Melo sigue preso
Lo acusan de portar un cordón explosivo, algo absolutamente falso. Es increíble que una persona que está advertida de la trampa que le quieren montar vaya a andar con un cordón explosivo encima
Autor: Sebastián Boccanegra
Carlos Melo nunca debió ser detenido. Es la segunda vez durante el chavismo que es llevado a prisión. En ambas oportunidades se ha utilizado a la justicia como arma de retaliación política. En esta ocasión el propio Melo advirtió, a través de su cuenta en Twitter, que lo iban a detener.
Amigos le informaron lo que habían planificado en el Sebin, ese cuerpo policial dirigido por un general peligroso para los derechos humanos y la democracia.
Lo acusan de portar un cordón explosivo, algo absolutamente falso. Es increíble que una persona que está advertida de la trampa que le quieren montar vaya a andar con un cordón explosivo encima. Es tan absurdo todo que, si no fuera por las consecuencias que tiene, daría hasta risa. Son tan burdos que no creemos que sea torpeza es, simplemente, caradurismo. Es decirle a los demás ciudadanos `vean de lo que somos capaces’. Es tratar de amedrentar a todos los opositores. Le cobran su posición política. Su decisión de enfrentar a los autoritarios que gobiernan el país.
Melo se desengañó de Hugo Chávez temprano. Pasó a la oposición y mantuvo su activismo de siempre. No es una persona de medias tintas, es frontal. Los que conocemos a Melo sabemos que no tiene un pelo de tonto. Estamos también seguros que no está inmiscuido en ningún acto ilegal, que no promueve la violencia. Milita en un partido, Avanzada Progresista, que tiene claro, al igual que la inmensa mayoría de los opositores, cuál es camino para salir de este gobierno.
El tribunal decidió otorgarle libertad bajo régimen de presentación, también la presentación de dos fiadores -a quienes exigió carta de antecedentes penales. Eso fue el 7 de septiembre, pero todavía hoy Melo sigue encarcelado a pesar de que su defensa cumplió con todas las exigencias del tribunal de manera inmediata. La orden de libertad no llega al Sebin por una reorganización que se está llevando a cabo en los tribunales. Es otra muestra de que la justicia en el país no funciona. Que si el procesado no simpatiza con el Gobierno le caerán encima todas las irregularidades que existen en el sistema judicial. Melo, que no ha cometido ningún delito, está preso mientras que el agresor de Julio Borges fue detenido pero está libre bajo régimen de presentación. La justicia no es ciega, es roja.
Tampoco seria de extrañar que cuando por fin el tribunal envíe la boleta de excarcelación al Sebin en ese cuerpo policial la ignoren. En la actualidad hay 23 personas detenidas en El Helicoide que han sido liberadas por los tribunales, pero la decisión de los jueces no es acatada en esa institución.
De esta irregularidad es también corresponsable el vicepresidnte Aristóbulo Istúriz, pues el Sebin depende de la Vicepresidencia de la República.
Arsitóbulo debería recordar sus viejos tiempos, actuar para que la justicia se imponga y Melo y demás detenidos sean liberados.
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