«La gran renuncia»: ¿un mal en estos tiempos?, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidParedes861
En febrero del año pasado, el IBM Institute for Business Value hizo público un estudio en el que revelaba que uno de cada cuatro empleados encuestados a nivel mundial planeaba cambiar de empleador en 2021. Tal resultado sorprendió tomando en cuenta que se estaban viviendo momentos muy duros en el plano laboral por la pandemia.
La Organización Internacional del Trabajo contabilizó, para ese entonces, la pérdida de 255 millones de empleados de tiempo completo en 2020. Pero así y todo hubo empleados dispuestos a buscar otras opciones de trabajo, como lo demuestra el estudio.
De acuerdo con la investigación, los cambios laborales voluntarios y el desarrollo de habilidades seguían siendo una prioridad en el mercado laboral y, según se expuso, podría ser que los trabajadores estaban buscando cambios en su carrera debido a las interrupciones causadas, precisamente, por la crisis sanitaria.
La necesidad de un horario o ubicación de trabajo más flexible y mayores beneficios y apoyo para su bienestar se mencionaron como las principales razones para cambiar de empleo.
A más de un año de ese estudio nos encontramos con un fenómeno que desde finales de 2021 está causando una gran preocupación en el mercado laboral-empresarial. Es lo que los economistas han bautizado como “La Gran Renuncia”. Se trata de una cantidad sin precedentes de trabajadores estadounidenses que han dejado sus empleos desde el comienzo de la pandemia, sin contar con una alternativa de empleo.
De acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales de ese país, la cifra de los que renunciaron a sus trabajos alcanzó un récord de 4,5 millones en noviembre del año pasado. El sector más afectado hasta ahora ha sido la industria hotelera, seguido por los servicios de entretenimiento, comercio minorista y salud.
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Pero esto no solo está ocurriendo en Estados Unidos. Hay reportes que en países europeos como España está produciéndose un fenómeno similar. Tras hurgar en las causas, se llegó a la conclusión de que los trabajadores están renunciando a sus empleos por agotamiento físico y mental, falta de motivación o realización personal y profesional, cansancio de la precariedad, insatisfacción laboral y falta de recompensa real.
Detrás de ello también está el hecho de que para los trabajadores cambió la forma de entender la cultura del trabajo. Luego de largos períodos de confinamiento en muchos países y el auge que ha experimentado debido a ello el teletrabajo, ahora los empleados desean lograr un equilibrio entre su vida personal y laboral y conseguir mayores oportunidades de avance profesional.
Esto ha encendido las alarmas y obligado al sistema laboral tradicional a replantear sus prioridades. Si bien algunas empresas están encontrando serias dificultades para hacer frente a los altos índices de rotación del personal, otras están inmersas en un proceso de reinvención para evitar así la estampida de sus empleados.
Ante este panorama complejo, las compañías deberían buscar los mecanismos para retener y fidelizar a sus trabajadores, pues ese es el secreto para evitar la gran rotación de capital humano y la renuncia.
La “compensación total” es una de las fórmulas a las que han echado mano las empresas y esto no es otra cosa que precisar todas las formas en las que un trabajador puede ser retribuido y ponerlas en marcha. Mientras tanto, “La Gran Renuncia” sigue andando y causando estragos…
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.