Cuando los objetivos hacen la diferencia, por David Somoza Mosquera
Todas las compañías, independientemente de su tamaño, se trazan objetivos que desean alcanzar, bien sea a corto, mediano o largo plazo, pues estos desempeñan un papel importante en el desarrollo de las políticas empresariales. Los objetivos ayudan a las organizaciones a cumplir sus metas estratégicas generales.
Así que los objetivos empresariales y las estrategias son claves dentro una empresa y, además, están estrechamente vinculados. La razón es que si los objetivos están bien definidos se pueden formular estrategias eficaces y alineadas con dichas metas.
Todo ello contribuye al crecimiento del negocio, para lo cual es también fundamental tomar en cuenta interrogantes como estas: ¿Cuál es el rumbo a seguir?, ¿Hasta dónde llegar?, ¿Qué alcanzar?
Esas preguntas contribuyen a definir con mayor claridad los objetivos, que es lo que permite crear un plan de acción efectivo. ¿Por qué? La respuesta es que otorga dirección y foco a la empresa; ofrece directrices encaminadas a mejorar su actividad y rendimiento; permite medir la eficacia, productividad o rentabilidad con mayor precisión; y coordinar y organizar de un modo más efectivo.
De manera que los objetivos empresariales, que son los resultados que un negocio quiere lograr, destinando esfuerzos y recursos, en un período de tiempo determinado, contribuyen a que a las organizaciones crezcan, evolucionen.
Pero, para ello, se debe partir de dos aspectos: la misión (el propósito) y la visión (lo que se quiere alcanzar en un futuro) de la empresa, que engloban las directrices a seguir.
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Lo anterior implica que es necesario que las estrategias contemplen involucrar al personal, porque es importante que conozca los objetivos empresariales, se comprometa con ellos y participe activamente para alcanzarlos.
Los objetivos organizacionales deben ser realistas, alcanzables y comprensibles para todo el equipo. Por eso que es vital contar con un sistema transparente, porque cuando los empleados tienen claridad sobre lo que tienen que hacer, estarán más motivados y comprometidos.
Esto significa que es recomendable que las empresas apoyen a su recurso humano en el cumplimiento de sus objetivos individuales, enseñándoles buenas prácticas para definir y trabajar en sus metas de forma más organizada.
Ciertamente, las empresas exitosas son reconocidas por tener modelos de negocio innovadores, aplicar estrategias eficaces y contar con un talento humano que las respalden. Pero lo que también las diferencian de otras es que son capaces de alcanzar eficientemente los objetivos que se establecen para garantizar el progreso colectivo.
David Somoza Mosquera es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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