El potazo que rescató a Teodoro, a Laureano y a TalCual
Este 31 de octubre se conmemora un año más de la muerte de Teodoro Petkoff, para honrar su memoria quisimos recordar aquella emblemática vez que pidió apoyo a los lectores de TalCual, para rechazar la censura y defender la libertad de expresión
Teodoro (1932-2018) en su oficina, con los pies sobre el escritorio –postura con la que cerraba todas las jornadas en TalCual–, se reía a carcajadas el día que Laureano Márquez comenzó a pensar y detallar los pros y contras y cómo serían sus días si la sentencia judicial era que terminaran presos y recluidos en la misma celda. En ese momento «La tumba» era una expresión que en Venezuela solo hacía alusión a los cementerios y las decisiones de la justicia «roja, rojita» daban espacio a unas risas.
«Yo decía que para mí era terrorífico caer preso con Teodoro. Me lo imaginaba a él abriendo túneles y yo claustrofóbico», recuerda Laureano, horas antes de presentar en Santiago de Chile su más reciente unipersonal: El miedo.
Comenzaba el 2007 y el diario vespertino fundado en abril del año 2000 por Teodoro Petkoff, atravesaba su cuarto proceso en tribunales. Hasta 2022 acumula 13 demandas. En esa oportunidad era por un editorial publicado el 25 de noviembre de 2005, firmado por Laureano Márquez, humorista y autor del espacio Humor en Serio. El texto tenía por título Querida Rosinés y estaba dirigido a la hija menor de Hugo Chávez, a quién el difunto mandatario sacaba a relucir en muchas de sus alocuciones dominicales. Chávez atribuyó a la niña la idea de modificar el escudo nacional. Desde 2006, el caballo blanco en el símbolo patrio corre hacia la izquierda, en lugar de a la derecha.
Entonces el país aún pasaba la resaca de unas elecciones presidenciales que le dieron seis años más a la revolución bolivariana. Tras la victoria, su líder anunciaba la no renovación de la concesión a RCTV –el tercer canal de televisión más antiguo del país y de mayor cobertura nacional–; Telesur comenzaba sus trasmisiones; la nacionalización de la principal empresa de telefonía del país: Cantv, también la del Banco de Venezuela –ambos importantes anunciantes en medios impresos–; la creación de Corpoelec y del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y solicitaba una tercera Ley Habilitante con más alcances.
Con todas esas decisiones gravitando se dio el juicio en Barquisimeto, Lara. Semanas más tarde, la sentencia: una multa desproporcionada (105 millones de bolívares), impagable para los imputados y que podía significar el cierre del medio. El inicio de la minimización de los medios independientes.
*Lea: Una historia de TalCual con Teodoro como periodista y empresario, por Juan C. Zapata
No era la primera vez que el humor incomodaba a Chávez –tampoco fue la última–, ya había un precedente con una caricatura de Pedro León Zapata, publicada en El Nacional en el año 2000, pero sí era un hecho inédito para la prensa nacional el procedimiento judicial y la sentencia por un artículo humorístico. También lo fue la respuesta del medio: recurrir a la solidaridad y movilización de sus lectores –acción de la que se sirvió el oriundo de Sabaneta para saldar cuentas con el Consejo Nacional Electoral, en 1998.
Apelaremos, desde luego, pero también vamos a abrir desde mañana una colecta pública para que los lectores y amigos de TalCual y de Laureano Márquez nos ayuden a salvar este medio. Que sea el pueblo quien dé al Emperador la respuesta que merecen su prepotencia y su abuso, indicaba Teodoro en el editorial del 13 de febrero de 2007.
