Solo para la «Venezuela Premium» se reactiva el financiamiento de vehículos
Plazos de 12 a 24 meses, tasas de interés del 12% o 16%, comisiones de 3% a 4% y pólizas de seguro obligatorias son algunas de las características de las estructuras de financiamiento de vehículos, ofrecidas por unos pocos concesionarios del país, para automóviles en un rango de precios de entre $23.000 y $70.000
A raíz de las políticas económicas del chavismo, Venezuela empezó a verse en el reflejo de Cuba como una puerta hacia el pasado, con un parque automotor que promedia una antigüedad de 22 años y una industria prácticamente paralizada. A la crisis del país se sumó la escasez de repuestos, la salida de empresas internacionales fabricantes de vehículos y la falta de crédito bancario, por lo que todo ello, afectó la posibilidad de que los venezolanos renovaran sus automóviles.
Ahora en este mercado se observa un dinamismo apuntalado por las importaciones de unidades nuevas y usadas, y hasta de carros eléctricos, con la posibilidad de acceder a financiamiento por parte de los concesionarios y empresas automotrices, sin embargo, solo un pequeño grupo de venezolanos puede acceder a esta opción.
Cifras de la Cámara de Fabricantes Venezolanos de Productos Automotores (Favenpa) señalan que la mayoría de los vehículos en circulación datan de hace, al menos, una década de antigüedad. Esto se debe a que, durante los años de mayor acentuación de la crisis, tanto la producción como la comercialización cayeron a sus mínimos históricos.
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Para 2007, la industria automotriz alcanzó récords. Se ensamblaron alrededor de 170.000 unidades. Desde este período se evidenció un retroceso progresivo y para 2016 —año previo al inicio de la hiperinflación y la profundización de la crisis económica y humanitaria del país—, se fabricaron solo 2.849 vehículos.
Las sanciones y la pandemia terminaron de colocar los últimos clavos del ataúd. Las cifras más actualizadas proporcionadas por Favenpa muestran que entre enero y noviembre de 2021 solo se ensamblaron ocho unidades, denotando la paralización total de la industria.
Con una menor producción, el mercado automotor se mantuvo a través de las importaciones, aunque estas también cayeron sustancialmente. La dependencia de las mercancías importadas, tanto vehículos como autopartes, hizo que se disparasen los precios. Mientras tanto, la capacidad adquisitiva del venezolano se reducía y la inflación galopaba, por lo que cada vez era más difícil adquirir vehículos.
En 2007 la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez) reportó el mayor flujo de ventas en la historia del país, con 491.899 unidades vendidas en esos 12 meses. Para 2012, todavía se mantenían números positivos, con 122.360 vehículos nuevos comercializados.
Al año siguiente, entre enero y noviembre de 2013, se notó una brutal contracción del 84,9% para totalizar 18.433 unidades vendidas en ese período de tiempo. Desde este momento, los números no hicieron más que bajar. La última cifra compartida por Cavenez indica que para 2019 se vendieron apenas 1.723 unidades en todo el país. Con la pandemia y las sanciones, es factible suponer que los resultados de 2020 y 2021 fueron aún peores.
La reducción del 99,64% en las ventas de vehículos en una década refleja la caída económica que sufrió el país en un período similar de tiempo, pues entre 2013 y 2020 se estima —a falta de datos del Banco Central de Venezuela— una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) de alrededor del 80%. En estas condiciones, comprar un vehículo era casi imposible.
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No obstante, la situación empieza a cambiar a raíz del panorama económico de los últimos dos años, con políticas menos restrictivas y un mayor espacio para el libre mercado. En este período han reaparecido carros nuevos en concesionarios de distintas marcas e incluso opciones de financiamiento.
Este es el caso en concesionarios de algunas compañías como MMC Automotriz, que cuenta con la licencia para comercializar vehículos de Hyundai y Mitsubishi; o Changan Auto Venezuela, encargada de vender vehículos de Changan Motors.
Aunque pueda ser visto con buenos ojos que las puertas del financiamiento se abran para la población venezolana, la realidad es que esta no es una opción al alcance de todos. El precio de los vehículos y las condiciones de los planes de financiamiento representan un obstáculo imposible de superar para la mayoría de la población.
