La primera receta de los tequeños, por Miro Popić
Twitter: @miropopiceditor
La primera receta impresa de los tequeños apareció en 1951 en ¡Buen provecho! Caracas cookery, editado por la British War Charities y The Caracas Journal, el libro más importante de cocina venezolana en la primera mitad del siglo XX. El libro, que salió por primera vez en 1943, fue impreso en la tipografía Vargas en Caracas y el trabajo compilador inicial fue responsabilidad de Dorothy A. Kamen-Kate y Catherine S. de Coup-Crank. En 1944 y 1946 salieron dos reimpresiones más. Para aclarar conceptos: cuando un libro se imprime nuevamente conforme al original, se llama reimpresión; cuando, en cambio, se imprime nuevamente con su texto revisado y modificado, se llama reedición.
En 1951 apareció una cuarta edición revisada y aumentada a la que luego le siguieron versiones de 1961, 1967 y una última de 1992, promovida por la International Association of University Women VAAUW, con patrocinio de American Express Bank International y Pdvsa (Petróleos de Venezuela S.A.), con motivo del 50 aniversario de la edición original.
En total son 284 recetas las que se incluyen en el libro, unas netamente criollas, venezolanas, otras con aportes foráneos habituales para las compiladoras, deseosas de compartir experiencias en el entorno social en que actuaban. Dice Dorothy: «Este no es otro libro de cocina más… (refleja) el modo de vivir venezolano en la época de la Segunda Guerra Mundial, cuando aún se hablaba del fogón y del metate y no de hornos microondas o de procesadoras de alimentos. De esta forma, al releer y usar la recetas publicadas en 1943, vemos reflejadas en ellas toda una cultura que se renueva con el paso del tiempo».
A partir de 1951 a las recetas originarias se agregan cuatro páginas en una sección llamada with cocktails, con cocteles, donde aparecen: tequeños, guacamole, bolitas de queso, hallaquitas y bollitos, firmadas por Alban Jessup y con la frase introductoria de: These Venezuelan recipes, favorites among foreigners, are here written with accurate cup-and-spoon measurements for de first time, es decir, estas recetas venezolanas, favoritas entre los extranjeros, están escritas en precisas medidas de taza y cucharadas por primera vez.
El talento humano tras Buen provecho. Caracas cookery es netamente femenino, liderado por una periodista estadounidense que vivió más de 20 años en Venezuela acompañando a su esposo Maurice Kamen-Kaye quien fue presidente de la Caracas Petroleum Company, desde 1930 a 1950: Dorothy A. Kamen-Kaye. En la introducción a la reedición de 1992, Dorothy escribe: «Cuando recuerdo la primera edición de Buen provecho me vienen a la mente todas las personas que ayudaron a producir esta colección de recetas en época de guerra y que además aportaron su conocimiento y su experiencia. Recuerdo de forma muy especial y con mucho afecto a Kitty de Coup-Crank, quien me pidió que fuero su coeditora y que además se ocupó de hacer toda la traducción al español. Recuerdo los días en la Tipografía Vargas y en la Editorial Élite cuyo equipo nunca antes había publicado un libro como Buen provecho. De alguna manera logramos que el libro se hiciera famoso como best seller». Digamos en su honor que son precursoras del Libro Rojo de Armando Scannone.
Incluir la receta de los tequeños en la edición de 1951 fue obra de Dorothy Kame-Kay y su interés en lo nuestro. Demuestra que ya en aquellos años los tequeños, llamados así por su nombre, eran el servicio preferido en reuniones sociales, tal como lo escribe al inicio de la descripción favorites among foreigners (p205), es decir, “»avoritas entre los extranjeros».
Este testimonio refuta mi afirmación anterior en «Comer en Venezuela» (2013) donde le atribuía a Graciela Schael Martínez la publicación de la primera receta de los tequeños en su libro «La cocina de Casilda», de 1953. Acepten mis disculpas.
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La venezolanidad del tequeño no está en discusión por lo que no hay nada que aclarar. Su cédula de identidad lo dice claramente: tequeño. Lo que no tenemos certeza es sobre su partida de nacimiento. Cualquiera que pretenda apropiarse de la originalidad de los tequeños debe presentar un registro documental anterior a este y con argumentos más contundentes.
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Miro Popić es cocinólogo. Escritor de vinos y gastronomía.