Manejo de Maduro al covid-19 pasó a buscar dividendo político, dicen politólogos
Ricardo Sucre Heredia y Luis Salamanca aseguran que el mandatario trata de mostrarse como la persona que puede manejar la situación e intenta sacar un dividendo político, pero que la realidad de un país con un precario sistema de salud y depauperado económicamente, traerá serias consecuencias en la población
Ante la llegada del nuevo coronavirus a Venezuela, el mandatario Nicolas Maduro ordenó el pasado 13 de marzo una cuarentena social a la población para prevenir la expansión del covid-19, una de las medidas que se han aplicado otros países cuando ya reportaban decenas de casos de contagio y las primeras cifras de fallecidos, por lo que la acción fue acatada por buena parte de la población e incluso respaldada por sectores de la oposición.
Sin embargo, en la alocución del mandatario del domingo 22 de marzo, el tinte político volvió a aparecer, en el marco del anuncio de nuevas medidas económicas, algunas de las cuales se tomaron para un plazo de seis meses, y también con el accionar más riguroso por parte de la Fuerza Armada Nacional (FAN) en las labores de asegurar el resguardo en sus casas, de la población.
Ante la realidad de la pandemia, en la mayoría de los países golpeados por el covid-19 el accionar político, como el de otras áreas de la sociedad, ha quedado reducida al mínimo, y en Venezuela prácticamente es nula. Reuniones, mítines, protestas y actividades de calle se cortaron, y las pocas personas que se atreven a congregarse para alguna actividad son abordadas por los cuerpos de seguridad o corren el riesgo, como ocurrió al conjunto de vecinos que jugaba dominó en el 23 de Enero, de ser agredidos por grupos armados.
Dependencia
En el ínterin, organismos policiales detuvieron al periodista Darvinson Rojas por haber difundido cifras de contagiados por el nuevo coronavirus diferentes a las oficiales divulgadas por el gobierno chavista y el mandatario advierte que existen planes desestabilizadores en el país.
Nicolás Maduro alertó que existen «movimientos locos» desde EEUU, con el fin de causar desestabilización que genere un golpe de Estado en el país, y en este sentido pidió a la FAN estar alertas ante cualquier iniciativa de este tipo y exhortó a los militares a combatir y a buscar a los golpistas.
El mandatario acababa de anunciaró pagos de nómina y asistencia de salud a través del sistema patria, lo que se suma a que, mientras merman las actividades de producción de alimentos, la dependencia de la población hacia el sistema CLAP, del gobierno, se va incrementando. Todo lo cual va configurando un cuadro de dominio de la sociedad.
Búsqueda del poder
Tomando en cuenta esta situación, hay que tener presente que el temor de la población, en este caso al contagio de un virus que puede ser mortal, favorece cualquier tentación autoritaria. El internacionalista Félix Arellano, en su columna el covid-19 y la política, publicada el 24 de marzo, sostiene que la pandemia está transparentando las reales posiciones políticas de algunos gobiernos y que los autoritarismos y populismos están demostrando una vez más que su preocupación fundamental es el poder.
“En el grupo de los populistas, que abarca diversas orientaciones, las reacciones han sido heterogéneas, pero en términos generales, poco transparentes y poco responsables frente a la complejidad el problema. Ahora bien, en la medida que los populistas se insertan en democracias institucionalmente más sólidas, la sociedad ha logrado ejercer la presión necesaria para adoptar correctivos”, aseguró el internacionalista.
Nueva etapa
En conversación con TalCual, el politólogo y psicólogo social Ricardo Sucre Heredia, explicó que Nicolás Maduro pasó de una primera etapa, que arrancó el 13 de marzo, a una segunda que comenzó oficialmente en la noche del 22 y se hizo efectiva a partir del 23, donde las intenciones de sacar dividendo político por parte del gobierno chavista ha quedado evidenciada.
“En la primera etapa el gobierno respondió adecuadamente. Anunció las medidas dentro de las circunstancias económicas, como no tener capacidad económica para hacer tests (pruebas) y no tener un sistema de salud sólido, por lo que decidió tomar medidas drásticas en ese momento a luego tener una situación de salud pública complicada. Dentro del estilo de Maduro, utilizó un buen lenguaje, no fue el Maduro entrompador (sic), chabacano, vulgar, sino uno distinto, con un estilo más responsable, consciente de la situación”, detalló Sucre Heredia.
Embarrada
Continuó diciendo que, a partir del 22 y el 23, el mandatario ha pasado a una etapa más política de tratamiento del virus. “Ahora se vio más él, diciendo prácticamente que ‘esto es una enfermedad de los ricos, que los gobiernos (Europa) no tomaron las medidas, y nosotros tenemos medicamentos’ también hizo énfasis en que la gente contagiada es del Este de Caracas (sector donde habitan personas de mayores recursos económicos), que viaja”.
