Tibisay tiene razón, por Sebastián Boccanegra
Lucena estaba brava el día que anunció la fecha de las parlamentarias. Puso mala cara y todo. Dijo que había una brutal campaña de descrédito contra la institución que preside, la cual tenía como objetivo atentar contra la democracia venezolana. Dio la fecha y se fue. No aceptó preguntas, algo que los periodistas ya sabían, pues estaban advertidos de ello. En nuestra opinión, Tibisay tiene razón.
Hay una campaña de descrédito contra el ente electoral y se nutre de los siguientes elementos.
Uno de ellos es aceptar unos cambios en las bases poblacionales de algunos circuitos para favorecer al partido de gobierno y que así puedan ganar unos diputados adicionales, al inflar los votantes en zonas chavistas. Otro de los hechos que nutre la campaña que soporta el cuarteto rojo, fue lo de las firmas recogidas contra Obama. Así el hombre que calculaba tuviera la visión de Superman, no podría haber validado más de once millones de firmas a la velocidad que lo hizo el CNE. Un tercer factor que contribuye a la campaña que denuncia Tibi fue lo de la elección directa del Parlatino. Muy solícitas, las cuatro rectoras acataron la petición -¿orden? que el capitán más importante del país les hizo. Lo hicieron con la velocidad con la que revisaron firmas pero que no les caracterizó para anunciar la fecha de las elecciones para la Asamblea Nacional. Esa tardanza con la fecha también contribuyó con la mala imagen del CNE. Como vemos, Tibisay tiene razón, hay una campaña contra la credibilidad del ente comicial y quien la dirige es la propia Lucena, con sus tres colegas haciéndole coro. Si actuaran con independencia, con equilibrio, esa campaña no tendría éxito. Pero hacen todo lo contrario. Ahí está el detalle. Ellas abonan su pérdida de credibilidad.
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