Teo Zurita Premio Armando Scannone 2024, por Miro Popić

Años antes de que se fundara Caracas, ya existía Mérida. Muchos años antes de que en Caracas se hicieran panes, ya se sembraba trigo en Mérida. Muchas cosas más que hoy son comunes, comenzaron en Mérida antes que en cualquier otro lugar de Venezuela. Los primeros dulces criollos, por ejemplo, nacieron en el primer convento del país. ¿Dónde? No en Caracas, sino en Mérida. Así es que, eso de que Caracas es Caracas y lo demás monte y culebra, no tiene cabida en nuestro diccionario. Es algo que, felizmente, hemos extirpado de nuestro imaginario.
Lo paradójico del premio que hoy nos convoca, que honra a uno de nuestros fundadores insignes, Armando Scannone, autor de Mi Cocina a la manera de Caracas, está en que se le otorga a alguien que nada tiene que ver con la capital. Un cocinero que viene de la provincia profunda y que sin proponérselo ni buscarlo, ha hecho por la cocina venezolana más que cientos de hacedores de pizza, sushi y hamburguesas que se multiplican como hongos en cualquier esquina.
Hablar de cocina merideña es hablar de La Capellanía. Mencionar La Capellanía es mencionar un nombre: Teo Zurita. Ambos son sinónimos. Y en ese nombre incluyo a toda su familia.
Entre Tovar y Bailadores surgió hace años un proyecto de agroturismo fundado por los padres de Teo Zurita nombrado La Capellanía donde uno, como turista o como merideño, podía encontrar todo lo posible, desde las infaltables fresas cogidas a mano por uno mismo, hasta animales exóticos entre flores y vegetación exuberante.
Fue allí, en ese entorno idílico, encantador, placentero, donde Teo comenzó a relacionarse con el paisaje que hoy marca su cocina. Allí aprendió que todo lo que viene de la tierra merece respeto como si fuera humano, porque lo es, ya que es lo que comemos lo que nos hace ser lo que somos. De tanto mirar esas montañas y valles ese paisaje se le metió entre sus venas hasta los tuétanos y es el que marca lo que cocina, lo que piensa, lo que añora y lo que ofrece. Un aprendizaje donde la tradición es uno de los principales ingredientes, unido al conocimiento que todos los días va sumando a medida que se superan las dificultades y la vida se hace más amable.
Cuando Teo decidió abrir camino por cuenta propia en la ciudad de Mérida, lo hizo pensando siempre en la alimentación y en un nombre: La Capellanía, no podía ser otro. La idea original era promover el producto local para darle visibilidad a la parte comestible de los Andes, con nobleza y con contenido social. A eso le fue sumando el concepto de hospitalidad, la investigación y la formación, hasta constituirse en baluarte de la cocina andina venezolana de hoy.
Es mucho lo que Teo Zurita ha hecho por la cocina regional merideña y por la cocina venezolana estos últimos 20 años. Sería imposible resumirlo todo en estas breves palabras para sustentar las razones que lo hicieron merecedor del premio Armando Scannone 2024.
La preocupación por las especias nativas andinas comestibles ha ocupado su actividad académica que, en lo personal, toma forma en el proyecto Cocina Andina Experimental.
En el 2009, junto con otros cocineros y emprendedores de la región, creó la fundación Andes Gastronómicos desarrollando actividades en pro de los productos y productores andinos.
Con el patrocinio de la Cámara de Comercio de Mérida, ha sido impulsor de «Las 3 Méridas del mundo», evento internacional que une a las ciudades hermanas de Europa y América. En su nombre ha viajado por el mundo promoviendo la gastronomía y las tradiciones andinas venezolanas, con degustaciones, charlas, talleres, intercambios, conferencias, cenas, etcétera.
Desde el aula, Teo ha participado en la formación de jóvenes en el famoso Hotel Escuela de Mérida y en actividades de la Universidad de los Andes, especialmente en Gestión Gastronómica de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales Faces.
La mejor manera de conocer su talento es sentarse a la mesa de El Café de la Capellanía, en el corazón de Mérida, que cumple ya más de 21 años. Allí convergen tradición y modernidad, artesanía y vanguardia, donde lo local se hace global y lo andino ensancha fronteras a partir de la tierra y el trabajo honesto de su gente.
La cocina es hija de la geografía y Venezuela es rica en escenarios únicos que desde sus particularidades enriquecen ese gran mapa que da forma a la cocina venezolana.
Teo Zurita contribuye con su talento a la consolidación de los sabores que le vienen por herencia y presencia y estoy seguro de que Armando estaría feliz y orgulloso por este premio que hoy la Academia le concede bajo el manto protector de su cocina a la manera de Venezuela.
N. del A.: Teo Zurita fue reconocido con el Premio Armando Scannone por la Academia Venezolana de Gastronomía. Me correspondió entregárselo y estas fueron mis palabras.
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Miro Popić es periodista, cocinólogo. Escritor de vinos y gastronomía.
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