Para ese momento, el tiraje de TalCual no superaba los 20 mil ejemplares y no llegaba a todo el país, también su postura ante los sucesos del 11 de abril y la toma de la Plaza Altamira por parte de un grupo de militares desertores, le había restado lectores. Aun así, por tres semanas al diario llegaron decenas de mensajes de apoyo, depósitos bancarios y cheques de lectores y no lectores del periódico, personas y asociaciones de vecinos con alcancías y potes llenos de dinero, recaudados en sus condominios y urbanismos. El expresidente Rafael Caldera, quien fue interpretado por Laureano en muchos sketchs de la Radio Rochela, también dio su aporte para el diario que dirigía su exministro de Planificación (Cordiplan).
«Durante esos días, varias veces me pasó que yo iba caminado por la calle y había gente que se me acercaba y daba dinero en efectivo. Me decían: toma pa’ lo de la multa. Tuve que dividir mi cartera, abrir compartimientos para separar los billetes que me daban y separarlos de los míos, para luego llevar ese dinero al periódico», recuerda Laureano, quien desde este episodio comenzó a ser escrutado por el chavismo y vilipendiado en programas de la televisora estatal Venezolana de Televisión (VTV). Vive actualmente en España.
Apreciado Teodoro: Acabo de leer tu editorial de hoy en TalCual y te ruego que me anotes en la colecta con una contribución personal de un millón de bolívares. Tan pronto se publique el número de cuenta, haré efectiva esa contribución. A veces (las menos) no he estado de acuerdo con opiniones de tus editoriales. Pero no tengo dudas de que unas y otras han estado siempre animadas por un gran compromiso social y político…, fue uno de los primeros mensajes en llegar a la redacción, luego de anunciar al país la multa, el 14 de febrero de 2007.
El caso se conoció ampliamente dentro y fuera de las fronteras de Venezuela, medios internacionales, asociaciones nacionales e internacionales de prensa, periodistas e intelectuales se hicieron eco de lo que estaba pasando: su repercusión irritó al primer mandatario, quien en una rueda de prensa fustigó al reportero del diario brasilero O Globo, Pablo López Guelli; al que llamó «cachorro del imperio», luego de que este le preguntara por la demanda y multa a TalCual.
Los imputados
TalCual comenzó a circular el 3 de abril del 2000. El vespertino (diario, más tarde semanario y ahora solo portal web) que salió a la calle «para el combate político y la defensa democrática», fue fundado por Teodoro Petkoff tras ser despedido de la dirección del vespertino El Mundo, en 1999, por presiones del Gobierno a la corporación Cadena Capriles. En esta empresa lo acompañaron Juan Carlos Zapata, Javier Conde, Omar Pineda, Laura Weffer, Gloria Villamizar, Kees Verkaik, Maye Primera y Laureano Márquez, entre otros.
Antes de la incursión de Petkoff en el periodismo, este era conocido como diputado al Congreso de la República de Venezuela y dos veces candidato presidencial (1983 y 1988). Esto, tras su paso por la guerrilla; los hollywodescos escapes: primero del Hospital Militar, luego del Cuartel San Carlos; la publicación del libro Checoeslovaquia, el socialismo como problema –que le trajo la exclusión del Partido Comunista de Venezuela y la satanización del líder soviético Leonid Brézhnev–; la fundación del partido Movimiento Al Socialismo y su posterior separación cuando el MAS, en votación dividida, decidió apoyar la candidatura de Hugo Chávez, el militar líder golpe del 4 de febrero del 92; y también por ser el ministro que llevó adelante el programa económico Agenda Venezuela.
Laureano Márquez también venía de El Mundo, donde publicaba una columna de humor. Ya era ampliamente conocido por su trabajo actoral en la Radio Rochela y en programas radiales de KYS y Kiss FM. Tras obtener la licenciatura en Ciencias Políticas por la Universidad Central de Venezuela (UCV), se dedicó al humorismo y hasta la demanda por el texto publicado en TalCual no había tenido problemas judiciales por su trabajo.
