La crisis eléctrica potencia compra de artefactos electrónicos
Los dólares son el mecanismo de pago usual en el City Market, principal alternativa para los caraqueños a la hora de adquirir tecnología
La crisis eléctrica que sufre el país, evidenciable en los múltiples apagones nacionales y regionales desde el pasado 7 de marzo, producen una nueva realidad para el ciudadano venezolano y en todo sentido.
Además de comida y medicinas, las principales preocupaciones hasta febrero, ahora a los dolores de cabeza de los venezolanos se suman conseguir agua y aprovechar al máximo los momentos de servicio eléctrico. Además, nuevos elementos se añaden a esta lista: proteger los electrodomésticos y buscar la forma de mantener la comunicación durante los apagones.
Con estas nuevas necesidades, el venezolano se ha aventurado en la búsqueda de artefactos tecnológicos que ofrezcan soluciones mientras se vive en estado de contingencia.
Si adquirir alimentos, la necesidad más básica del ser humano, se ha convertido en una misión casi imposible, está de más decir que la tecnología es inalcanzable para el ciudadano promedio. Por lo tanto, la prioridad de muchos en este contexto de fallas eléctricas es proteger los artefactos que compraron cuando aún la economía venezolana permitía ese tipo de inversiones.
La respuesta ante esta necesidad yace principalmente en protectores y reguladores de corriente, artefactos que calibran el voltaje y la frecuencia con la que la electricidad se distribuye a los aparatos conectados
Este tipo de artefactos rondan alrededor de los 20 dólares en el centro comercial City Market, principal opción para muchos caraqueños al momento de hacer compras tecnológicas.
Los reguladores cumplen con la función concreta de estabilizar el voltaje para que opere con sus niveles óptimos en caso de que exista un exceso. Sin embargo no están diseñados para resistir sobregargas repentinas de electricidad. Para sulventar esta situación existen otros aparatos.
De acuerdo con la encargada de un local del centro comercial, la primera opción para proteger electrodomésticos debería ser un supresor de picos de voltaje. Se encargan de suprimir cargas muy altas de voltaje y enviarlas nuevamente a tierra, de manera que no lleguen a los equipos conectados, lo que alarga sus respectivas vidas útiles.
Los supresores de pico, sin embargo, estaban agotados al momento de recorrer el City Market
En realidad los dispositivos tecnológicos que colmaban las ventas eran los llamado ‘UPS’. Los ‘Uninterruptible Power Supply’ o sistemas de alimentación ininterrumpida, por su traducción al español, son los artefactos más populares en este contexto energético.
Tienen la utilidad de mantener carga eléctrica, gracias a sus baterías, y alimentar por un tiempo limitado a los equipos que estén conectados. Según el modelo, pueden distribuir electricidad a celulares, laptops y otros dispositivos.
El precio de un UPS varía en función de la cantidad de voltaje que pueda almacenar. Modelos de entre 1.000 y 2.000 vatios fluctuaban en el margen de los $70 y $100.
Con un propósito similar también están disponibles los denominados ‘Power BAM’ dispositivos portátiles que almacenan carga para alimentar principalmente celulares o laptops. También son conocidos como «cargadores portátiles».
En este caso, también son cotizados según la carga que logren almacenar. Los precios van desde $15 hasta $35.
Finalmente, aunque poco común, en el City Market pueden hallarse plantas eléctricas, agotadas al momento de realizar el recorrido debido al súbito incremento de la demanda durante el mes
Estos aparatos están diseñados para suministrar energía a una estructura entera y funcionan a base de gasolina, por lo que pueden recargarse pese a la ausencia del servicio eléctrico.
Según la corriente que logren almacenar, los precios fluctuaban entre 350 y 890 dólares.
La resiliencia del venezolano
Los apagones han despertado nuevos mecanismos de supervivencia en el venezolano. La capacidad para reinventarse y adaptarse a los más descabellados contextos ha quedado demostrada en un mes plagado de apagones e improductividad.
Sin embargo, la población ha dejado clara que sus esfuerzos por mediar la crisis son solo medidas de contingencia, y que no está dispuesta a acostumbrarse a un país sin servicios de electricidad ni agua potable como su nueva realidad.
Por eso en las redes se hizo tendencia el #NoNosAcostumbraremos, durante un fin de semana lleno d