El lujo de vacacionar en Venezuela hay que pagarlo en dólares
La crisis de conectividad aérea, terrestre y marítima se suma al colapso de los servicios públicos, una receta que arruina las expectativas de estas vacaciones escolares
Con el inicio de la temporada vacacional, los venezolanos empiezan a planificar dónde disfrutarán sus días de descanso. Pero el entusiasmo se topa con la dura realidad de una economía hiperinflacionaria que obliga a vaciar las arcas familiares incluso para asomarse a la playa más cercana en un viaje ida y vuelta, pues visitar los destinos más lejanos resulta imposible para el ciudadano promedio.
En dólares se pagan los paquetes turísticos para lugares como la isla de Margarita o los parques nacionales Los Roques y Canaima. En caso de viajar a uno de estos destinos con toda la familia, pueden gastarse cifras cercanas a los 2.000 dólares.
Las trabas que frenan el acceso aéreo, marítimo y terrestre sumadas a las regulaciones a las que son sometidos los prestadores de servicio, han ocasionado la desaparición del turismo en bolívares.
El director de la empresa especializada en viajes L’alianXa Travel Network, Julio Arnaldes, explica que la falta de oferta de servicios de viaje, alojamiento y arrendamiento en el ámbito local, ha hecho que los viajeros deban acudir a portales internacionales que puedan responder a esas necesidades. “Esta situación perjudica de gran manera, porque pocos tienen acceso a una tarjeta de crédito internacional para pagar estos servicios”, agregó.
Turismo para los más pudientes
Los vuelos locales se han vuelto casi tan inaccesibles como los internacionales para el común de los venezolanos, y muestra de ello es que un boleto de Caracas – Porlamar, que oficialmente cuesta unos seis millones de bolívares pero con una disponibilidad mínima, puede conseguirse fácilmente por la bicoca de en 150 dólares.
El presidente del Consejo Superior de Turismo de Venezuela (Conseturismo), Jesús Irausquín, asegura que aún no se observa una dolarización del sector, ya que la actividad se rige legalmente por los bolívares. Sin embargo, reconoce que, en este contexto, la actividad se mantiene principalmente para los más pudientes.
“Hay un grupo reducido al que no le afecta la situación porque tiene dinero suficiente para pagar los viajes y servicios en dólares”, indicó.
Afirma además que se ha registrado un repunte del “turismo costoso”, con unos niveles de hasta 80% de ocupación en hoteles cinco estrellas.
Irausquín agrega que aun cuando el sector no está dolarizado todos los precios están reflejados según el dólar, por lo que para los prestadores de servicio es insostenible mantener la operatividad con tarifas bajas.
Por ello las empresas han tenido que reinventarse y buscar alternativas para incentivar un turismo más económico, a través de tácticas como minimizar costos y ofrecer servicios con otros valores agregados. “Hay posibilidades para todos, no solo para los más ricos”, justifica.
Arnaldes habla de un cambio de hábitos en los turistas, que ahora acuden a lugares más cercanos en lugar de hacer viajes largos. “Cuando el 86% de los ingresos de las familias van destinados a la alimentación, hay que racionar mucho los gastos”, recalca.
Por estos motivos se ha evidenciado una reducción del 50% en la cantidad de días de vacaciones, variedad de destinos, consumo, distancias, número de personas y calidad de servicio.
Negocio cuesta arriba
Los mayoristas y agentes de viajes se han visto perjudicados con esta situación, ya que la venta de paquetes turísticos cayó en un 85%.
Odelys García, empleada de la agencia de turismo Urbaez Tour, argumenta que conseguir paquetes para los clientes tiene una dinámica completamente distinta. La disminución de la frecuencia de vuelos ha tenido un impacto directo en la disponibilidad de asientos, por lo que ahora es necesario pedir boletos con meses de antelación.
Debido a la inflación, las tarifas ya no son un medidor estable. Hasta el año pasado, los hoteles compartían semanal o quincenalmente reportes con sus precios y servicios. Ahora, como los presupuestos varían con tanta frecuencia, los agentes se ven en la obligación de realizar llamadas a cada recinto para obtener la información. Estos factores hacen que sea más complicado ofrecer un servicio de calidad.
