Aprender a dar esos ‘pasos’, por David Somoza Mosquera
Cuando se comienza a trabajar en una nueva empresa, además de la incertidumbre que naturalmente eso genera, es habitual que el trabajador se formule algunas preguntas. Por ejemplo, ¿cómo serán mis compañeros?, ¿me llevaré bien con ellos?, ¿cómo debe ser mi relación?, ¿podré integrarme satisfactoriamente al equipo?, entre tantas otras.
Sin embargo, se trate de un nuevo empleado o de uno con ya años en la empresa siempre hay que tener en cuenta que mantener buenas relaciones en el ambiente de trabajo es un factor fundamental. Ello puede repercutir no solo en la satisfacción personal del trabajador, sino también en la productividad de la compañía.
Y es que hasta el más mínimo detalle puede afectar las relaciones laborales. Así que para poder garantizar un ambiente laboral confortable es clave que se creen vínculos adecuados entre los compañeros de trabajo. Para ello, deben mostrar interés por los demás integrantes del equipo, integrarse en los proyectos, participar en las conversaciones, mantener una relación cordial y a la vez mostrar una actitud asertiva con los demás.
¿Pero cómo lograrlo? Una vía es guiándose por los planteamientos formulados por las académicas Kerry Roberts Gibson y Beth Schinoff en su análisis The Little Things That Affect Our Work Relationships. Si bien están de acuerdo con que las relaciones entre los compañeros de trabajo son «increíblemente importantes», también sostienen que las personas tienden «a pensar en ellas de manera equivocada: las clasificamos como buenas o malas y creemos que siempre seguirán siendo las mismas»
Según Roberts Gibson y Schinoff, como consecuencia de lo anterior los empleados no intentan arreglar las relaciones que se han estropeado y dan por sentadas las que parecen sanas. «En realidad, la mayoría de las relaciones son una mezcla y van y vienen», aseguran. Lo que implica que no son estáticas, sino que se componen de una serie de lo que ellas han llamado «micromovimientos».
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Cada nuevo micromovimiento, que definen como «pequeñas acciones que parecen intrascendentes en el momento, pero que afectan a la forma en que nos relacionamos», puede cambiar la dirección de una relación. De allí la importancia de saberlos utilizar para construir las relaciones laborales que se desean, en lugar de conformarse con las que se tienen.
«Los micromovimientos son como los pasos que caracterizan un baile. Da un paso y después su compañero de trabajo da un paso. Cada paso, o micromovimiento, puede cambiar la dirección de la relación… un pequeño acto de gratitud o compasión, como decir ‘gracias’ cuando alguien mantiene una puerta abierta o ser comprensivo cuando alguien llega tarde a una reunión, puede unir a las personas y ayudar a generar confianza a largo plazo», explican las académicas.
Así que, aunque las interacciones con los colegas suelen resultar confusas, sin mencionar que son una fuente de estrés, es posible dando pequeños pero acertados pasos contar con relaciones más armoniosas y frutíferas en el lugar de trabajo.
Después de todo, como bien dicen Roberts Gibson y Schinoff, la forma en que se relaciona un empleado con sus compañeros de trabajo puede hacer o deshacer lo que opina de su trabajo. Cuando se identifica con ellos es mucho más probable que esté satisfecho también con la empresa donde labora.
Entonces, sería conveniente aprender desde ya a dar esos ‘pasos’.
David Somoza Mosquera es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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