Las remesas ya no rinden lo suficiente a causa de la inflación
Las remesas, un salvavidas para muchos venezolanos, ahora son insuficientes debido a la inflación. Se necesita tres veces más dinero en dólares hoy para comprar lo mismo que en 2019
Fabiana Rondón | Voz de América
Cuando Daniret Machado llegó a España en 2018 casi de inmediato comenzó a enviar remesas a su familia en Venezuela. Al inicio consignaba 50 euros al mes, para ayudarlos a adquirir los productos de la cesta básica y cubrir otros gastos. Ahora esa cantidad no es suficiente, y Machado debe enviar 50 euros por semana para que su familia cubra los mismos gastos que hace cuatro años cubrían con 50 dólares al mes.
“No les alcanza como les podía alcanzar hace cuatro años», dijo la joven de 25 años que trabaja como repartidora. «Puedo enviar 50 o 20 euros semanales, depende también de cómo me vaya porque no tengo un sueldo fijo”, comentó a la Voz de América. Machado dijo que ha llegado a enviar hasta 400 dólares en remesas en un mes.
“Aquí [en España] el sueldo mínimo son 1.200 euros, estoy enviando más de la cuarta parte de mi sueldo. En Venezuela eso representa muchísimo con respecto al sueldo mínimo, aunque con los precios de allá sigue siendo poco”, afirmó.
Un caso similar vive Daleska Salas, quien envía remesas desde que emigró a Perú en 2018. Entonces consignaba a su madre 30 dólares al mes, pero ahora la cifra se triplicó. “Con unos 34 dólares mi mamá hacía un mercado completo, casi que no le cabía la carne en la nevera, pero ahora ya no es suficiente”, dijo.
La migración en Venezuela en los últimos seis años generó un aumento en el envío de remesas. En 2021, las remesas representaron el 5% del Producto Interno Bruto (PIB). Ese año al menos 24,3% de los hogares venezolanos recibieron remesas, según la consultora Anova Policy Research. Pero debido a la inflación, cada vez es menos lo que pueden adquirir las personas con el dinero que perciben de remesas.
En los últimos 12 meses, la inflación en Venezuela alcanzó cerca del 400%, causando además un incremento en los precios en divisas, que han subido un 30%, según Asdrúbal Oliveros, economista y director de la firma Ecoanalítica.
“Venezuela tiene una economía bastante distorsionada, una economía que además presenta una dolarización informal y caótica, y tenemos un alza importante en el precio de los bienes», dijo el economista. «Eso hace que afecte los envíos de los migrantes, que no pueden aumentar la cantidad que envían a Venezuela en esas proporciones, porque sus ingresos en los países donde están no aumentan en esa magnitud».
El precio del dólar al cambio oficial en Venezuela es de Bs. 31,52, mientras que en el mercado paralelo se cotiza en un promedio de Bs. 32,86. Según Oliveros, para adquirir lo que se podía comprar con 100 dólares en 2019, hoy necesitas 450.
En enero de 2019, la canasta básica —integrada por al menos 60 productos— tenía un costo de 64 dólares, de acuerdo con estimaciones del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cenda). Cuatro años después, en junio de 2023, el precio de la misma canasta se ubicó en 511,20 dólares, según un informe del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
La cesta se elevó un 77,4 % desde enero hasta junio de 2023, mientras que los productos que registraron un mayor incremento de precios fueron las carnes (6,88 %), el café (5,50 %), los granos (4,14 %) y los pescados (3,54 %), según el informe.
Esto quiere decir que un venezolano que gane el salario mínimo, fijado en 130 bolívares —equivalentes a 4,12 dólares—, solo puede cubrir el 0,8 % de la canasta. Oliveros agregó que la disminución del envío de remesas se dio principalmente tras la pandemia del COVID-19, ya que muchos migrantes quedaron desempleados o estaban en países con cuarentenas estrictas.
Pese a la disminución de los envíos de remesas y la inflación, el director de Ecoanalítica dice que las remesas han generado un crecimiento importante en la economía venezolana, y estima que en 2023 alcancen los 3.000 millones de dólares.
“Antes de 2015, el factor remesa prácticamente no existía en Venezuela. Ahora alrededor de un tercio de las familias venezolanas dependen directamente de la ayuda de estas remesas, que son un factor clave para explicar el consumo”, aseguró. La tendencia apunta a que la cifra siga creciendo, y que en 2027 esté cerca de los 6.000 millones de dólares, unos 10 puntos del PIB, dijo Oliveros.