El proceso
La «falta» que habríamos cometido sería la de haber publicado el viernes 25 de noviembre de 2005, en primera plana, el acostumbrado editorial humorístico de Laureano Márquez en el cual, de acuerdo al Consejo del Niño y de la Fiscalía, se habría violado la intimidad, la privacidad, la integridad, etc., de la niña (…) La jueza (…), por acción de la fiscal (…) condenó a Laureano a pagar diez meses y 15 días de su ingreso por servicios prestados y al diario el mismo múltiplo del sueldo más alto de su nómina, señalaba Teodoro en el editorial del 13 de febrero de 2007.
A los pocos días de haberse publicado el editorial de Laureano, en uno de sus programas dominicales Hugo Chávez se quejó porque se habían metido con Rosinés y su nombre aparecía en un periódico junto con un escudo con una «morrocoya» (la famosa mascota de la niña, popularizada durante las peroratas presidenciales). Apenas horas más tarde, en Lara abrían un procedimiento contra Laureano y TalCual.
El texto estaba acompañado por una ilustración en la que el caballo blanco del escudo nacional fue sustituido por un morrocoy viendo hacia la izquierda. «No era solo el artículo, también la ilustración» lo que molestó al primer mandatario; señala Gregorio Salazar, periodista, colaborador de TalCual y exsecretario del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (1993-2010).
«El procedimiento administrativo comenzó a las pocas semanas de aparecer el editorial y lo extendimos bastante, les dimos bastante guerra en sede administrativa, luego fue la apelación en la Cámara Municipal de Iribarren (Barquisimeto) y, por último, en la Fiscalía. Nosotros hicimos un procedimiento digno de un Estado de justicia, que sabíamos que ya no existía en Venezuela, pero no nos íbamos a cruzar de brazos», recuerda Humberto Mendoza D’ Paola, abogado de TalCual.
Los abogados Alberto Arteaga Sánchez, Carlos Ayala Corao, Jesús Alberto Jiménez Peraza y Luis D’ Paola Lozada acompañaron a Mendoza D’ Paola en la defensa. Los semiólogos Manuel Bermúdez y José Antonio Guevara y el comunicador social y consultor en comunicación y medios Antonio Pascuali (†) –quien fue corredactor de la Convención sobre los Derechos del Niño de Unicef– fueron los testigos expertos, encargados de diseccionar el editorial de la querella.
Trasladarse hasta Lara no solo hacía más engorroso el proceso, también un tanto peligroso. “Teodoro manejaba muy mal y él se iba en su carro hasta Barquisimeto”, recuerda entre risas Maye Primera, jefa de redacción de TalCual (2006-2009).
14 nombres propios, que «no aparecen con significación negativa»; 68 sustantivos, 26 de ellos con significación positiva, 39 neutros y 3 negativos (lentitud, desesperanza y conformismo); 18 adjetivos calificativos y solo seis de ellos son negativos (pirata, bravo, golpista, fascista, buena y llevadera), y 68 verbos; conforman el editorial, de acuerdo al análisis de Guevara.
«Antes de comenzar su exposición, al profesor Bermúdez el alguacil de la sala le tomó sus datos. Cuando este le preguntó su profesión, respondió: Semiólogo icónico, pero el funcionario entendió semiólogo y cómico (risas). Manuel le contestó: Cómico no. Icónico. Bueno, mejor anota semiólogo y especialista en iconografía. Siempre recuerdo este episodio del juicio», cuenta Laureano.
La citación al juicio en el Tribunal de Protección del Niño y del Adolescente del estado Lara nunca llegó a manos de Laureano. Eso no impidió que asistiera puntual junto a Teodoro, los abogados y los testigos, el 25 enero de 2007. En el recinto aún permanecían la bandera de siete estrellas y el caballo del escudo cabalgando hacia la derecha con el cuello volteado (que, según Chávez, inquietaba a Rosinés). 11 horas duró la jornada, los imputados debían apagar los celulares y no les estaba permitido hablar con los testigos; pero sí el baño y un refrigerio de jugos y pizzas.
