Estos fueron los aspectos que no abordó Maduro en su Memoria y Cuenta

Los datos sobre la inflación y sobre el resultado económico, así como la actuación de las autoridades para evitar la violación de los derechos humanos de los venezolanos, fueron olvidados por Nicolás Maduro durante la presentación del informe de gestión 2020
El mandatario Nicolás Maduro presentó este martes 12 de enero su Memoria y Cuenta del año 2020 en la que las cifras macroeconómicas y sobre migraciones de los venezolanos fueron las grandes ausentes. Sobre cómo se ejecutó el presupuesto de la Nación durante el período ni que propósitos tiene para este 2021 también lo olvidó. Sin embargo, culpó nuevamente a las sanciones decretadas por el gobierno de Estados Unidos de la caída de los ingresos del país, de las limitaciones para la exportación petrolera y de la imposibilidad de financiamiento internacional.
«Cinco años pasaron desde la última vez que me tocó rendir cuentas frente al poder legislativo. Vine a presentar la cuentas, a hacer balance y a propósito de la convivencia política», dijo desde el hemiciclo de la Asamblea Nacional al que volvió luego de varios años de ausencia, tiempo en el cual los partidos de oposición mantuvieron el dominio del parlamento.
Aunque afirmó que este era un «día marcado por el retorno», no lo fue para la vuelta de la divulgación de los datos macroeconómicos tales como la tasa de inflación, el Producto Interno Bruto (PIB) petrolero y no petrolero, el déficit fiscal, la totalidad de los ingresos (recaudación interna y externa) y gastos fiscales. Aunque se refirió al pago de bonos de deuda externa de entre los años 2013 y 2017 (109.619 millones de dólares) no llegó a referirse sobre el saldo o la totalidad de la deuda pública del país.
El mandatario dio a conocer las cifras sobre producción de gasolina en el país (11 millones de barriles entre el 31 de julio al 31 de diciembre), no obstante, dejó de lado uno de los datos más importantes en la economía venezolana: la producción de petróleo de Pdvsa, así como de las exportaciones petroleras y no petroleras.
A pesar del auge que ha tenido el llamado Arco Minero durante su gestión, Maduro tampoco mencionó cuánto ha sido la explotación de oro y de otros minerales en la zona, así como su posible exportación y los ingresos que hayan generado.
Poco, o se podría decir casi nada, dijo sobre la ejecución de planes en infraestructura en el país como construcción de redes viales o nuevos sistemas de transporte; así como para la mejora de los tan deteriorados servicios públicos como agua, electricidad, gas doméstico y telecomunicaciones. Solo mencionó datos sobre el programa bandera del chavismo la Misión Vivienda, en la que aseguró que a pesar de la pandemia por el covid-19 se entregaron 400 mil unidades habitacionales.
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Aunque llegó a promocionar una amplia campaña para convencer a la población de las bondades de su moneda digital el petro, nada comentó; así como tampoco del salario mínimo y del bono de alimentación, de los cuales los trabajadores esperaban una confirmación sobre el nuevo monto salarial que se ha cancelado en los últimos meses y que no ha sido oficializado por algún funcionario.
«El salario a los trabajadores en nada se ajusta a la realidad económica», dijo el mandatario, sin mencionar un posible incremento.
Lo que sí volvió a dejar en claro Maduro es que ejecutaría todas las acciones necesarias para «recuperar la economía este año…», frase que ha utilizado en muchas otras de sus alocuciones.
«El 2021 debe ser el año de la recuperación integral de Venezuela, de la recuperación de la economía. Vamos a restituirlo de manera sostenida. Con este mismo modelo reinventar fórmulas para este bloqueo (de EEUU)», afirmó.
Tampoco dijo
Olvidados quedaron también las acciones en materia social. Luego de una amplia presentación sobre la atención de los contagios en Venezuela por el covid-19 y de lo que -a su juicio- representó un «éxito» la cuarentena y el plan 7+7 (semana de cuarentena radical y semana de flexibilización), no mostró los resultados generales en materia de salud ni el estado de la infraestructura sanitaria.
Del sistema carcelario ni se recordó.
El tema de las migraciones de los venezolanos solo fue nombrado por Maduro para indicar que 300.000 compatriotas han expresado su deseo de regresar a Venezuela y que su administración dispondrá de todos los mecanismos para asegurar el retorno. La cifra de más de 5 millones de venezolanos que han abandonado el país en los últimos años parece ser no tan significativa como para mostrarla, ni tampoco las penurias de los que emigran ya sea a través de la trochas por la frontera con Colombia o por mar en lanchas poniendo en riesgo su vida como el caso de los desaparecidos en Güiria.
En materia de seguridad ciudadana o de actuaciones ejecutadas por los organismos de seguridad del Estado, nada mencionó el mandatario nacional. Varias organizaciones sociales en el país y hasta organismos internacionales han criticado duramente la actuación policial y militar contra la ciudadanía, pero durante este informe de gestión no se señalaron planes que conjuntamente con la Fiscalía o la Defensoría del Pueblo se hayan ejecutado en 2020 para disminuir las malas prácticas que se realicen durante los operativos.
Maduro evitó referirse a lo señalado por la Misión Internacional Independiente de las Naciones Unidas (ONU) de determinación de los hechos sobre Venezuela, el cual reportó que tanto el gobierno venezolano, como los agentes estatales y los grupos civiles que trabajaban con ellos han cometido violaciones flagrantes de los derechos humanos.
El informe del grupo de expertos indicó que el mandatario nacional y los ministros del Interior y de Defensa tenían conocimiento de lo que ha ocurrido en esta materia, no obstante, tampoco dio pistas sobre los planes o actuaciones que desde el alto gobierno pudieran estarse ideando para evitar las violaciones a los derechos humanos en el país.
Sobre los resultados en política exterior tampoco se tuvo suerte. En su discurso ante el hemiciclo de la Asamblea Nacional, Maduro nada dijo sobre acuerdos políticos o comerciales firmados con países de la región o incluso con gobiernos aliados como China, Rusia, Turquía e Irán. Del Esequibo -por otro lado- fue mencionado de refilón para referirse a que «factores de derecha y gobiernos de otros países» planean entregar este territorio en disputa con Guyana; pero nada dijo sobre las actuaciones que en 2020 pudo llevar a cabo su administración ante las cortes internacionales para evitar la pérdida de esta zona en reclamación.