«No es necesaria una unión opositora para lograr una transición»
Analistas consideraron positivo el retorno de la oposición venezolana a la ruta electoral porque es la única herramienta que tienen a su alcance para poder lograr un verdadero cambio político. Además, apuntaron que los factores democráticos pueden aprovechar los conflictos internos dentro del partido de gobierno para alcanzar concesiones
En el segundo boletín sobre las elecciones regionales y municipales presentado por el Consejo Nacional Electoral, se le adjudicaron 205 alcaldías al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), 59 a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), 37 a la Alianza Democrática y 21 a otros partidos. Aún el mapa sigue siendo mayormente rojo — incluso el de las gobernaciones, en donde hay 20 bajo el control chavista— pero, a partir del resultado actual, la oposición —siendo realista— pudiese construir mejores liderazgos para un próximo proceso, tomando en cuenta que no es necesario crea una unión opositora para lograr una transición de gobierno.
A esa conclusión llegó el politólogo Ángel Álvarez durante el foro de TalCual de este 23 de noviembre «¿Qué implicaciones tiene para el chavismo y la oposición los resultados de las regionales 2021?». Consideró positivo el retorno de los factores democráticos del país a la ruta electoral, puesto que, a su juicio, es la única herramienta que tienen a su alcance para poder lograr un verdadero cambio político.
«Ya han pasado suficientes experiencias (la oposición) como para darse cuenta de que la insurrección no conduce al avance. Deben prepararse para tener aparatos partidistas bien adiestrados. Les digo que abandonen las ilusiones y alístense para la lucha cotidiana, sin pretender maximizaciones de resultados, sin pretender que porque ustedes quieren los marines van a venir», señaló.
Para el analista, hay un mito en torno a la unión, que catalogó como «un mal infundado». Relató que en muy pocos países autoritarios de América Latina se han producido vínculos entre facciones opositoras para producir una transición. Dio como ejemplo las alianzas creadas en Chile durante los años 70, cuando estaba instaurada la dictadura de Salvador Allende.
«No es necesaria la unidad entre partidos para lograr una transición, perfectamente pueden competir entre sí», aseguró, al tiempo en que comentó que «las transiciones se producen no porque la oposición quiera, sino porque el gobierno entiende que no puede seguir manteniendo la hegemonía».
En ese sentido, apuntó que actualmente el chavismo está atravesando un proceso de difícil renovación de cuadros. Los chavistas de Hugo Chávez están siendo desplazados por el «chavismo-madurismo», que avanza con contradicciones internas y grandes diferencias que, dice, la oposición no aprovecha. De hecho, no descartó que pueda darse una reconfiguración de relaciones de poder dentro del oficialismo para que así el PSUV pueda sobrevivir como partido a sus roces internos. Todo esto, por supuesto, en función del madurismo.
«Si tu adversario tiene fracturas internas y tú quieres aprovechar, propiciar un diálogo político es lo importante, para así negociar una apertura política. Esas negociaciones se dan, no tienen que ser públicas ni mediadas por Noruega. Solo que aquí en Venezuela hay estigmas de que el chavista tiene que caminar descalzo desde Barquisimeto a Zulia para pagar sus deudas», sentenció.
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