Junta militar en Myanmar insinúa perpetuarse en el poder a dos años del golpe de Estado
Activistas prodemocracia de Birmania (Myanmar) pidieron cerrar el miércoles los comercios en todo el país para marcar el segundo aniversario del golpe que depuso el gobierno de Aung San Suu Kyi, mientras la junta militar insinuó que podría extender el estado de emergencia y aplazar las elecciones.
Texto: RFI / AFP
Manifestantes en la ciudad comercial de Rangún colgaron afiches en puentes para llamar a la población a sumarse el miércoles a la «revolución», según imágenes divulgadas en medios locales.
Urgieron cerrar comercios y mantenerse fuera de la calle durante gran parte del día para repudiar el día del golpe.
Los militares justificaron el golpe del 1 de febrero de 2020 con denuncias sin base de un fraude en las elecciones que el partido de Suu Kyi ganó ampliamente.
Países occidentales impusieron sanciones contra los militares en el aniversario, pero medidas similares han hecho poco por cambiar el curso del régimen militar en el pasado.
«Hice menos bocadillos hoy y todos se vendieron», dijo a la AFP un vendedor en Rangún que pidió no ser identificado por miedo de represalias.
«La gente pasó a comprar temprano, habrá una huelga de silencio (…) No queremos perderla».
Entre tanto, una marcha de «patriotas, amantes de los militares, monjes y público» estaba programada para recorrer el miércoles las calles del centro de Rangún.
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La embajada estadounidense en la ciudad advirtió de «creciente actividad antigobierno y violencia» en los días cercanos al aniversario.
El estado de emergencia impuesto por la junta en Myanmar se iba a vencer en enero, tras lo cual la constitución obliga a las autoridades a poner en marcha un proceso electoral.
Se espera que los militares anuncien el miércoles que prepararían las elecciones.
Pero el martes, el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, controlado por la junta, se reunión para discutir la situación del país y determinó que «aún no ha vuelto la normalidad».
Adversarios de la junta, como las «Fuerzas Populares de Defensa» y un gobierno a la sombra dominado por legisladores de la Liga Nacional por la Democracia (LND) de Suu Kyi han intentado tomar «el poder estatal mediante la agitación social y la violencia», según el consejo.
El miércoles «se dará un anuncio necesario», indicó el consejo sin dar detalles.
En tanto, Estados Unidos, Canadá y Reino Unido anunciaron una nueva ronda de sanciones en el aniversario contra miembros de la junta y entidades respaldados por los militares en Myanmar.
Reino Unido, expotencia colonial de Birmania, dirigió sus sanciones contra, entre otros, empresas que abastecen de combustible a los militares y les permite realizar su «bárbara campaña de ataques aéreos en un intento de permanecer en el poder».
Australia también anunció sus primeras sanciones contra 16 miembros de la junta «responsables de graves abusos de derechos humanos» y dos grandes conglomerados controlados por los militares».
Más de 2.900 personas han muerto en Myanmar durante la represión militar contra los disidentes desde que tomaron el poder y más de 18.000 han sido detenidos.
La junta concluyó recientemente una serie de juicios a puerta cerrada contra Suu Kyi, sentenciada a un total de 33 años, en un proceso que grupos de derechos humanos calificaron como farsa.
«Nuestro principal deseo para 2023 es libertad y volver a casa», declaró Thet Naung, un activista en la región norteña de Sagaing, donde los militares y combatientes antigolpe han tenido enfrentamientos.