Según las estadísticas que manejan los mayoristas, en los últimos años la venta de boletos nacionales se ha reducido de 2.500.000 a 596.000, una caída del 76,16%
“Los pocos boletos que hay se venden de forma inmediata. Los mayoristas ahora ofrecen paquetes con estadías más cortas”, acota Arnaldes.
García admitió que en lo que va de año no ha logrado vender ni siquiera un boleto aéreo. Opta por recomendar a sus clientes que se dirijan directamente a las oficinas de las aerolíneas a solicitar asientos.
Sin luz ni agua
Las expectativas de cara a la temporada de vacaciones escolares, una de las más importantes del año, no son alentadoras. La crisis económica que recae directamente en el bolsillo de todos los ciudadanos, es un atenuante que pone en riesgo la posibilidad de vacacionar.
Las cámaras regionales esperan que los temporadistas visiten playas cercanas, pero prevén una caída en cuanto a viajes aéreos, ocupación hotelera y consumo.
Desde Conseturismo se estima, con optimismo, que la ocupación hotelera en los principales destinos turísticos llegue a un 60%, a pesar de que esperan que los hoteles cinco estrellas se mantengan en el orden del 80%.
Sin embargo, una preocupación que no guarda relación con la capacidad adquisitiva de los turistas, surge. La destrucción de la red de servicios públicos del país hace que no se den las condiciones para visitar ciertas regiones.
“Los turistas no van a hacer esa gran inversión de dinero para ir a pasar trabajo sin luz ni agua en un hotel”, advirtió Irausquín.
En Mérida, ciudad cuya principal actividad económica es el turismo, hay sectores donde no hay señal de ningún tipo. A los constantes cortes del servicio eléctrico y del agua, se le suman fallas importantes en la red de telecomunicaciones.
El presidente de Conseturismo Mérida, Marcos Delgado, denuncia que en el poblado de Timotes, uno de los más visitados por los turistas, no se puede hacer ni una llamada de Cantv porque se robaron los cables de fibra óptica, y los microondas fueron desmantelados.
Con semanas enteras sin agua, cortes de electricidad que superan las 10 horas continuas y la total ausencia de accesibilidad aérea, la región andina ha perdido peso como destino turístico. “Hace unas semanas hubo una nevada espectacular que debieron disfrutar todos los venezolanos. Sin embargo, no hay manera de visitarnos y mejorar nuestra economía”, lamenta Delgado.
El Gobierno no levanta vuelo
A pesar de los problemas que padece el turismo venezolano, el Gobierno tiene en sus manos la posibilidad de aliviar el sector y convertirlo en un método para captar divisas.
La regulación de las tarifas afecta ha desatado la crisis de conectividad aérea, marítima y terrestre. Sin movilidad, no hay turismo. Por eso las empresas y las cámaras que hacen vida en este sector solicitan que sea liberado el dólar, para que los precios se manejen según lo que dicte el mercado.
Una modificación del Convenio Cambiario N° 36, publicada en la Gaceta Oficial N° 41.040 de noviembre de 2016, legalizó la recepción de dólares en las actividades turísticas. El artículo 1 de esta publicación reza que “los prestadores de servicios turísticos de alojamiento recibirán el pago de los servicios de alojamiento y otros servicios complementarios que presten dentro de sus instalaciones a visitantes y turistas internacionales, únicamente en divisas”.
Pese a que parece una apertura a la moneda dura, la tasa en la que deben pagar los turistas es la establecida por el Dicom, muy por debajo del dólar no oficial en la que se transan la mayor parte de las operaciones en el país.
“Es necesario sincerar el dólar. En la medida en que exista el Dicom, no habrá beneficio en la actividad turística”, recalca Irausquín
Además, adelanta que Conseturismo y las cámaras regionales sostendrán una reunión con el Gobierno para evaluar mecanismos que permitan recuperar el turismo venezolano. “Ha habido un acercamiento importante con el Gobierno. Reconocemos que las condiciones están dadas para reunirnos y en la medida de lo posible, buscaremos potenciar el sector privado”, precisa el vocero.
Resta por descubrir si el Gobierno, que ha sido responsable de la destrucción de una de los sectores más importantes para la economía venezolana, tendrá las herramientas y la disposición para reparar los errores cometidos. Entre tanto, la temporada esperará a los pocos afortunados que tengan los suficientes dólares para disfrutar unas vacaciones a la vieja usanza.