Las medidas «mientras tanto» del chavismo en la práctica se vuelven eternas
El control de cambio era temporal pero duró 16 años, el racionamiento de agua era mientras llovía y aún nadie sabe cuándo tendrá servicio. Y como va la tendencia, el aumento de la gasolina puede cumplir su primer año solo como un anuncio
En los 20 años de Revolución, cada vez que el gobierno tanto de Hugo Chávez como el de Nicolás Maduro anunció alguna medida especial o de carácter extraordinario, sus períodos de tiempo y aplicación se volvieron un deja vú sin final.
No importa si la legislación, los decretos o la Constitución lo impiden o si en los mismos anuncios el Gobierno establece períodos de tiempo que tienen como objetivo limitar las continuas prórrogas o largas extensiones que implica toda medida extraordinaria: en los tiempos del chavismo, los «mientras tanto» se hacen eternos.
Aún queda en la memoria colectiva la decisión de Nicolás Maduro de sacar de circulación el billete de BsF. 100, en diciembre de 2016, al que llamaron «el inmortal» porque su salida del mercado monetario se prorrogó 14 veces.
Una medida que inicialmente debió concretarse en tres días, lo que generó un caos en los alrededores del Banco Central de Venezuela (BCV) por la cantidad de personas que quisieron depositarlos para no perder el valor monetario del que en ese entonces era el billete de mayor denominación al terminar ese año. Luego su salida se convirtió en una prórroga eterna, repetida durante un año y seis meses, hasta que la hiperinflación lo desintegró por la pérdida de su valor nominal.
Ni que decir de las 19 prórrogas que suma el Decreto de emergencia económica y estado de excepción, a pesar de que la medida solo permitía una única prórroga de extensión por 60 días, pero en la práctica esta «excepción» se han convertido en un largo período de poderes ilimitados al Ejecutivo Nacional que disimuladamente lleva tres años y dos meses.
La improvisación no solo queda en decretos que el mismo Gobierno no cumple. También se expresa en las declaraciones hechas por Maduro cuando, por ejemplo, resumió en la presentación de su Memoria y Cuenta 2014, el 20 de enero, que convocaría a economistas para generar un Programa de recuperación económica pero que parte de su estrategia se basaba en una célebre frase: «Dios proveerá».