Gobierno de Costa Rica desestima el uso de la fuerza como solución a la crisis venezolana

“Veo la ruta que se ha iniciado gracias al trabajo de distintos grupos como el Grupo de Lima y el Grupo de Contacto, con optimismo», dijo el mandatario costarricense Carlos Alvarado
El Gobierno de Costa Rica no ve con buenos ojos la acción militar para solucionar la crisis que vive Venezuela. El presidente de ese país, Carlos Alvarado, consideró que usar la fuerza en pleno siglo XXI es contraproducente. Razón por la que apuesta por el diálogo y la democracia.
En entrevista a EFE el gobernante costarricense también se refirió a la crisis que azota al pueblo de Nicaragua. Manifestó que los problemas que afectan a estas naciones también han impactado significativamente a América Latina “porque cada vez más nuestros países están más integrados, lo que pasa en un país afecta muchos factores de los otros”.
*Lea también: Entidades bancarias cobrarán por operaciones en mesas de cambio
Alvarado, que el pasado día 8 cumplió doce meses en el cargo, ha invertido gran parte de su tiempo en tramitar una reforma tributaria aprobada en diciembre y denunciar ante la comunidad internacional la crisis de Nicaragua y sus implicaciones migratorias en Costa Rica, reseñó la agencia de noticias.
“Veo la ruta que se ha iniciado gracias al trabajo de distintos grupos como el Grupo de Lima y el Grupo de Contacto, con optimismo. Costa Rica no es de la opinión de que todas las opciones deben estar abiertas. No consideramos que la opción militar deba ser opción en el siglo XXI, creemos que tiene que ser el diálogo y la democracia lo que prevalezca”, agregó el mandatario.
Alvarado también celebró el rol que ha jugado la Organización de Estados Americanos en la situación que enfrentan Venezuela y Nicaragua.
“Ha levantado la voz, ha hecho los señalamientos, pero aún no hemos logrado que los mecanismos establecidos permitan llegar a la ruta democrática”.
En este sentido, reiteró que Costa Rica insistirá en la ruta del diálogo y la democracia para la recuperación de las naciones.
«Desistir de esa ruta y pensar que otra opción está abierta puede derivar en mayor violencia”, finalizó.