En opinión de Sucre Heredia, todo esto echó por tierra la buena iniciativa que pudo haber tenido el mandatario al comienzo de la situación. “Luego de comenzar bien, el día 22 de marzo la embarró. Imagino que vio que la gente reaccionó bien, que incluso desde la oposición se admitió que se había actuado bien; pero ahora vienen por lo de siempre, avivar la polarización política en esta segunda etapa política”, indicó en cuanto a la intencionalidad de buscar un dividendo político.
Instrumento para obtener dividendo político
Sucre Heredia considera que, aunque el gobierno puede aspirar a incrementar el control social, le será muy difícil lograrlo, por lo que cree que lo que guía la actuación del Ejecutivo es utilizar la situación como instrumento para obtener un dividendo político.
“En la primera etapa el gobierno de Nicolás Maduro quiso mostrarse hacia afuera y ahora, en la segunda, quiere hacerlo hacia al consumo doméstico. El mensaje es ‘te estoy atendiendo, examinando, llevando el CLAP’, afirmándose como el que tiene las capacidades, poder, recursos e inteligencia para dar la cara, esperando un beneficio o dividendo político ulterior”, señaló.
No obstante, sostiene que nadie sabe cómo vamos a quedar después de que esta situación pase. “El gobierno está haciendo una apuesta. ‘Voy a jugar a las medidas duras’. Es una apuesta, la contra es si esto se extiende mucho, y entonces la pregunta es ¿podrá el gobierno sostener la cuarentena?”.
Cuesta arriba
El doctor en Ciencias Políticas y abogado Luis Salamanca es más enfático al asegurar que el gobierno busca aprovechar la situación, una vez más, para mantenerse en el poder. “Creo que no es un gobierno solamente, es un modelo político que busca todos los días estabilizarse para perpetuarse. Cualquier circunstancia que se les presente la van a tratar de aprovechar y los chavistas se han especializado en eso, dijo a TalCual.
Sin embargo, coincidió con Sucre Heredia en dudar que logre el objetivo de sacar un dividendo político. “La situación no es una materia política, es social, de un tipo muy particular y especial. Se trata de una amenaza demasiado cercana, súbita que puede liquidar a una persona si se descuida”, resaltó.
Desde su perspectiva, la gran duda que hay es si un gobierno que está en las condiciones que está Maduro, “de debilitamiento económico, político y social; que no es querido por la población y no es confiable», tenga capacidad institucional para atender esta situación.
Discriminación
Destacó Salamanca que las instalaciones sanitarias en el país están en malas condiciones, que no hay recursos para proveerse de los insumos básicos y que además, la gestión chavista siempre ha utilizado el rasero político para discriminar entre los suyos y «el enemigo».
“Ningún país estaba preparado para esto, pero muchos contaban con un sistema sanitario que ha podido dar respuesta a miles de personas”, argumentó Slamanca.
Hizo énfasis en que la única respuesta que se está dando es la cuarentena, donde lo más visible es la política de aislamiento de las personas. “Suena lógica (la medida) pero se hace sin tomar en cuenta las características socioeconómicas de la mayoría de las personas. El hecho de que los ciudadanos no puedan hacer normalmente un mercado para tener la despensa llena durante 15 días, hace que tenga que salir diariamente a hacer las compras”, recordó.
Presión
Por todo ello, aseveró que se trata de un desafío muy grande y tendrá consecuencias de tipo político, ya que la gente tiene expectativas de saber cuándo va a salir de esta situación y que lo hará con bien.
“Los efectos políticos los vamos a ir viendo en la medida en que avance la crisis y operen las soluciones. El gobierno tiene el recurso de ocultar la información y dar la que le interesa. Tiene hegemonía comunicacional, pero la población es la que va a terminar de poner las cosas en su justo término, si no puede comprar comida o no cuenta con asistencia sanitaria, situaciones que se van a ver en una circunstancia peor ya que la crisis avanza”, comentó.
Indicó que, ante la precaria atención, en una democracia que funcione los efectos políticos serían perder unas elecciones presidenciales o un referendo revocatorio, pero como el gobierno de Nicolás Maduro se ha negado a unos comicios de este tipo, y no haber válvula de escape, se puede aumentar las posibilidades de explosividad social, política y hasta militar.
Peligro latente
Para Ricardo Sucre Heredia hay que esperar a ver las acciones una vez se supere la coyuntura de la pandemia. “Después que pase la situación del coronavirus no sabemos cómo actuará el gobierno de Nicolás Maduro porque habló (que para entonces habrá) de una normalidad vigilada. En ese momento yo pensé en el modelo chino, que cuenta con mucha tecnología para ejercer control, pero hemos visto que, en Venezuela, la cuarentena se está cumpliendo a la venezolana” (en alusión a sectores populares, como Catia y Petare, que recientemente se vieron atestados de personas en los mercados).
“Las crisis sociales, per se, no producen cambios políticos si no tienes vías para producirlo. En una democracia que funcione, cuando se llega a este tipo de situaciones los ciudadanos tienen herramientas para buscar otra gestión, pero en Venezuela actualmente no las hay. Por eso Maduro está siempre diciendo que los estadounidenses le van a dar un golpe de Estado; tiene temor de que con esta crisis pueda venir el cambio”, concluyó a su vez Luis Salamanca.
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