Informe ONU: Víctimas confían en el autorrescate debido a poca respuesta contra la trata
Venezuela desde hace varios años es el único país de la región que no reporta cifras sobre trata de personas y crimen organizado a Naciones Unidas. La última vez que el Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz informó sobre este delito fue el 31 de julio, cuando el ministro Remigio Ceballos Ichaso informó que se habían desmantelado 11 bandas dedicadas a la trata
El 24 de enero se hizo público el séptimo informe mundial sobre tráfico de personas, elaborado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga (Unodc), que demuestra un cambio en el patrón de cómo se detectan los casos. En la última década, 41% de las denuncias fueron hechas por las propias víctimas, que lograron liberarse y hacer el reporte a las autoridades.
Este porcentaje es especialmente alarmante, señala la ONU, si se tiene en cuenta que «muchas de ellas no se identifican como víctimas o tienen demasiado miedo como para intentar escapar».
Los casos detectados aumentan a 51% si se toman en cuenta las denuncias hechas por familiares de las víctimas o personas de su entorno. El informe destaca que, en contraposición, son menos los casos de tráfico de personas detectados por fuerzas de seguridad (26%), la comunidad o extraños (11%), o por instituciones y la sociedad civil (9%).
El descenso en la identificación de las víctimas es otra de las principales preocupaciones, junto a la caída en el número de condenas e investigados por este delito.
Según datos de la ONU, en 2020 descendió en 11% la identificación de nuevas víctimas de trata en todo el mundo, a pesar de que la pandemia de covid-19 y otras crisis están aumentando su vulnerabilidad. En América del Sur, esa caída llegó al 32% debido a una menor capacidad institucional para detectar víctimas y algunas formas de tráfico que se trasladan a lugares más ocultos y con menos probabilidades de ser detectados.
Venezuela desde hace varios años es el único país de la región que no reporta cifras sobre trata de personas a Naciones Unidas. La última vez que el Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz informó sobre este delito fue el 31 de julio, cuando el ministro Remigio Ceballos Ichaso informó que se habían desmantelado 11 bandas dedicadas a la trata. En agosto se desmantelaron otras tres bandas ubicadas en los estados Monagas, Anzoátegui y Táchira.
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En el informe 2021 del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre este delito, donde se ratifica a Venezuela dentro de su lista negra, se contabilizaron a 696 venezolanos en 24 países como víctimas de trata de personas. Aunque la mayoría son mujeres, se menciona que «los traficantes explotan en forma creciente a los hombres venezolanos para trabajos forzados en otros países, incluyendo Aruba y Curazao».
El uso de rutas marítimas para la migración venezolana aumentó a partir del año 2018, lo que fue aprovechado por grupos dedicados a la trata de personas y explotación sexual, como lo revela «Desaparecer en el mar: una búsqueda sin brújula», una investigación desarrollada por TalCual en alianza con Connectas.
Bajan las condenas por trata
El número de condenas por delitos de trata también disminuyó un 27% a escala mundial entre 2019 y 2020, lo que aceleró una tendencia que se registra desde 2017. El informe también reveló que durante la pandemia se detectaron menos casos de trata con fines de explotación sexual, debido al cierre de espacios públicos.
En ciertas regiones, los descensos en las condenas han sido más acusados, como en Asia Meridional (56%) y América del Sur (46%). En la región, las principales formas de trata fueron la explotación sexual, especialmente contra mujeres, y labores forzadas en hombres.
La ONU considera que, a pesar de haber reducido las oportunidades de actuación de los traficantes, la pandemia también debilitó la capacidad de las fuerzas del orden para detectar a las víctimas.
«No podemos permitir que las crisis agraven la explotación», declaró Ghada Waly, directora ejecutiva de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga.
«La ONU y la comunidad de donantes tienen que apoyar a las autoridades nacionales, sobre todo en los países en desarrollo, para responder a las amenazas de la trata, e identificar y proteger a las víctimas, especialmente en estados de emergencia», agregó.