativa -porque lo que tenemos ahora es un agravamiento, un clímax de lo que venía. Ese grupo de padres que trabaja, que son los primeros graduados de la familia, que buscan pasar de una zona de bloques populares a otras con mejores condiciones de vida y lo primero que hacen es asegurar puesto en colegios privados. Esas personas la pasan peor porque tienen que volver a la educación pública», explica la académica.
La sociólogo recuerda que desde el año 2014 no hay estadísticas de escolaridad. «Ya entonces se observaba que la matrícula secundaria no subía. Y en la Universidad Central de Venezuela la demanda se estancó y venía bajando. Si viéramos estadísticas serías, estaríamos bajando. Pero lo más grave es en calidad pues nos hemos quedado con un rezago bastante grande y una irrealización importante. Además, nos agarró una informalidad con esto de las misiones, y estos experimentos que afectaron la institucionalidad que habíamos logrado».
Mundó califica como irónico que «este modelo económico nació con la impronta de inclusión e igualdad, y después de casi 20 años estamos observando exclusión y desigualdad. Una cantidad de personas está quedando fuera del sistema educativo porque las condiciones sociales que rodean a la familia cada día lo impiden más». Lo peor, ratifica, es que no existen programas para solucionar tal circunstancia.
En 2019 se notará también aun más la desigualdad. «Hay colegios que se están dolarizando, y allí los alumnos son los hijos de los grupos del poder. Entonces estamos cayendo en una sociedad dividida en dos polos: el grupo de poder, con muchas posibilidades económicas, y el resto de la sociedad donde cae la tecnocracia y los pobres que tenían esperanza de vivir el ascenso social».
«Estamos generando divisiones sociales con la matrícula, pero lo que tenemos es un problema gravísimo de una clase media que no puede pagar la educación y un Estado que no puede cubrir el 24% de esa matrícula».