10 cosas que Nicolás Maduro enterró luego de la muerte de Hugo Chávez
Este 5 de marzo se cumplen 10 años del aniversario de la muerte del expresidente Hugo Chávez. El impulsor de la «revolución bolivariana» dejó un amplio legado donde resaltan las expropiaciones, misiones «para el pueblo», guerras contra el empresariado privado y, por supuesto, los ataques al imperio yankee. Su hijo político Nicolás Maduro prometió seguir el camino de la ética socialista, pero en esta década echó por tierra más de un mandato del barinés
Autoras: Sofía Nederr, Ahiana Figueroa y Luisa Quintero
Hace 10 años que Nicolás Maduro, entonces Vicepresidente de la República, anunció el fallecimiento del expresidente Hugo Chávez. Al asumir como presidente encargado, Maduro prometió que su administración tomaría el testigo, junto al acompañamiento popular. Esa promesa se mantuvo cuando asumió el cargo electo en 2013 y repitió en 2018, aun con legitimidad cuestionada.
Pero del dicho al hecho hay algunos trechos, y por eso TalCual presenta 10 acciones de Maduro que evidencian un giro de timón del ideario concebido por el «comandante eterno», alguno en franca contradicción.
1. «Vénganse desde el carajo, yanquis»
«Váyanse al carajo, yanquis de mierda», bramó Hugo Chávez frente a una multitud en Caracas en septiembre de 2008.
14 años más tarde, Nicolás Maduro recibía enviados de la Casa Blanca en Miraflores en marzo de 2022. «Estaban las banderas de Estados Unidos y Venezuela, y se veían muy bonitas unidas», dijo el gobernante al referirse a su encuentro con el subsecretario adjunto para el Hemisferio Occidental, Juan González, y el embajador para Asuntos de Venezuela, James Story.
«Hemos acordado trabajar en una agenda desde el respeto y la esperanza del mundo, para avanzar en el bienestar y la paz de los pueblos de la región», agregó Maduro. En junio de ese año, los «yankees» fueron recibidos por el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Jorge Rodríguez.
El acercamiento entre Caracas y Washington ha tenido varios resultados. Por ejemplo, la liberación de Efraín Campo Flores y Francisco Flores de Freitas, sobrinos de la primera dama Cilia Flores condenados por narcotráfico a 18 años de prisión en una cárcel federal, para ser intercambiados por siete ciudadanos estadounidenses, entre ellos cinco directivos de la empresa Citgo, filial de Pdvsa que estaban presos en Venezuela.
2. El imperialismo permitido, y agradecido
Ocurre por primera vez desde los años 40 que una petrolera americana se lleva el crudo venezolano sin pagar impuestos, y esto, en un gobierno socialista, revolucionario y antiimperialista.
«No puede ser que una empresa petrolera venga a sacar petróleo y pague uno por ciento de regalía y no pague impuesto sobre la renta y además declare pérdidas», llegó a decir Chávez en 2005.
En enero de 2023, la estadounidense Chevron, socia de Petróleos de Venezuela en cuatro empresas mixtas, reanudó sus envíos de crudo y derivados a Estados Unidos, luego de que el Departamento de Tesoro aprobara una licencia en el que le autorizó ampliar sus operaciones en territorio venezolano.
Entre las condiciones de la licencia se estableció que Chevron no puede pagar regalías e impuestos al fisco venezolano por sus operaciones petroleras. Maduro lo aceptó pese a que la Constitución nacional exige que las empresas extranjeras deben cumplir compromisos tributarios.
«Las licencias dadas a Chevron, las que se conocen y las que no se conocen, van en el camino correcto aunque no son suficientes», explicó Maduro ante prensa internacional.
3. La bendición del dólar
En 2010 Hugo Chávez promulgó una reforma de la Ley de Ilícitos Cambiarios para atacar lo que consideraba la “podredumbre capitalista” del mercado paralelo del dólar. Proscribió por tanto a la moneda estadounidense.
Ya en 2007 había dicho que el dólar había sido una imposición imperialista para el comercio mundial, e impulsó el Sucre como moneda común latinoamericana que sirviera como alternativa. No lo consiguió.
Aunque Maduro mantuvo la retórica contra el billete verde, y hasta convirtió al euro y al yuan en las moneda de referencia para la economía nacional en sustitución del signo norteamericano, su gobierno abrió la puerta para una dolarización del país.
Lo ha hecho sin mayor disimulo. En noviembre de 2019 dijo: “Ese proceso que llaman dolarización puede servir para la recuperación y despliegue de las fuerzas productivas del país y el funcionamiento de la economía. Es una válvula de escape, gracias a Dios existe”. El agradecimiento divino lo repitió en diciembre de 2020.
La capitulación monetaria del Estado se dio una vez que la sociedad asumió la divisa como instrumento de pago habitual en efectivo, particularmente luego del mega-apagón de 2019 por la escasez de bolívares y las fallas en puntos de venta. Entonces la Ley de Ilícitos Cambiarios dejó de ser observada, y la mayor parte de las transacciones pasaron a hacerse en dólares.
