Educación en rojo: Las cifras incompletas del ministro Jaua ante la ONU (I)
El ministro de Educación presentó números y más números en la II Reunión Regional de Desarrollo Sostenible de la ONU como banderas ejemplares para asegurar que Venezuela había superado las metas de la Agenda 2030, pero dejó por fuera otras cifras que pintan la gestión educativa del Gobierno de un rojo diferente
Primera entrega de la serie Educación en rojo.
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El ministro de Educación, Elías Jaua, presentó datos oficiales en la II Reunión Regional de Ministros de Educación realizada el 25 y 26 de julio en Cochabamba, Bolivia, que le sirvieron para ejemplificar que Venezuela ya había superado las metas establecidas en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Una de las metas es que los países firmantes trabajen en pro de que en el año 2030 puedan garantizar a su población un período de hasta 12 años de educación pública gratuita. Al dar como cumplida y rebasada esa meta, el ministro Jaua detalló que en el país se cubren 22 años de escolaridad porque 82% de los estudiantes venezolanos -desde la educación inicial hasta universitaria- están inscritos en instituciones públicas, y que este año escolar registró un incremento en todos los niveles en la matrícula en relación al año anterior.
Lo que no indicó el ministro Jaua es que la cantidad de niños y jóvenes inscritos en el sistema educativo venezolano ha ido cayendo sostenidamente desde 2013 a un ritmo de 100 mil estudiantes menos en cada inicio de un nuevo período escolar.
Ciertamente este año hubo un aumento de 16% al comparar con 2016, porque en ese período se había registrado la caída más importante de los últimos cinco años: entre 2013 y 2016 la matrícula mostró una reducción de 608 mil estudiantes.
El Ministerio dejó de informar en cada comienzo de año escolar los datos recopilados en las escuelas y liceos que reflejan los niveles de ausentismo, repitencia y deserción. Pero las cifras extraoficiales muestran que, por ejemplo, la deserción escolar este año se ubicó en 58% y alcanzó 80% de niños y jóvenes que viven en estados fronterizos, según un informe realizado por la Fundación Redes en más de 1.500 escuelas del país.
Fausto Romeo, directivo de la Asociación Nacional de Instituciones Educativas Privadas (Andiep), señala que el número de egresos de estudiantes en sus colegios afiliados comenzó en 10% cuando arrancó el año escolar, aumentó a 15% en enero y al finalizar rondaba 25%.
La otra cifra de deserción que tampoco contempló el ministro durante su informe en la Reunión Regional de la ONU fue la de docentes. En junio de este año, durante una entrevista para el canal Globovisión, Jaua afirmó que de los 500 mil maestros que forman parte de la nómina ministerial, solo han renunciado 2.000, según datos de la Zona Educativa y consideró que es una cifra dentro del promedio.
Pero las estimaciones de Andiep hablan de otra realidad, al mostrar que el déficit de docentes se agudizó durante este año escolar con la renuncia de 30% de maestros que dejaron la docencia para emigrar, por los bajos salarios e incluso por razones como la imposibilidad de trasladarse debido a los problemas de transporte.
De un número similar alertan instituciones como Fe y Alegría, que señala que entre octubre de 2017 y enero de 2018, renunciaron unos 3.500 de sus 10.000 maestros en todo el país.
Los gremios docentes tienen más de diez años alertando un déficit que ronda los 130.000 profesores, en particular de especialistas en el área científica para el nivel de educación media.
Esa situación fue reconocida durante la gestión como ministro de Héctor Rodríguez luego de realizar la Consulta Nacional por la Calidad Educativa, por lo que en julio de 2014 lanzaron la Micro Misión Simón Rodríguez, un programa que tenía como objetivo atacar pronto este problema para formar docentes ya graduados que quisieran tener una nueva especialización en física, química y matemáticas.
Cuatro años más tarde, el 18 de junio de este año, el ministro Jaua presidió el acto de graduación de la primera promoción de egresados de esa Micro Misión, que graduó apenas a 178 docentes.
Durante el encuentro latinoamericano con sus homólogos en el área educativa, el ministro Jaua hizo especial énfasis en la reducción de la matrícula de estudiantes inscritos en escuelas privadas y destacó que en promedio 200.000 estudiantes habían migrado hacia instituciones públicas “por los excesivos costos de las matrículas”, pero el ministro no precisó las causas.
En medio del contexto hiperinflacionario, el monto promedio según la estructura de costos de cada colegio se tendría que ubicar en no menos de 15 millones de bolívares por cuota de escolaridad para garantizar el funcionamiento, señaló el directivo de Andiep. Incluso las instituciones que reciben subvención del Estado ha tenido que ajustar sus montos de mensualidad para gastos operativos porque más de 75% de lo que reciben se va en pago de nómina.
La migración de estudiantes que van de colegios privados a públicos responde a los altos costos de inscripción y mensualidades, pero la canasta escolar que contempla útiles y uniformes les toca por igual a todos. Esta parte de la matemática tampoco la presentó el ministro Jaua.
Para junio de 2018 la canasta escolar se ubicó en más de 1.300 millones de bolívares por niño, según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), lo que requeriría 452 salarios mínimos para cubrirla.
Como un dato extra, el ministro Jaua aseguró que el Gobierno entregará un bono de escolaridad y además repartirá 4 millones de morrales con útiles y 4 millones de uniformes. Pero las cifras oficiales registran a 6.500.000 niños y jóvenes que forman parte del sistema público, por lo que se desconoce cuáles serían los criterios de selección en la entrega que deja por fuera a un aproximado de 2.500.000 estudiantes.
Otra de las metas que propone la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible es que los países destinen 7% del Producto Interno Bruto (PIB) a la inversión en educación y Jaua aseguró que en Venezuela este porcentaje alcanza 6,4%. “Se pide que el presupuesto de la educación sea equivalente al 20% del presupuesto nacional, en Venezuela es del 23%. Se pide la inclusión y la equidad de género, en Venezuela el 50,1% son hombres y 49,9% son mujeres, así como la obligatoriedad en el sistema educativo de usar el género”, resumió Jaua sobre su presentación en la Reunión Regional de Ministros de Educación.
Dentro de ese 23% del presupuesto nacional asignado a educación al que se refiere Jaua está contemplado casi una cuarta parte del monto para mantener el Programa de Alimentación Escolar (PAE), que serían 280 millardos de bolívares; sin embargo la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida reflejó que 24 de cada 100 niños dice que la razón por la que no va a la escuela es porque no tiene comida.
En resumen, además de las muchas cifras que el ministro Jaua no presentó o disfrazó ante sus pares regionales, la apabullante realidad que muestra el sistema educativo deja claro que las metas alcanzadas de las que se ufana el gobierno solo se lograron en el papel.