Privilegios, por Gisela Ortega
Privilegio es la ventaja exclusiva o especial que goza alguien por concesión de un superior o por determinada circunstancia propia.
Etimológicamente procede del latín “privilegium”, puede definirse como «una ley privada”, o sea no pública o general, sino relativa a un individuo o cuerpo social específico y distinguido de los demás.
En origen los estamentos privilegiados de la sociedad feudal y del Antiguo Régimen: la nobleza y el clero, eran un cuerpo social definido por el privilegio, mientras que el concepto de clase privilegiada en la sociedad contemporánea se equipara en el lenguaje usual al de clase dirigente o clase alta, la que dispone de mayor riqueza y poder político, equivalente a conceptos como “elite” o “aristocracia”.
Durante toda la historia han existido diversos casos de sectores privilegiados. Este conjunto de circunstancias puede observarse desde los tiempos primitivos.
En la Antigua Grecia, por ejemplo, solo los hombres podían ser considerados habitantes de las ciudades-estado. En cuanto a Roma, puede hacerse referencia a la clase de los patricios que se consideraba a sí misma descendiente de los fundadores de la ciudad y que tenían por esta circunstancia derechos especiales tanto en la esfera privada como pública.
En la Edad Media, la clase privilegiada era la de los señores feudales. Estaba constituida fundamentalmente por los nobles dueños de tierras para ser trabajadas o dadas en arriendo y con ese fin se las entregaban a los campesinos, recibiendo de estos un aporte de su producción y la obligación de armarse para defenderlas contra ataques exteriores. El trato entre estos caballeros y los campesinos era libre pero desigual, haciendo que los aristócratas tuviesen una posición privilegiada.
En la Edad Moderna, los privilegiados, eran aquellos que tenían el control del capital y de los medios de producción. La clase dominante eran las grandes corporaciones. En nuestros días del postmodernismo, estamos en una era del conocimiento; son privilegiados quienes poseen las herramientas para desarrollar líneas de investigación y generar saberes en beneficio de la humanidad. El concepto de élite cambia de personal a global.
En un sentido judicial o normativo, el privilegio puede ser un permiso especial otorgado por las autoridades. Los privilegiados, por lo tanto, gozan de mejores condiciones que los ciudadanos comunes.
Existen muchos tipos de privilegios, que tienen sus peculiaridades. Tenemos el Privilegio local, que es aquel que se concede a un espacio determinado y que no existe fuera de las fronteras. Privilegio personal, es aquel que se otorga a un individuo en concreto y que no se transmite a sus sucesores.
El Privilegio remuneratorio, que se da como premio a alguien que ha llevado a cabo una acción que merece la pena ser reconocida, alabada y recompensada.
La existencia de privilegios son dones naturales a los cuales no se puede renunciar: vivir es un privilegio: ver, oír, respirar, hablar, caminar es un privilegio. Vivir honestamente lo, es más; la hombría es el mayor de los privilegios porque ser hombre encarna al ser.
También son privilegios; la razón; la inteligencia; la conciencia; el libre albedrío; tomar decisiones; pronosticar y anticiparse al futuro; el tener fe; la belleza; la bondad; la salud; la amistad; el amar y ser amado; el poder soñar; el pensar y tener en qué pensar; tener ilusiones; ser feliz; viajar.
Asimismo, hay privilegiados por la fortuna, afortunados, y quienes logran hacer fortunas; tener privilegios y obtenerlos, por mérito, por trabajo y esfuerzos propios, que es educación, cultura, que es afán de superación, que es estímulo y que hace que el éxito sea sinónimo de privilegio. Los títulos académicos y universitarios son privilegios de acuerdo con la ley.
De la misma manera es un privilegio vivir en democracia; la libertad; la estabilidad en el trabajo; tener influencia; contar con servicios públicos que funcionen; llegar a tiempo a una entrevista es privilegio de quienes poseen sirena y escolta; la seguridad personal es privilegio de quienes utilizan guardias especiales; hasta el que se nos reconozcan y respeten los derechos ya es un privilegio.
Están los privilegios parlamentarios que son prerrogativas o derechos que otorgan al poder Legislativo para asegurar su independencia frente a otros poderes.
Hay privilegios que se conceden por gracia sin atención a los méritos del privilegiado y los privilegios “odiosos”, que perjudican a terceros, y hay que pensar también que nada es para siempre y el privilegiado de hoy puede ser el ninguneado de mañana.