Cada uno de los imputados se encargó de redactar su propia defensa. Teodoro lo hizo desde su condición de padre, director de un periódico y como persona que conocía al primer mandatario; mientras que Laureano se encargó de defender su carta y excusarse con la niña y su madre, si su texto las había ofendido.
En el escrito por el cual se me sanciona, hago alusión no a un hecho privado, sino a un asunto de consecuencias públicas. Es el jefe del Estado el que nos anuncia que va a promover el cambio de un símbolo patrio partiendo de un comentario que le realiza la persona a quien se dirige mi artículo. Dicho de otra manera, es el propio primer mandatario nacional quien la hace partícipe del debate público. Y le asiste, por cierto, todo el derecho de hacerlo y, además, esos momentos le brindan quizá, a sus largas intervenciones, momentos de afecto y gracia que suavizan la dureza del debate que protagoniza. Pero también el resto de los ciudadanos estamos en el mismo derecho de tocar los temas que nuestro Jefe de Estado desarrolla en público e intervenir en ellos, detallaba Laureano en su defensa.
A pesar de los alegatos y de la defensa, les aplicaron la máxima multa. No fueron analizadas ninguna de las pruebas ni los testigos expertos. La defensa evidenció que el Ministerio Público «no había hecho nada para probar la acción que propuso», ni siquiera llegar a presentar testigos que dijeran que habían leído el artículo. También los abogados denunciaron el vicio de poder, «que esto solo se trataba de un acto para complacer al Presidente de la República. Hubo una condena desproporcionada, que el diario no podía pagar y que de no ser por el potazo hubiese significado el cierre del periódico», explica Mendoza D’ Paola.
Humberto Mendoza, Teodoro Petkoff, Laureano Márquez (de izq a der) durante una rueda de prensa celebrada el 15 de febrero de 2007
La redacción de TalCual: del shock a una idea genial
El tribunal condenó a Laureano a pagar diez meses y quince días de su ingreso por servicios prestados –aunque este nunca ha cobrado por colaborar en TalCual– y al diario el mismo múltiplo del sueldo más alto de su nómina. En 22 años de circulación, pocos han sido los años en los que el diario ha podido cubrir con holgura sus costos de operatividad y salarios: el paro petrolero, la nacionalización de las principales empresas del país, el cese de operaciones de trasnacionales, las regulaciones para la compra de papel, la crisis económica y la desaparición de la edición impresa ha ido disminuyendo las entradas.
Al conocerse la cifra de la multa la redacción se paralizó por unos minutos. «Todo el personal quedó impactado, era un balde de agua fría. Era una medida contundente y eso nos asustó. Sabíamos que era para sacarnos de circulación. La pasamos mal, estuvimos nerviosos y bajo shock un tiempo. Esto fue el inicio de una política de agresión hacia los medios independientes», recuerda Omar Pineda, coordinador de la página web de TalCual (2003-2015).
Yo tenía mucha confianza en Teodoro», señala Laureano.
«Teodoro siempre nos mantuvo informados de cómo iba el caso. Yo estaba confiada en que nosotros íbamos a conseguir pagar esa multa, esa no era como la del hombre del mazo» reflexiona Gloria Villamizar, coordinadora de Opinión, en alusión a lo ocurrido en 2015, cuando Diosdado Cabello, el número dos del PSUV, demandó al diario por replicar una nota del periódico español ABC.
«En seguida comenzaron a soltar algunas ideas, hasta que en una reunión informal en la oficina Teodoro dijo: Vamos a pedirle colaboración a la gente. La idea fue como un chispazo», cuenta Javier Conde, gerente general de TalCual (2006-2009). «Una vez que salió esa idea no hubo mayor discusión, no lo dudamos: informábamos a nuestros lectores y les pedíamos ayuda para seguir adelante y movilizamos a la sociedad para protestar contra la censura; tenía ganancias por todos lados».