¿Cómo acceder a un financiamiento?
Durante los últimos cinco años, los venezolanos han estado alejados del concepto de financiamiento. Incluso previo a este período, las condiciones variaron progresivamente, afectadas por las distorsiones de la economía nacional.
Antes de que iniciara la contracción del PIB, era común acceder al crédito bancario y a planes de financiamiento a plazos de cinco años, con tasas de interés de un dígito. No en vano, anualmente se compraban más de 100.000 vehículos de concesionario.
En este proceso de reactivación del crédito, las condiciones no son ni remotamente similares. Debido al riesgo que implica para las empresas privadas ofrecer planes de financiamiento, la estructura de pago es muy distinta. Claro está, varía según la compañía.
Hyundai Venezuela, a través de MMC Automotriz, fue la primera empresa en anunciar planes de financiamiento para sus vehículos nuevos. A mediados de junio inundaron las redes sociales con publicidad sobre esta nueva alternativa para comprar carros. Sus publicaciones destacaban la frase «adquiérelo desde $1.150», sin especificar realmente detalles.
Al solicitar más información, Hyundai Venezuela envía por correo los términos y condiciones de sus financiamientos, que posiblemente alejan a la mayoría. Entre los detalles específicos, destacan:
- La empresa financiará como máximo el 50% del precio base del vehículo, sin tomar en cuenta impuestos y otros gastos. Es decir, el solicitante debe pagar una inicial del precio final del automóvil.
- El plazo máximo del financiamiento es de 12 meses. El 50% restante a pagar debe dividirse en 12 giros.
- Tasa de interés anual del 12% y una comisión fija de 4%. Por lo tanto, un 16% añadido al monto financiado, aunque el interés disminuye con cada cuota cancelada.
- La contratación de una póliza de seguro obligatoria, que se gestiona a través del concesionario, pero representa un monto aparte.
- Todos los costos administrativos (registro en notaría, impuestos adicionales, entre otros) corren por cuenta del solicitante.
El vehículo más económico ofertado por la compañía es el modelo Grand i10 2022 sincrónico. Este tiene un precio base de $21.880, que asciende a $26.965 al sumar los impuestos y costos adicionales, pero sin incluir la póliza de seguro ni otros posibles gastos adicionales.
Al aplicar la estructura de financiamiento con este modelo, la empresa financiaría entonces el 50% del precio base del vehículo, un total de $10.940. Para el comprador, la inicial a pagar sería entonces de $16.025.
En los 12 meses del plazo, el cliente cancelaría esos $10.940, a los que deben sumarse $1.312 por el 12% de interés anual y $437 por el 4% de comisión flat. Esto genera una deuda inicial de $12.689, por lo que la primera cuota a pagar sería de aproximadamente $1.057.
Al revisar el plan de financiamiento de Changan Auto Venezuela, se aprecia una opción más plausible, pero igual alejada del alcance de la mayoría de la población. Sus condiciones establecen:
- La empresa puede llegar a financiar un máximo del 70% del precio base del vehículo, sin incluir impuestos y gastos adicionales.
- El plazo es de 18 meses, pero para algunos clientes que cumplan con ciertas especificaciones, puede llegar a 24 meses.
- Establecen una tasa de interés anual del 16% y una comisión plana de 3%. En total, un 19% adicional del monto financiado, aunque disminuya progresivamente con la cancelación de las cuotas.
- Exigen póliza de seguro de forma obligatoria. La gestiona el concesionario, pero es un costo adicional.
- Incluyen dentro del costo total del vehículo gastos adicionales como los trámites administrativos.
El modelo más económico de Changan es el Alsvin 2022 sincrónico, con un precio total de $23.900. Con financiamiento, en el mejor de los casos puede llegar a generar cuotas de aproximadamente $680 en un plazo de 24 meses.
Recaudos para el financiamiento de vehículos
En cuanto a los documentos que se necesitan para solicitar un financiamiento, pueden variar según la empresa en la que se realice el procedimiento. En líneas generales, solicitan documentos de identidad y papeles que puedan garantizar que el comprador posee los ingresos suficientes como para pagar la deuda. Entre ellos, figuran:
- Copia de la cédula de identidad y el Registro Único de Información Fiscal (RIF).
