Nicolás, el discriminador, por Santiago Boccanegra
Se concretó el cierre de frontera de Zulia, donde Paraguachón es el protagonista. En nuestro más reciente semanario, publicamos un trabajo escrito desde esa zona donde se demostraba, entre otras cosas, que los bachaqueros, “trocheros” y conocedores de los caminos verdes se frotaban las manos ante una medida de ese tipo puesto que sus servicios se encarecerían. “La vaina será mejor”, asomaba uno de los entrevistados, mientras un militar de la zona admitía que acabar con el contrabando era una fantasía.
Pero igual Nicolás Maduro anunció el cierre de frontera y el estado de excepción. Otra fantasía. Un delirio gubernamental pensado para darle contexto de emergencia a unas elecciones donde tiene todas las quinielas perdidas. Eso sí, según dijo desde Miraflores, la población indígena wayuu no tendrá restricciones de paso, que eso se había acordado con ellos. Esos venezolanos están, por tanto, exculpados de ser contrabandistas. El resto de los nacionales no (el 97%, según el último censo). Con excepción de esa etnia, que merece todo el respeto, el resto de los ciudadanos está en estado permanente de sospecha, siguiendo las palabras dichas hace varios años por Eliécer Otaiza.
¿Por qué a los venezolanos no wayuu sí les aplica la restricción? La Constitución Nacional no discrimina, pero el gobierno sí. Es otro paso en la división entre hermanos que ha impulsado el chavismo en el país: buenos y malos, patriotas y apátridas. El 6D tenemos la oportunidad de reunificarnos como ciudadanos y sacarle provecho a nuestras diferencias. Ya basta de exclusión.
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