Hoy, luego de la instauración de un impuesto al uso de la divisa, el 46% de todas las transacciones en el país se hace con dólares.
Actualmente, Venezuela no solo maneja transacciones con la divisa norteamericana sino que también paga en dólares a sus trabajadores o indexa el salario al dólar. Ya nadie quiere cobrar en bolívares luego de la gran perdida en su capacidad de compra, afectada por tres años de hiperinflación.
4. La devolución de lo expropiado
«¿Cómo es posible que en plena (parroquia) Candelaria vayan a hacer un bicho de esos, un Sambil? (…) Vamos a parar eso, vamos a expropiar eso y convertirlo en una clínica, no sé qué». Así declaraba el expresidente Hugo Chávez el 21 de diciembre de 2008 la expropiación del Sambil La Candelaria, en el centro de Caracas.
La política de expropiaciones del chavismo había iniciado 10 años antes y ya había arrasado con centrales azucareras, fincas productivas y empresas privadas bajo la premisa de garantizar una soberanía alimentaria que nunca llegó y bienes privados «para fines socialistas».
Conindustria calculó que la cifra de empresas expropiadas entre 2002 y 2012 ascendió a 1.168. Según Cedice Libertad, el Estado ha sido demandado por 30.000 millones de dólares por expropiaciones, confiscaciones y violaciones a la propiedad privada de inversionistas extranjeros.
Pero 14 años después, el Sambil la Candelaria está vivo, abierto y cobrando. La estructura fue devuelta a sus dueños por Nicolás Maduro. Ninguna autoridad dio explicaciones de la devolución, que se concretó con la entrega de los papeles en la sede de la Procuraduría General de la República.
Ninguno de los altos funcionarios recordó cuando aplaudieron a Chávez diciendo en 2008: «Me tendrán que sacar de Miraflores para que haya un Sambil en La Candelaria. Eso es un crimen»
*Lea también: El «legado» de la expropiación chavista: recesión, deudas y éxodo laboral
5. El ataque a la izquierda
«No podemos fracasar, estamos obligados a conformar el Gran Polo Patriótico en el país como un gran espacio de articulación y de sumatoria de fuerzas revolucionarias», ordenó Hugo Chávez el 13 de noviembre de 2011.
En el camino, las alianzas del gobierno con la izquierda se han ido quebrando. Las fisuras iniciaron con el fallecido expresidente que intervino, en 2012, al PPT luego de que el partido respaldó a Henrique Capriles. La tarjeta fue entregada entonces a Rafael Uzcátegui hasta que, en 2020, se puso muy crítico. Entonces el TSJ designó a Ilenia Medina como presidenta de la organización.
El Supremo también directiva ad hoc para el Movimiento Tupamaro y otra para la Unión Popular Venezolana -la tolda que fundó Lina Ron-, y ya en 2015 le había tocado al MEP.
Maduro incluso ha renegado de ciertos sectores de izquierda, cuando ya no son sus aliados, apelando a calificativos. «Izquierda trasnochada», dijo por primera vez el 3 de diciembre de 2020. Desde entonces, el epíteto lo ha usado más veces, especialmente para referirse al Partido Comunista de Venezuela (PCV). «Aunque digan que son de izquierda, están en la derecha», señaló en 2021 al fustigar las críticas hacia su gestión.
Sobre el «gallo rojo» pende la amenaza de la vía judicial. «Consideramos que la lealtad no es un acto de sumisión y de subordinación», expresó el secretario general del PCV, Oscar Figuera, en entrevista con TalCual.
Entre sus críticas, el PCV ha denunciado la persecución a los sindicatos, los cuales muchos de ellos apoyaron al líder de la revolución chavista. Hasta febrero de este año, unos 53 trabajadores y sindicalistas continuaban en prisión, en arresto domiciliario o con medidas cautelares.
6. El regreso de la «perdición de los burgueses»
En 2011, Chávez ordenó el cierre absoluto de casinos y bingos, considerándolos sitios de “perdición” que solo servían para enriquecer a los “burgueses”. La medida que dejó sin empleos a unas 100.000 personas, según informó en 2012 el Sindicato de Trabajadores de Bingos y Casinos de Venezuela.
Ya en 2008 se había ordenado la suspensión de entrega de nuevos permisos para la instalación de casinos y bingos en el país. Solo quedaron operando las que ya estaban activos, que finalmente debieron cerrar sus puertas tres años más tarde por prohibición oficial.
Una década más tarde, Maduro volvió a darle vuelta a la ruleta.
En enero de 2020, el gobernante anunció la apertura de un “casino internacional» en el Hotel Humboldt. Ni mencionó la prohibición en ese momento todavía vigente. Sí dijo que las apuestas serían en petros, para promover el uso de la moneda, pero desde que abrió el pasatiempo se paga en dólares.
En agosto de 2021 se autorizó por completo el regreso de los juegos de envite y azar, con los permisos de operaciones dados a 30 establecimientos en todo el país. La lista se ha ampliado desde entonces.