- Copia legible de la última declaración del Impuesto Sobre la Renta (ISLR).
- Original de los últimos tres estados de cuenta bancarios que demuestren los ingresos del solicitante.
- Balance personal con una vigencia no mayor a seis meses.
- Un documento que demuestre los ingresos que percibe. Constancia de trabajo (asalariados), certificación de ingresos (trabajadores independientes), estados financieros de cierre (negocios o accionistas).
- Fotocopia del acta constitutiva y sus modificaciones recientes (para personas jurídicas o personas naturales accionistas de una empresa).
- Últimos estados financieros de cierre (para personas jurídicas o personas naturales accionistas de una empresa).
¿Quién puede solicitar financiamiento de vehículos?
Las condiciones y los montos están ya especificados por las empresas. La gran duda que queda es quién puede tener acceso a estos planes de financiamiento en un país que afronta una crisis económica y humanitaria desde hace años.
Comparar los salarios promedios del país con los montos necesarios para adquirir un vehículo, incluso mediante un financiamiento, es un ejercicio inútil. Las cuentas no dan ni siquiera ahorrando durante años.
El salario mínimo que reciben los trabajadores de la administración pública es de 171 bolívares mensuales, que equivalen a $21,7 al tipo de cambio de 7,86 bolívares establecido por el BCV hasta el 29 de agosto. Esto representa apenas el 2% de las cuotas que deben pagarse cada mes para adquirir el vehículo más económico de Hyundai. La comparación con la inicial es aún más irrisoria.
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Pero es cierto que el salario mínimo no es un indicador real de la remuneración en el país, pues solo un segmento muy específico de la población adquiere estos ingresos. El Gobierno le ha otorgado el rol de establecer los salarios al mercado y, por lo tanto, a los privados.
De acuerdo con los estudios del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) con colaboración de Anova, el salario promedio del sector privado en Venezuela se ubica en $119,5 mensuales. Esta media está constituida por los $107,4 que perciben los obreros no especializados, los $175,7 de los profesionales o técnicos y los $261,4 que ganan los gerentes. Tomando en cuenta el salario más alto de esta media, el de los cargos gerenciales, la remuneración mensual cubriría apenas el 24,7% de la cuota mensual a cancelar para adquirir el vehículo de Hyundai.
Por si fuera poco, estos bajos ingresos están dedicados, casi en su totalidad, a la cobertura de necesidades básicas. Incluso el promedio salarial más alto es insuficiente para cubrir la Canasta Alimentaria Familiar, que se ubica en $392 según los datos del OVF. Al sumar el pago de servicios, ropa y calzado, vivienda, y recreación, el dinero restante —si queda algo— hace aún más inviable la adquisición de un vehículo.
De acuerdo la explicación del economista y profesor universitario Daniel Cadenas para TalCual, las reglas usuales para otorgar un financiamiento indican que el pago de las cuotas no deben representar más del 30% del ingreso del solicitante, en aras de que se garantice su posibilidad de pagar la deuda.
Para que los $1.057 del vehículo económico de Hyundai representen un 30% del salario de una persona, esta debería tener un ingresos mensuales de al menos $3.500, un monto muy superior a las capacidades adquisitivas de la enorme mayoría del país.
«Ni siquiera esa antigua regla de financiamiento puede aplicar en Venezuela, porque los salarios son muy bajos ¿A quién van destinados estos financiamientos? Básicamente a gente que no lo necesita, entre el 5% y 10% de los privilegiados del país, de gente que tiene altos ingresos», expresó Cadenas.
Un estudio denominado «¿Venezuela se arregló? Tendencias recientes en la distribución del ingreso», elaborado por Anova, determinó que la incidencia del crecimiento de los ingresos per cápita en el país de 2020 a 2021 solo dejó en mejor posición al 10% de la población.
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Es decir, el 10% más adinerado de la población mejoró su posición con respecto al desempeño de la economía, mientras que el 90% restante la empeoró. En otras palabras, los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres.
«Este resultado es consistente con una desmejora en los indicadores globales de desigualdad y sería una indicación concluyente de que el reciente período de recuperación de ingresos está teniendo importantes efectos regresivos», concluyó el estudio.