«Para ese momento el tiraje era como de 20 mil ejemplares diarios y calcularon que un ejemplar alcanzaba a cinco personas», explica Maye Primera. Esos números sirvieron para tener una idea de la cantidad que podían reunir.
Al día siguiente de conocerse la sentencia, Teodoro publicó un editorial: Condenados Laureano y TalCual, en el que informaba al país la sentencia y convocaba a una colecta pública para saldar la multa. Los días siguientes se dedicó a visitar programas de radio y televisión, así como a responder entrevistas de medios nacionales y extranjeros donde explicaba el caso y las razones del potazo. También asistió como panelista a charlas y cineforos en los que se trataba el tema de la libertad de expresión, la prensa y la censura.
La respuesta: una protesta nacional ciudadana
La recaudación de fondos comenzó el 14 de febrero de 2007 y se extendería hasta el 26 de ese mes, aunque hasta el 28 siguieron llegando aportes. El diario habilitó dos números de cuenta de dos bancos nacionales, en ese lapso no faltaron personas que se acercaron hasta la sede del diario, en Altamira, a llevar sus donativos. También lo hicieron asociaciones de vecinos que habían hecho la colecta en sus calles y edificios; como hicieron las de Santa Eduvigis, Santa Marta y Sebucán (agrupadas en AS3). Aprovecharon la movilización y también recogieron firmas en apoyo a RCTV.
La fecha tope para pagar era el 22 de febrero y para el 23, el diario junto con el SNTP, llamaban a una concentración frente a la sede principal del Ministerio Público. Periodistas, humoristas y lectores del diario se apostaron frente al edificio de la Fiscalía. Mientras, comerciantes de la zona se acercaron a llevar su aporte para la colecta. Más de cinco millones de bolívares se recaudaron esa mañana en Parque Carabobo.
«Por donde pasaba Laureano le daban dinero y los comerciantes venían con alcancías, otros con lo que llevaban del día. En un instante llenamos cinco bolsas grandes con el dinero», recuerda Gloria Villamizar.
152.990.900 bolívares recogió, en total, el medio para pagar la sanción, 47.990.900 más de lo requerido. Más de siete millones se fueron en los impuestos que generó cada depósito bancario, fueron 1.628 –uno de estos fue de Laureano, quien puso de sus fondos para cancelar la sanción–; los otros 40 millones fueron donados a la Universidad Católica Andrés Bello para crear la Cátedra TalCual para la Libertad de Expresión, adscrita al Centro de Investigaciones de la Comunicación.
Imágenes de la concentración del 23 de febrero de 2007 en el Ministerio Público
«Fue una protesta muy visible y exitosa. En la historia del periodismo nacional este es un hecho que merece la recordación y un análisis, porque fue muy significativo para el periódico, para los periodistas y para la gente; que les permitió manifestar su rechazo ante lo que estaba pasando con los medios», comenta Gregorio Salazar.
Laureano apunta que la colecta y la manifestación fueron acciones para demostrarle al país que «se podía resistir». Por su parte, Javier Conde indica que TalCual recurrió a esta acción porque «estaba siendo objeto de un abuso y un despropósito del Gobierno».
«Ese fue un momento inspirador. Teo, con su formación política, trajo los mecanismos de la política al periodismo. Era muy inspirador tener a un jefe así, a un periodista así, con ese compromiso. Tal vez por eso es que el periódico sigue vivo», opina Maye Primera.
Después de este episodio de 2007, TalCual ha recibido nueve demandas judiciales más.
En 2010, otro texto de Laureano: Venezuela sin Esteban —que jugaba con el título y esquema de un popular programa de televisión de la época titulado La tierra sin humanos— volvió a ser cuestionado por Hugo Chávez (Esteban) y por su ministra de Comunicaciones para la época, Blanca Eckhout; pero el asunto no pasó a mayores.