Vencer a los «ladrones de tiempo», por David Somoza Mosquera
«El tiempo no nos rinde», «No tengo tiempo», «El tiempo no me alcanza». ¿Cuántas veces no hemos escuchado esas frases o cuántas veces no las hemos dicho nosotros mismos? Seguramente muchas y lo importante es saber por qué y cómo resolverlo para poder aprovechar el tiempo al máximo.
Ahora, para evitar precisamente esa sensación de que «no rinde» el tiempo para realizar todo lo que nos hemos propuesto, es necesario saber gestionarlo. Así que no deberíamos hablar de escasez de tiempo, sino de una mala planificación del mismo. Su adecuada administración depende únicamente de nosotros.
La gestión del tiempo es fundamental en la sociedad en la que vivimos, donde estamos sobrecargados de tareas y distracciones, a las que se les comúnmente se les conoce como «ladrones de tiempo».
Por lo tanto, a nivel personal una apropiada gestión del tiempo es esencial para mantener una adecuada calidad de vida. Su mala gestión puede llegar a provocar estrés, ansiedad y hasta caos.
En el plano laboral, el tiempo es un activo que se debe manejar eficientemente porque, de lo contrario, perjudica la productividad, la efectividad y el rendimiento. Administrar el tiempo de manera correcta es crucial en el mundo de los negocios.
Para las empresas es fundamental planificar adecuadamente el tiempo para poder alcanzar de los objetivos trazados en los plazos estipulados. Alcanzar esto significa el éxito para las compañías. ¿Por qué? Porque optimizar los tiempos de ejecución de las actividades se reflejará en mejores resultados corporativos, redundando en más rentabilidad.
En definitiva, la gestión del tiempo en el entorno laboral es una materia muy seria y estratégica para el éxito operacional de las compañías, ya que afecta los procesos productivos, administrativos y gerenciales.
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Así que las empresas no deben perder de vista que el tiempo tiene límite y hay que gestionarlo eficientemente, procurando evitar a toda costa las causas de una mala gestión, entre las que destacan tres:
Falta de planificación: sin organización no hay orden y las personas no sabrán, por ejemplo, cuánto tiempo dedicar a cada tarea. Perderán tiempo averiguando qué deben a hacer.
Comunicación ineficaz: si no hay una comunicación correcta con los clientes, trabajadores, compañeros y líderes, puede haber malentendidos y esto no permitirá aprovechar el tiempo
Mal uso de herramientas: existen herramientas que pueden ayudar a aumentar la productividad, pero si no se usan correctamente lo único que se conseguirá es perder el tiempo.
De manera que para evitar lo anterior, es recomendable que las empresas organicen y planifiquen cuánto tiempo va a invertir en actividades específicas. En este sentido, es importante tomar en cuenta que dedicar más horas no significa más eficiencia o productividad.
Y, por encima de todo, tanto las compañías como los empleados deben vencer a los «ladrones de tiempo».
David Somoza Mosquera es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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