Así que a innovar…, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidParedes861
Ante un panorama empresarial volátil, incierto, complejo y ambiguo como el que se ha estado viviendo desde que estalló la pandemia, innovar dejó de ser una opción para convertirse en una condición sine qua non para la supervivencia de los negocios. Es algo innegable para las compañías actuales que se proyectan hacia el futuro.
Las empresas no pueden quedarse dentro de sus cuatro paredes y depender solamente de su conocimiento interno y mejores prácticas como solía ocurrir. Ahora les toca ser cada vez más innovadoras para hacer frente a esos nuevos desafíos que se están presentando.
Esto les permitirá a las compañías no solo ser más competitivas y generar mayores proyectos de alto impacto, sino buscar conocimientos fuera de la propia organización y traducirlos a sus necesidades para poder, precisamente, destacar.
Es más, mediante la innovación incluso es posible actualizar o modificar modelos de negocios y adaptarlos para obtener mejores productos y servicios que, a fin de cuentas, es una de las prioridades, sino la principal, de los consumidores.
Aunque centrado en México y Centroamérica, el estudio divulgado en abril de este año por la firma KPMG México ofrece datos bastante reveladores sobre la importancia que en esos países se les está dando a la innovación y que no deberían pasarse por alto. Por ejemplo, para ocho de cada diez empresas -83% México y 78% Centroamérica- centrarse en la innovación es más relevante tras la disrupción generada por el covid-19.
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Además, de acuerdo con la mayoría de compañías -68% México y 52% Centroamérica- los productos o servicios que ofrecen cambiarán significativamente durante los próximos tres años, impulsados por las alteraciones que ha sufrido el mercado, las nuevas necesidades del consumidor y el impacto de la pandemia en diferentes rubros.
Y a ese hallazgo se suma que para cinco de cada diez empresas (54% México y 49% Centroamérica) el financiamiento de nuevos proyectos es uno de los incentivos más eficaces para promover la innovación.
Ahora bien, si bien las personas y las empresas siempre han innovado, el gran problema radica en la capacidad de gestionar la innovación, fomentar una cultura creativa e instalar los soportes y herramientas necesarias que permitan que una que una idea innovadora no sea un hecho aislado, sino una práctica concreta y sistemática.
Como se puede ver no se trata de un proceso fácil, pero tampoco es imposible. La innovación es un juego en equipo y requiere de una participación tanto del personal como de los clientes, de alianzas estratégicas y el acceso a talento con conocimiento de las tecnologías, que son un aspecto clave, para poder generar nuevas ideas, nuevo proyectos y nuevos productos y/o modelos de negocio de manera eficiente y eficaz.
En otras palabras, la innovación sin experimentación, colaboración y perseverancia en la ejecución no dará los resultados esperados. Así que a innovar…
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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