7. La reactivación del «atraco capitalista» de los peajes
En 2008 Hugo Chávez fue enfático al ordenar el cierre de los peajes: «Que no haya un solo peaje en Venezuela que no esté en las condiciones en las que debe estar… ¡Que me demanden los gobernadores –prefectos–, los alcaldes, pero no estoy dispuesto a seguir aceptándolos, porque es un abuso a la población!».
En su discurso, el entonces presidente decía que es deber del Estado garantizar una vialidad de calidad sin cobrar. Hace 15 años, Chávez justificó su decisión porque los peajes «son un atraco del sistema capitalista».
En contravía, en enero de 2015, Maduro dio al traste con la medida de su mentor al decidir la reactivación del cobro en 71 peajes bajo la responsabilidad de los gobernadores.
«Se trata de una nueva modalidad para que gobernadores que trabajen de verdad, en coordinación con el gobierno, reciban de manera inmediata lo que se llama una ‘encomienda convenida’, recibir los peajes de las vías de comunicación principales», argumentó el actual mandatario.
8. El infarto de Barrio Adentro
«Barrio Adentro, como misión socialista, es la base, el pilar fundamental del Sistema Público Nacional de Salud», dijo el expresidente Chávez el 16 de abril de 2003.
Han pasado 20 años y, a pesar de que en 2022 Nicolás Maduro dijo que Barrio Adentro aún garantizaba atención integral, pública y de calidad, la organización Médicos Unidos Venezuela señaló que 92% de los ambulatorios de Misión Barrio Adentro estaban cerrados.
Transparencia Venezuela registró un año antes que, aunque se dispusieron más de 40 mil millones de dólares a lo largo de 17 años, «la Misión Barrio Adentro muestra un saldo negativo y una evidente disminución de su capacidad operativa».
De acuerdo con la ONG, «la ausencia de planificación, el desarrollo de un sistema paralelo y desarticulado al tradicional sistema de salud, la poca transparencia y la ausencia absoluta de rendición de cuentas, hizo que Barrio Adentro haya fallado en su noble propósito de atender a los sectores más vulnerables».
9. La «privatización» de Mercal
El 22 de abril de 2003 Hugo Chávez creó la Misión Mercal, «para que el pueblo no dependiera de las grandes comercializadoras privadas» que se habían sumado al paro petrolero. Mercal inició sus actividades con la inauguración de un establecimiento en el sector Ruiz Pineda, de la parroquia Caricuao en Caracas
En ese entonces, Chávez proclamaba que una de las metas de Mercal era «proporcionar 14 kilos de alimentos por persona/mes, de forma tal que vamos a estar supliendo al 20% más pobre de la población».
Pero las promesas sobre Mercal se las llevó el viento, así como los sobreprecios y los problemas de importación de productos alimenticios, que conformaban el 50% de las bolsas que distribuía el Gobierno.
Mercal dio paso a Pdval y ahora abastece a los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), el negocio que llevó a la cárcel al empresario colombiano Alex Saab por lavado de dinero en Estados Unidos.
En mayo de 2022, Maduro ordenó acelerar «la transferencia de activos y almacenes (de Mercal) a los consejos comunales, para que ellos creen su distribución popular».
El primer abasto Mercal que inauguró Chávez está cerrado desde antes de la pandemia de covid-19, con un letrero que se va cayendo a pedazos y que solo hace recargas de agua potable en el espacio de zona de carga. Muchos otros locales funcionan porque privados han tomado el control de los recintos y abastecido, como pueden, los anaqueles, como se detalla en el fotoreportaje El fantasma de Mercal: locales en Caracas sobreviven por iniciativa de particulares, publicado por TalCual.
10. El megajuste económico, a lo FMI
«¡Disuélvase el FMI, desaparezca del mundo!» proclamó Hugo Chávez en 2008 al criticar las condiciones de financiamiento que impone el Fondo Monetario Internacional y exigir su disolución del organismo del cual dijo «no debería ni hablar y debería suicidarse».
15 años después de esta declaración, hoy el consenso es que la administración de Maduro ejecuta un programa de medidas que tanto economistas como representantes políticos han calificado como el mayor ajuste aplicado en el país.
Una de las más importantes decisiones fue el aumento del precio de la gasolina. Maduro no solo incrementó su precio dos veces, sino que además la dolarizó.
Asimismo, la promesa de Chávez de que con la nueva Ley del Trabajo que promulgó en 2012 más nunca se produciría un expolio al salario de los trabajadores fue despedida. El instrumento no bastó para evitar que Maduro congelara los sueldos y pretendiera compensar con bonos a través del Sistema Patria. Las bonificaciones no cuentan como beneficios salariales ni se incorporan al cálculo de vacaciones, utilidades y prestaciones, entre otros.
Es así como estas recomendaciones del FMI han sido tomadas, casi que al calco, por Maduro y un poco más:
- Reducción del gasto público.
- Aumento de los impuestos.
- Eliminación de bonos y primas salariales.
- Aumento de las tarifas de agua, electricidad, gas, telecomunicaciones y otros servicios públicos.
- La privatización parcial o completa de empresas públicas deficitarias.
- La reducción del crédito bancario para contener la devaluación.