Provocación, por Aglaya Kinzbruner
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La Provocación es el título de la película Match Point de Woody Allen para México y Perú. El porqué un título tan perfecto como Match Point haya sido adaptado como La Provocación es responsabilidad pura y simple de los que se encargaron del doblaje y promoción de la película. El título en vez de sugerir que se trata de una película excelente inspirada en una obra de Dostoievski, Crimen y Castigo, recuerda más bien a una telenovela mexicana con sus actrices demasiado maquilladas, todas rubias y de ojos azules, como si ese fuese el fenotipo mexicano, y con unos cuantos hijos debajo de la manga de los cuales el protagonista mero macho ¡no sabía nada!
Woody Allen es absolutamente un mago, capaz de producir una excelente película, ubicada en Londres con gran finura y excelencia, trozos de ópera para ambientación, buen retrato familiar, una familia inglesa de clase alta. La joven de la familia, Chloe se enamora del joven y pobre profesor irlandés retirado del tenis, Chris Wilton, a quien conoce por haber sido también profesor de tenis de su hermano, Tom Hewett, quien tiene una novia, Nola Rice, ambiciosa aspirante a actriz. Chris y Nola, invitados por la familia a una casa de campo, se miran y los flecha Cupido con certera precisión.
Despreciada por la famila, Nola corre por un campo bajo la lluvia, esa lluvia tan típicamente inglesa que aparece siempre tanto en tiempos de amor como del cólera. Chris corre detrás de ella para consolarla y de la nada se da un encuentro pasional que el espectador tenía tiempo esperando. Sin embargo después, las cosas no llegan a mayores. Nola no es aceptada por la familia Hewett por su actitud desenfadada, su libido alta, poder económico bajo y porque a los británicos no les parecen elegantes los actores a menos que tengan un Sir o un Dame delante del nombre. Entonces parte y se va a los Estados Unidos.
Mientras tanto Chris se casa con Chloe, progresa económicamente como era su más grande deseo, le dan trabajo en la empresa de los Hewett, lo preparan académicamente y le va bien. Con Chloe llega a tener un matrimonio como tantos, duradero hasta que se encuentra con escollos, su Escila y Caribdis. El escollo es Nola que vuelve y con la cual se encuentra en un museo. Ahí se resume el romance esta vez obcecado y obsesivo y él va adelante con su doble vida hasta que Nola (Scarlett Johansson) dice que está embarazada. Chloe también, después de varios tratamientos, se embaraza y ya la vida de Chris poco a poco se vuelve de cuadritos.
Aquí pausamos la narración de la película para volver a su comienzo. Ya verán porqué. Al comienzo la protagonista es una pelota de tenis. La pelota rebota en la red y una voz en off nos dice que ése es el match point. Del lado que caiga la pelota ése será el ganador. Y lo que nos dice con eso el gran manipulador que es Woody Allen es que todo en la vida se resume en el azar. Con esta película ganó el David de Donatello.
Chris, protagonizado por el excelente actor Jonathan Rhys Meyers, desesperado por las presiones de Nola que le exige que se haga responsable por el niño, decide matarla. Y aquí es donde Woody Allen revela sus tremendas dotes de manipulador y de ¡guionista! Sin que nos demos cuenta, poco a poco, mientras Chris planifica cuidadosamente el crimen que va a cometer, utilizando para colmo de colmos una vieja escopeta de caza que forma parte de la colección de armas que el suegro tiene en la casa, uno, el espectador, en vez de repudiarlo, empieza a desear que todo salga bien, o sea que él pueda cumplir con su plan.
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Él asesina primero a una vecina de Nola y roba sus joyas y luego a Nola para que la policía piense que el ladrón mató a Nola solo porque ella lo vio en el lugar del robo. Las joyas las bota al Támesis, menos un anillo que se le cae por casualidad en la valla que bordea el río. El anillo es como la pelota del tenis. Simboliza el azar y por eso la cámara lo enfoca largamente mientras da vueltas en el aire. Cuando un policía que conoce bien su oficio, Brennan, casi tiene ya indiciado a Chris, muere un vagabundo y le descubren el anillo en el bolsillo. Caso cerrado.
Y uno que es un idiota sale del cine aliviado. Por eso cuando uno conoce a alguien que es tremendo manipulador, si puede, tiene que poner pies en polvorosa. Cave canem, decían algunas casas lujosas de la antigua Roma. Olvídense del perro. ¡El enemigo número uno siempre es el manipulador!
Aglaya Kinzbruner es narradora y cronista venezolana.
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