La caja negra y el descaro, por Santiago Boccanegra
«Chávez nos enseñó que siempre el pueblo tiene que estar informado». La frase la dijo Nicolás Maduro el martes pasado antes de contar detalles del caso de Liana Hergueta, asesinada y descuartizada. Ese día, el mandatario hizo público un video que debería estar protegido por secreto procesal, y además reveló cosas como un supuesto plan para asesinar a Leopoldo López en 2014, del que él tendría una grabación donde se escucharía a un opositor ordenando el crimen.
No vamos a entrar en detalles de si el Presidente, teniendo tal material de prueba en la mano -si optamos por creerle-, lo oculta y no lo presenta al Ministerio Público se convierte en encubridor, o hasta en cómplice. Pero sí nos ocupamos de cosas que afectan a la gente, que no son cuentos o novelas o declaraciones difusas sin sustento.
Esa enseñanza de Chávez, su «hijo» la incumple. No solamente el gobierno no publica desde diciembre las cifras de inflación que por ley debería dar a conocer el Banco Central de Venezuela, sino que el boletín epidemiológico no existe desde noviembre del año pasado, por tan solo nombrar dos casos. Las ganas de ocultar la crisis económica y los problemas de salud pública pueden más que «el legado».
Sin los datos del BCV no hay empresario ni sector productivo que pueda planificarse, pero tampoco hay inversionista que se atreva a poner plata en juego. Y de esos polvos vienen estos lodos. Sin el boletín epidemiológico nadie puede diseñar políticas de salud pública, priorizar la acción hospitalaria, saber dónde estamos parados. Si nos guiamos por la agenda pública, en este país más nunca nadie se enfermó de chikungunya o de dengue, tampoco hay malaria ni cólera. Los médicos van a ciegas, como el resto del país.
Abran la información al pueblo, permitan el escrutinio. Convirtieron el país en una caja negra y usan porciones de información manipulada para hacer politiquería. Mentirosos.
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