Inteligencia y unidad frente a la represión, por Xabier Coscojuela
Provocan de distintas maneras. La semana pasada explicaron que había un reglamento vigente desde 2007, que todo el mundo sabía a qué atenerse, para de seguidas decir que lo iban a cambiar, algo que hasta ahora no han hecho, pero no dudamos de que si les conviene lo terminarán modificando
Autor: Xabier Coscojuela
La violencia que se produjo el pasado miércoles en distintas ciudades de Venezuela tiene cuatro responsables: las rectoras rojas rojitas que imponen la línea que traza Miraflores sobre el referendo revocatorio que exige realizar el sector democrático del país.
Afortunadamente la cosa no pasó a mayores, pero no se estuvo lejos de que las aguas se desbordaran. Que la violencia se desate es lo que el Gobierno y las cuatro rectoras quieren. Están buscando cualquier excusa para no realizar la consulta.
Provocan de distintas maneras. La semana pasada explicaron que había un reglamento vigente desde 2007, que todo el mundo sabía a qué atenerse, para de seguidas decir que lo iban a cambiar, algo que hasta ahora no han hecho, pero no dudamos de que si les conviene lo terminarán modificando.
El país requiere encontrar una salida política a la grave situación que se vive. El referendo revocatorio es la vía más apropiada para dirimir esas diferencias. Vía que no es un invento, que está en la Constitución, la misma que según el difunto Hugo Chávez era la más avanzada del mundo. No pregonan que vivimos en una democracia participativa, pues dejen que la gente participe y decida.
Es lógico que quienes están en el Gobierno quieran permanecer en él. Pero nadie los mandó a pretender ser, algo que no son, los más democráticos del mundo y establecer en la Constitución el referendo revocatorio. Ahora les toca demostrar que ese artículo no es un mero adorno.
No se puede olvidar tampoco las elecciones de gobernadores y consejos legislativos, las cuales tampoco quiere realizar el cuarteto del PSUV que manda en el CNE. Todos los gobernadores oficialistas son corresponsables de la situación que vive el país, por lo que no merecen estar en esos cargos, además de que se les está por vencer el período.
Hay que presionar también por esa elección.
Creemos que hay que seguir presionando, buscando todas las vías para lograr que la gente decida. La represión le costaría mucho al Gobierno. Hay que ser creativos a la hora de buscar formas de protestar. Sabemos que es fácil decirlo y complicado lograrlo, pero hay que poner a funcionar la inteligencia.
Las protestas espontáneas de muchos venezolanos se han venido multiplicando.
Hay que canalizarlas y potenciarlas. Hay que recordarle a la gente que hace cuatro meses el gobierno de Nicolás Maduro promulgó un decreto de emergencia económica el cual fue rechazado por la mayoría democrática de la Asamblea Nacional.
Ese rechazo no fue un capricho. Se le advirtió a los venezolanos que las políticas que dicho decreto proponía eran las mismas que se habían aplicado durante los últimos años y que nos habían traído a donde estamos.
Que la inflación, escasez y desabastecimiento se iban, no a mantener, sino a incrementar. Lamentablemente la realidad confirmó las advertencias.
Que la única manera de modificar esta crítica situación es cambiando de gobierno. Que mientras Maduro y el cogollo que lo acompaña sigan imponiendo las políticas públicas la economía solo podrá empeorar, la inseguridad seguirá creciendo y el futuro será cada vez peor.
Creemos que hay que lograr la incorporación más amplia de venezolanos para lograr el cambio que se requiere. Hay que tender puentes hacia el chavista de a pie que vive en carne propia los desaciertos de sus líderes.
Hay que hacer todo lo posible por dejar al Gobierno lo más solo posible.
Compartimos y apoyamos la ruta trazada por la MUD para salir de Maduro y sus socios. Debe ser, como viene siendo, constitucional, pacífica y electoral. Hay que mantener la unidad. Es vital. Esa unidad hay que hacerla crecer porque la tarea que viene después de salir de este gobierno es monumental. El desastre vigente es demasiado grande.
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