Así se resuelven los problemas, por David Somoza Mosquera
«No me traigas problemas, tráeme soluciones» es un dicho que a veces se usa como mantra en las empresas. Mediante esa afirmación se busca estimular al personal para que sea más proactivo, ingenioso e innovador. Sin embargo, no siempre se logra ese cometido.
A pesar de que los defensores de ese enfoque creen que aumenta el empoderamiento, ayuda a los empleados a impulsar sus carreras y crecer profesionalmente, está plagado de desafíos, ya que no todos los problemas tienen una solución fácil.
Abordar la complejidad de los problemas empresariales más importantes puede requerir un grupo de personas con talento y puntos de vista diversos si se quieren obtener óptimos resultados.
Es por ello que desde hace ya varios años hay quienes consideran, entre ellos Sabina Nawaz, coach global de liderazgos y asesora de CEO, que as hora de retirar esa célebre frase del mundo empresarial. Sin embargo, lo ideal sería lograr un punto intermedio.
«Exigir soluciones puede generar una cultura de intimidación y evitar que algunos problemas surjan hasta que se conviertan en crisis. Muchos directivos exigen soluciones para evitar una cultura de quejas. Pero puede animar a su equipo a comunicar los problemas de una manera más productiva», asegura Nawaz.
Ciertamente, comunicar los posibles obstáculos de una iniciativa o proyecto es diferente a quejarse y cuando estos se comunican correctamente, se crea un entorno en el que las personas se sienten seguras de dar las malas noticias desde el principio, lo que le da un tiempo de espera para evitar una crisis.
Así que Nawaz ha dado en el clavo al proponer tres pasos para que los líderes y jefes alienten al personal a su cargo a comunicar de una forma más productiva los problemas que surjan y evitar que sean considerados como quejas. Y estos son:
-Haga que sea seguro. Es importante que los líderes modifiquen su comportamiento para que la gente no tema darles malas noticias Esto ayuda a ver los problemas desde una nueva perspectiva y no a “encubrirlos”. De esta manera se puede actuar con celeridad y prevenir una crisis.
-Exija declaraciones de problemas en lugar de quejas. Hay que aprender a distinguir entre plantear una inquietud válida y simplemente quejarse. Las declaraciones de problemas implican proporcionar datos objetivos, examinar los factores y las causas subyacentes y revelar el papel de todos en la creación del problema. Esto permite a todos abordar la causa fundamental del problema y lograr su solución.
-Encuentre a la persona o personas adecuadas para resolver el problema. Cuando un empleado presenta un problema, hay que tener en cuenta su alcance y su capacidad para resolverlo. Si la magnitud del problema supera su capacidad de resolución, hay que asignarlo a las personas adecuadas para que lo resuelvan.
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Visto lo anterior, es clave que líderes y jefes asuman que sus empleados siempre van a tener problemas y que al invitarlos a sacarlos a la luz a tiempo y de manera constructiva, se aumenta el empoderamiento y la rapidez para resolverlos.
Encontrar una solución suele ser un trabajo en equipo y no en solitario.
David Somoza Mosquera es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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