¿Y los peces gordos de Pescalba?
Varios peces gordos caerían en sus redes, no atunes ni jureles, sino de los vivos muy vivos que se la arreglaron para venderle al gobierno de Hugo Chávez, por unos 75 millones de dólares
La Comisión de Contraloría de la AN debería sumergirse en las turbias aguas de la empresa Pescalba, con la seguridad que varios peces gordos caerían en sus redes, no atunes ni jureles, sino de los vivos muy vivos que se la arreglaron para venderle al gobierno de Hugo Chávez, por unos 75 millones de dólares, el buque atunero «Simón Bolívar», con el cual según el fanfarrón estilo de comandante eterno íbamos a pescar en el Pacífico, el Atlántico y más allá. Su tripulación era cubano-venezolana.
Claro, todo el mundo pensó que aquello era una cosa grandiosa para merecer el nombre del Padre Libertador, pero ya estaba convertido en chatarra cuando de uniforme militar y boina el caudillo lo recibió en 2010 con bombos y platillos. Fabricado en Alemania Oriental, sus motores y otras instalaciones colapsaron en su primer viaje a Panamá sin haber pescado un coro-coro. Quedó abandonado en Perú y ahora es un monumento a la herrumbre en los diques de Dianca en Puerto Cabello.
Hombre, camaradas, por lo menos bórrenle el nombre del Libertador.
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