El público objetivo de los concesionarios que ofrecen estos vehículos es el 10% de la población que resalta el estudio de Anova, la porción de la población más pudiente. Por lo tanto, las estructuras de financiamiento están lejos de garantizar que más personas tengan acceso a los automóviles.
«Si el ingreso de los venezolanos no mejora sustancialmente, los que van a tomar esos financiamientos son los que están en la burbuja, gente que no los necesita. Si no se arreglan otras múltiples variables, como el ingreso de los venezolanos y un crecimiento inclusivo de la economía, no veo a la gente beneficiándose de esos financiamientos. Más bien van a perpetuar la desigualdad», resaltó Cadenas.
La posibilidad de acceder a un financiamiento de este tipo podría ser más factible con plazos más largos. No obstante, las condiciones económicas del país lo impiden, puesto que la incertidumbre sobre las políticas económicas que toma el Gobierno y el crecimiento económico implican un riesgo alto.
El economista e investigador de Cedice Libertad Oscar Torrealba, recalcó en declaraciones a TalCual que las pocas iniciativas de financiamiento y crédito que empiezan a aparecer, trabajan a corto plazo.
«Ciertas bolsas están haciendo préstamos de entre 30 y 90 días. A mayor tiempo, mayor riesgo. Como Venezuela es un país de alto nivel de riesgo, se trabaja con financiamientos de corto plazo», sostuvo.
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Un primer paso
Pese a los prejuicios que puedan existir de cara a una estrategia empresarial que apunte a satisfacer las necesidades de tan solo el 10% más adinerado de la población, para algunos se trata de una apertura a las alternativas de financiamiento, que a largo plazo podría ampliarse hasta beneficiar a otros segmentos de la población.
El gerente general de Changan Auto Venezuela, Elvio Catanho, explicó a TalCual que la compañía espera que existan las condiciones suficientes para masificar los financiamientos y ser cada vez más competitivos. Sin embargo, el entorno actual impide esta posibilidad.
Argumentó que, con un mercado limitado, la importación de los vehículos se hace a través de contenedores y no de flotas enteras a bordo de los barcos, por lo que incrementan los costos de importación y esto impacta en los precios. Además, el Gobierno no establece acuerdos de libre comercio para disminuir las tasas arancelarias y con ello los precios de venta.
«Ojalá pudiéramos ofrecer los carros un poco más económicos, pero Venezuela no tiene convenios de libre comercio como los que tienen otros países de la región. Acá no tenemos volúmenes tan grandes de vehículos para que puedan venir en barcos. Llegan dentro de contenedores. Hay costos de transporte bien representativos que están reflejados en el precio», subrayó.
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La compañía anunció sus planes de financiamiento hace tan solo un par de semanas y ya recibió mucha atención e interés por parte de la población. Catanho comentó que mucha gente se ha acercado al concesionario a preguntar por precios y requisitos. Sin embargo, muchos manifiestan que esperaban precios más accesibles.
A futuro, el panorama con los financiamientos podría mejorar. Algunas condiciones tienen que cumplirse para que esto ocurra, como mejorar las condiciones económicas e institucionales del país. Con mayor seguridad jurídica hay una mayor confianza y un ambiente más propicio para las inversiones y el crédito.
«Si tienes buenas condiciones, se incentivan áreas en la economía más propensas al mediano y al largo plazo. Esta respuesta va en función de las garantías que tienen las instituciones que quieren ofrecer servicios financieros de que el país puede ser estable al mediano plazo. Esto incluye estabilidad del tipo de cambio, inflación y derechos de propiedad privada», indicó Torrealba.
Aunque la reactivación del financiamiento, en estas primeras etapas, sea excluyente, da indicios de que el comercio de automóviles va en alza y que la importación de vehículos aumenta ante una industria nacional que sigue paralizada. Esta tímida renovación del parque automotor da pie también a una transición que el mundo entero está afrontando, pues empiezan a llegar al país vehículos eléctricos.
El Hyundai Kona y el Changan Benni, incluidos en los planes de financiamiento de ambas empresas, se suman a los modelos Nissan Leaf, Fiat 500, Corolla Hybrid y Xpeng para incrementar la flota de vehículos eléctricos en el país. Claro está, por los momentos, también solo disponibles para la «Venezuela Premium».
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